Capitulo 29

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La mujer iba visiblemente arreglada. Un traje sastre bien amoldado a su cuerpo era visible además de un lindo collar de perlas y pendientes a juego. Llevaba el cabello recogido y miraba a todos lados queriendo salir de ahí inmediatamente.

Hacia un mes que se había enterado de todo lo ocurrido. Sus dos hijos habían resultado heridos durante un tiroteo y ahora, uno de ellos estaba en la cárcel bajo sospecha de confabulación con el perpetrador. Y ahora, ahí estaba ella, en las cabinas de la cárcel del condado, sentada en una incómoda y chirriante silla, mirando al otro lado del vidrio polarizado. Entonces lo vio, su hijo menor salió de una puerta seguido de dos oficiales armados, enfundado en un traje naranja que solo usaban los reos, estaba esposado con las manos hacia adelante, lo hicieron sentarse y por inercia ella tomo el teléfono a su lado. Jeimy hizo lo mismo.

-Siempre supe que acabarías así. – Fue lo primero que Roxanne Allen dijo apenas jeimy coloco la bocina en su oído. – Tu padre me llamaba loca, pero, mírate. Mataste a veintiocho personas y dejaste a tu hermano en el hospital.

-Soy inocente hasta que el juez diga lo contrario. – Ella apretó el teléfono.

- Sabes que lo hiciste. Yo lo sé. – Habló más fuerte pero no al punto de gritar.

- ¿Qué estas haciendo aquí, madre? – Pregunto con cansancio el joven. – Estaba teniendo un buen día hasta que dijeron que tenia visitas... - La mujer suspiro.

- Solo quería verte. Necesitaba ver que enserio estabas aquí, tras las rejas. Hasta cierto punto me siento aliviada de que por fin las autoridades te tengan bajo custodia. – Sonrió al ver la expresión iracunda de su hijo. – Además, el naranja te sienta bien. – Se burlo.

- Eres un dolor de cabeza... - Suspiro. – Deberías estar con tu hijo...

- ¿Si sabes que no podrá volver a jugar? Le arruinaste su vida, maldito loco.

- ¿Yo? Creo que ambos sabemos que entre tu y yo, tu eres la desgraciada. Tu eres a la que le falta un tornillo y pronto la policía lo sabrá. – Se acerco un poco mas al vidrio. – Tu eres la que merece estar encerrada.

- No entiendo de que hablas...

- Oh, madre. No te hagas la tonta conmigo. – Ella acomodo su cabello. – Estas incluso más enferma que yo. Entre locos nos reconocemos ¿No es así?

-Me pregunto qué diría tu padre al verte así. – Atacó. La sonrisa en el rostro de Jeimy se borró. – Te amaba y procuraba tanto. Incluso puedo ver su rostro de decepción, al saber que tú, su amado hijo, le fallo de semejante manera.

- Mi padre no está aquí para verlo. Y los muertos son solo eso, muertos. – Se miraban fijamente, como si fuese un duelo entre ellos. Ese podía ser su último enfrentamiento y ninguno estaba dispuesto a ceder. Finalmente, Roxanne aparto la mirada y carraspeo algo incomoda.

- Pronto te condenaran. Sabrán quien eres y lo que eres, no habrá duda de que tuviste que ver con todo esto. Te pudrirás tras las rejas y yo dormiré tranquila, sabiendo que por fin me deshice de ti. Taylor tendrá una vida magnifica, alejado de ti y con suerte, podrá olvidarte. Te borrará de su historia y podrá abrir un nuevo capítulo, libre de pesos, libre de temores y libre de ti.

- Y también de ti. ¿O enserio crees que Taylor se quedara contigo después de todo lo que le has hecho? Huira de ti madre, tal y como siempre le dije que lo hiciera. Tu eres el veneno en su vida. Y si quiere avanzar, ni tu ni yo podremos formar parte de eso magnifico futuro del que hablas. – Ella mordió su labio. – Somos lo mismo. Somos el cáncer en la vida de mi hermano, lo fuimos en la vida de mi padre y lo seguiremos siendo en la vida de cualquier persona que quiera acercarse a nosotros.

- No sabes de lo que hablas.

- Créeme, lo sé. Cada vez que me veías, sentías odio y repulsión, así como yo cada vez que te veía... Te vez reflejada en mí, así como yo en ti. Somos el mismo monstruo, pero visto de diferente forma.

- Jamás serás como yo. Nunca podrías.

- Eso también es cierto. Incluso en mi propia enfermedad jamás haría lo que tu has hecho, no podría caer tan bajo. – Roxanne, iracunda se levantó. Colgó el teléfono, pero vio que Jeimy no lo hizo. Algo en su interior la hizo volver a cogerlo. – Taylor va a delatarte.

- No estarás ahí para verlo. – Siseo. Colgó una vez más y se alejó de ese lugar, haciendo que sus tacones repiquetearan por el suelo gracias a sus fuertes pisadas.

Los oficiales tomaron a Jeimy por los hombros y se lo llevaron.

°

 A dos capítulos del final.

K_Kiran  

JeimyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora