XI. Respiros.

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La madre de Jimin sabía que algo no estaba como quería que estuviese, su pequeño había estado distraído luego de que Yoongi lo trajera a casa y no había mencionado nada sobre su cumpleaños mañana.

—Cariño ¿Quieres galletas?—preguntó viendo al menor interesado en la lectura,sentado en la alfombra de su habitación, con pijama puesta apenas a las siete de la noche.

—Estoy bien —dijo y su madre frunció él seño para sentarse al costado del menor, cerrando su libro y buscando su mirada.—¿Que es lo que pasa corazón?—preguntó cariñosa y Jimin dio un largo suspiro.

—Yoongi me gusta—dijo tranquilo, como si eso no fuera lo que le preocupaba.

La señora Park no tenía palabras en la boca pero tampoco estaba sorprendida, ella había enseñado a Jimin a amar y aunque ella siempre lo hizo con una chica castaña, bajita y con labios rosados en la mente, le daba lo mismo quien fuera, siempre y cuando Jimin lo haya aprendido bien.

Haya aprendido a amar con el cerebro.

A amar a quien le hacia bien, a quien le ayudaba e inspiraba a ser mejor y ¿porque no? A quien le hiciera sentir la persona mas hermosa del planeta.

—¿Y cual es el problema?—preguntó con temor a que él contrario dijera alguna aberración homófoba aprendida de la boca de Yoongi.

—Le gusto también.—contestó y la señora Park exhaló él aire que sin darse cuenta había sostenido.—Pero no me pidió ser su novio—completó y su madre casi muere de ternura.

—¿Hace cuanto lo saben?—Su madre ahora sentía la emoción de una madre orgullosa.

—Ayer.—contestó y abultó los labios.

La madre del pequeño se encargó de exprimir al pobre Jimin de toda la información de su enamorado y sonreía feliz al escuchar a un Jimin emocionado narrarle sin trabas los cinco meses y dos semanas a lado de Yoongi.

—Dale un respiro, van a ser felices juntos, lo sé corazón.

¿Cuantos respiros son suficientes para ser felices?

Bueno, un capítulo más, espero lo disfruten~

Enough. [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora