Vi una deslumbrante luz nívea al abrir los ojos. Estaba en una habitación desconocida de paredes blancas. Unas persianas bajadas cubrían la pared que tenía al lado. Las luces brillantes que tenía encima de la cabeza me deslumbraban. Estaba recostada en una cama dura y desnivelada, una cama con barras. Las almohadas eran estrechas y llenas de bultos. Un molesto pitido sonaba desde algún lugar cercano. Esperaba que eso significara que seguía viva. La muerte no podía ser tan incómoda.
Unos tubos traslúcidos se enroscaban alrededor de mis manos y debajo de la nariz tenía un objeto pegado al rostro. Alcé la mano para quitármelo.
-No lo hagas-la voz de Edward llegó a mi oídos.
Unos dedos helados me atraparon la mano.
-¿Edward? – pregunté ladeando levemente la cabeza.
Me encontré con su rostro exquisito a escasos centímetros del mío. Reposaba el mentón sobre el extremo de mi almohada. Comprendí que seguía con vida, pero esta vez con gratitud y júbilo.
-¡Ay, Edward! ¡Cuánto lo siento!- me lamenté,
-Shhh...-me acalló- ahora todo está en orden.
-¿Qué sucedió?- pregunté.
No conseguía recordarlo con claridad, y mi mente parecía resistirse cada vez que intentaba rememorarlo.
-Estuve a punto de llegar tarde. Pude no haber llegado a tiempo -susurró con voz atormentada.
-Pero lo hiciste- dije- sé que fui una tonta, me hizo creer que tenía a mi madre en su poder.
-Nos engañó a todos- dijo Edward.
-Necesito telefonear a Charlie y a mamá -me percaté a pesar de la nube de confusión.
-Alice los ha llamado. Renée está aquí, bueno, en el hospital. Se acaba de marchar para comer algo- me informó.
-¿Está aquí? – dije intentando incorporarme, pero el mareo de mi cabeza se agravó.
Las manos de Edward me empujaron suavemente hacia las almohadas.
-Va a volver enseguida -me prometió- y tú necesitas permanecer en reposo.
-Pero ¿qué le has dicho? -me aterré- ¿Por qué le has dicho que me habían hospitalizado?
-Rodaste por dos tramos de escaleras antes de caer por una ventana -hizo una pausa contándome la puesta en escena que se habían inventado- has de admitir que pudo suceder.
Suspiré, y me dolió. Eché una ojeada por debajo de la sábana a la parte inferior de mi cuerpo, al enorme bulto que era mi pierna.
- ¿Cómo estoy?- pregunté.
-Tienes rotas una pierna y cuatro costillas, algunas contusiones en la cabeza y moratones por todo el cuerpo y has perdido mucha sangre. Te han efectuado varias transfusiones- dijo- no me gusta, hizo que olieras bastante mal durante un tiempo.
-Eso debió de suponer un cambio agradable para ti- comenté tratando de bromear.
-No, me gusta cómo hueles-dijo.
-¿Cómo lo conseguiste? -pregunté en voz baja.
De inmediato, supo a qué me refería.
-No estoy seguro- dijo rehuyendo mi mirada.
Alzó mi mano vendada y la acarició con la suya.
Esperé pacientemente a que me contara lo demás. Suspiró sin devolverme la mirada.
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Mi sol a media noche. (Edward y oc)
RomanceEsta es una adaptación de la saga Crepúsculo donde Bella tiene una hermana llamada Rebeca un año mayor que ella, a causa de las mudanzas de Phoenix a Forks debe repetir un año de instituto por lo que asisten a la misma clase. En esta historia queda...