La Push

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En realidad, cuando me senté en mi habitación e intenté concentrarme en terminar los deberes de ese día para irme a la reserva, estaba atenta a ver si oía el motor de mi pequeña. Pensaba que podría escuchar el rugido del motor por encima del tamborileo de la lluvia, pero, cuando aparté la cortina para mirar de nuevo, apareció allí de repente.

Así que tras avisar a Charlie fui a la reserva, Jacob me aplasto entre sus brazos en cuanto me bajé de mi pequeña, Billy me recibió con los brazos abiertos como hacía desde que lo conozco, salimos a dar una vuelta por la reserva y me encontré con muchos conocidos, les comenté que unos compañeros tenían planeada una salida para este fin de semana y vendría con ellos, sabía que no solían socializar mucho con gente de fuera de la reserva, y no porque no quisieran, sino porque los "rostros pálidos" se mantenían alejados, aunque sigo sin entender por qué, son gente estupenda. Me despedí de todos antes de irme a casa.

No esperaba el viernes con especial interés. Hubo unos pocos comentarios sobre mi comida con Edward el día anterior, por supuesto. Derek se extrañó al enterarse y parecía no gustarle la idea, a mi sinceramente me daba igual, era mi vida, él no tenía nada que opinar al respecto.

- ¿Qué quería ayer Edward Cullen?- me preguntó Derek.

-No lo sé -respondí con sinceridad-. En realidad, no fue al grano.

-Dicen que parecías como enfadada -comentó a ver si me sonsacaba algo.

-¿Sí? - mantuve el rostro inexpresivo.

-Ya sabes, nunca antes le había visto sentarse con nadie que no fuera su familia. Era extraño-dijo.

-Extraño en verdad -coincidí-pero no tiene nada de malo hacer nuevos amigos ¿no?

Por suerte, no insistió más en el tema. Cuando entré en la cafetería en compañía de Bella, Jessica y Mike, no pude evitar mirar la mesa en la que Rosalie, Alice y Jasper se sentaban a hablar con las cabezas juntas. No pude contener la melancolía que me abrumó al comprender que no sabía cuánto tiempo tendría que esperar antes de volverlo a ver y eso me estaba, ¿por qué me parecía una eternidad no verlo al menos durante un fin de semana?, era una soberana tontería, pero aun así, era lo que me ocurría.

En mi mesa de siempre no hacían más que hablar de los planes para el fin de semana, así que les comenté lo que haría el día siguiente, visitar la playa de la Phus.

Les interesó la idea, pero preferían ir a ver una película que se retiraba de la cartelera ese día. El hombre del tiempo vaticinaba sol para el sábado, eso sin duda sería algo bueno y Bella cada vez parecía más emocionada con la idea, cosa que me hacía realmente feliz.

Durante la cena de aquella noche, Charlie parecía entusiasmado por nuestro viaje a La Push del día siguiente. Sospecho que se sentía culpable por dejarnos solas en casa los fines de semana, pero había pasado demasiados años forjando unos hábitos para romperlos ahora. Conocía los nombres de todos los chicos que iban, por supuesto, y los de sus padres y, probablemente, también los de sus tatarabuelos. Parecía aprobar la excursión. Me pregunté si aprobaría mi plan de ir en coche a Seattle con Edward Cullen. Tampoco se lo iba a decir. Pretendía dormir hasta tarde, pero un insólito brillo me despertó. Abrí los ojos y vi entrar a chorros por la ventana una límpida luz amarilla. No podía ser un mejor indicio, Bella estaría encantada, no era lo mismo que el sol en Phoenix pero sabía que le encantaría. Fui a despertarla y su alegría al ver el sol se me contagió.

La tienda de artículos deportivos olímpicos de Newton se situaba al extremo norte del pueblo. Había ido con papá muchas veces a comparar utensilios para la pesca y alguna cosa para la gran cantidad de deportes que había probado a lo largo de los años. En el aparcamiento Bella reconoció el Suburban de Mike y el Sentra de Tyler. Vi al grupo alrededor de la parte delantera del Suburban mientras Bella aparcaba junto a ambos vehículos. Eric estaba allí en compañía de otro chico con el que compartía clases; estaba casi segura de que se llamaba Ben. Jessica también estaba, flanqueada por Ángela y Lauren. Las acompañaban otras tres chicas, Mike se acercó corriendo a nosotras, se alegraba de vernos, aunque supuse que su alegría estaba más dirigida a Bella que a mí.

Mi sol a media noche. (Edward y oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora