Forks

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Un nuevo cambio se iba a ocasionar en mi vida, volvía a Forks a vivir con mi padre de forma permanente como hacía unos cuatro años. En esta ocasión Bella iría conmigo, sabía que echaría de menos el calor y el sol de Phoenix pero para mi, Forks es mi hogar, en todos los sentidos, había pasado mi infancia ahí hasta hace cuatro años que a petición de mi madre me había mudado con ella y Bella. 

Durante esos años Renée conoció a Phil, su ahora nuevo marido, Bella y yo ahora estábamos más unidas. Aunque adoro a mi madre echo de menos a mi padre y estaba deseando llegar al aeropuerto.

-Chicas, os quiero a las tres, pero vamos a llegar tarde- dijo Phil desde el coche.

Las tres nos montamos en el coche, tomé la mano de Bella para calmarla,sabía que ella también estaba convencida de que irnos a Forks era lo mejor, no solo para Renée sino para nosotras y la relación de Bella con Charlie.

-Pequeñas, no tenéis que iros si no queréis- dijo Renée por millonésima vez durante los últimos 2 meses.

Era increíble lo parecidas que son Bella y mamá, en cambio, mis ojos azules y mi piel un tono más bronceada que el de ellas me hacía ver bastante diferente.

-Estaremos bien mamá- dije sonriéndole.

-Si, no te preocupes, además quiero ir- dijo Bella tratando de convencerse más a ella misma que a nuestra madre.

-Estaré aquí cuando queráis volver- dijo mamá- saludad a Charlie de mi parte.

-Adiós mamá- dije dándole un abrazo y un beso en la mejilla- nos vemos Phil.

-Adiós renacuaja- dijo Phil despeinándome.

Cuando cruzamos el detector de metales para abordar el avión me emocioné, pero supe que a Bella, esta situación no le agradaba del todo, así que tomé su mano y no la solté durante todo el viaje.

Fueron 4 horas de avión y después una hora más en avioneta hasta Port Angels. En cuanto bajamos del avión esperamos a que llegasen nuestras maletas y salimos al aparcamiento donde Charlie nos esperaba junto al coche patrulla.

-Jefe Swan- dije llamando su atención, en cuanto nos miró sonrió- atento para una detención por abrazo a la autoridad.

-Listo- dijo mi padre abriendo sus brazos.

Comencé a correr hasta estrellarme en su pecho y abrazarlo, olía a menta y cuero, era el olor inconfundible de Charlie.

-Te he echado de menos Bek- dijo papá dándome un beso en la cabeza.

-Yo también papá- dije sonriéndole.

-Hola Bells, estas muy guapa- dijo Charlie antes de darle un corto abrazo.

Se notaba que aún estaban incomodos entre ellos, pero eso se arreglaría con el tiempo y convivencia.

Me subí en el asiento del copiloto antes de que Bella me quitase el puesto, me miró alzando una ceja y le saqué la lengua divertida.

Cuando papá se montó en el coche y lo puso en marcha comenzamos a hablar de los últimos acontecimientos en el pueblo, se había mudado una familia hace un par de años, aunque no mencionó su apellido, también había habido ataques de animales cerca de frontera del condado.

-Bella, me habías dicho que querías que te mirase un coche por aquí cerca, y he localizado uno perfecto para ti- dijo Charlie- y muy barato.

-¿Qué tipo de coche?- preguntó Bella.

-Es una camioneta, una Chevy para ser exactos- dijo papá- ¿te acuerdas de Billy Black, el que vivía en La Push?

-No- dijo Bella.

-Solía venir de pesca con nosotros durante el verano- le dije a Bella- ¿no lo recuerdas?

-Ahora está en silla de ruedas, por lo que no puede conducir y me propuso venderme su camioneta por una ganga- dijo papá.

-¿De que año es?- preguntó Bella.

-Si es la que recuerdo de los sesenta o principios de los 50- dije encogiéndome de hombros.

-¡Papá, por favor!¡No sé nada de coches! No podría arreglarlo si se estropeara- dijo Bella.

-No te preocupes, el trasto funciona a las mil maravillas- dijo papá- le han hecho muchos arreglos y está como nuevo.

-Yo puedo ayudarte si pasa algo, se algo de mecánica gracias a Jacob- dije para tranquilizarla.

-¿Y qué entiendes por barato?- preguntó Bella comenzando a ceder.

-Bueno cariño, ya te lo he comprado como regalo de bienvenida- dijo papá.

-No tenías porqué hacerlo papá- dijo Bella.

-Simplemente dale las gracias Bells- dije.

-Gracias papá- dijo Bella- Te podré llevar al instituto Beka.

-Eso estaría bien- dijo papá.

-No hace falta, sabes que yo tengo a mi bebé aquí- dije con ganas de coger de nuevo mi moto.

-No me gusta mucho que vayas por ahí en moto Beka- dijo papá.

-Ya tuvimos esta discusión cuando me saqué el carné hace tres años- dije tratando de no discutir- así que si te parece bien, usaré la moto, solo cuando la carretera no esté helada.

-Bueno eso es una mejora- dijo mi padre cuando aparcamos frente a la casa.

En cuanto bajamos del coche Bella vio la camioneta y por sus ojos supe que le había encantado.

-¡Caramba, papá!¡Me encanta!¡Gracias!- dijo Bella recorriendo la camioneta.

-Me alegra que te guste-dijo papá claramente avergonzado.

Subir nuestras cosas a nuestras habitaciones no resultó difícil, Bella tenia solo dos pequeñas maletas, yo tenia tres, así que entre los tres conseguimos subirlas en su solo viaje.

La habitación de Bella ahora tenía una cama, un ordenador y una colcha nueva, pero todo lo demás estaba como cuando era una niña, las paredes de un tono verdoso pálido y las cortinas de un blanco roto.

Mi habitación por el contrario era de un color lila claro que yo misma había pintado dos veranos atrás, la mayoría de mis cosas estaban aquí gracias a que las había enviado hacia un par de semanas.

Papá nos dejó acomodarnos y tras darnos una ducha y cenar nos fuimos a la cama, al día siguiente debíamos comenzar las clases y vería de nuevo a mis viejos amigos, echaba de menos a Derek y Jacob, eran mis mejores amigos aquí, al igual que Ángela, aunque ella era un año menor que yo.

Cuando me eché en la cama escuché los sollozos de Bella, así que esa noche me tumbé con ella en su cama y la conforté, Forks no es tan malo y ella se daría cuenta, o al menos eso espero.

Mi sol a media noche. (Edward y oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora