XXXVI. Talentos

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Días habían pasado y Yoongi estaba realmente alarmado, eso de ver a su pequeño en las sombras, sentirlo recostado junto a él o incluso escuchar su voz, luego de casi un año de su muerte, le estaba volando los sesos.
No iba a decir que era cero porciento creyente en las cosas paranormales, no después de haber regresado a cama de sus padres a los casi diez años para jurarles que un chico más o menos de su edad le hablaba de vez en cuando, pero sin duda no era partidario de sugestiónarse y vivir su vida debajo de su manta luego de que una mujer de edad muy avanzada en medio de las calles del centro le había dicho completamente segura que el cargaba "un don" junto a el. Definitivamente no le había agradado la idea y aunque ya tenía 16 años, le había robado el sueño durante un par de noches.

¿Que clase de "Don" era ese?

-¿Hyung?- Otra vez esa pequeña vocecita le había sacado un respingo y se había girado tan despacio como su cuerpo le había permitido.

Nada.

El pasillo detrás del sofá en el que estaba sentado estaba vacío, con la luz del área encendida, por si acaso.

"Oh claro, el fantasma de mi casi esposo no va a verme si me muevo jodidamente lento, que inteligente" pensó Min.

Pero luego al voltearse de nuevo, lo vió justo de frente.

-¿Hyung?

Se estaba volviendo loco.

-¿Puede verme?-el menor se acercó a el rostro pálido de Min y vió sus ojos abrirse aún más.

Jimin sabía de sobra que luego de morir, no iría al cielo y también sabía que no estaba aquí porque necesitara hacer algo para descansar en paz, sabía que lo que necesitaba era a su alma gemela y estaba resignado a esperar a que este viniera con el cuando fuera su turno. Por qué las almas en pena no siempre tienen un asunto que arreglar, a veces, tienen personas que esperar.

No contó con que sus llamadas se fueran a cumplir y que Satanás o quién sea esa persona que le había recogido del suelo de aquella calle y le había llevado a casa, le cumpliría el deseo de que su persona favorita le pudiera ver.

-Eres... Tú.-contestó el mayor, aterrado.

-Lo soy.

Y Min, después de tanto tiempo, agradeció tener un don.
Un talento especial.

"Deseo ya no ver más fantasmas"

Al parecer la vela de su cumpleaños número dieciséis, había fallado después de todo.

Gracias a Dios.

¿Cuántos talentos son suficientes para ver el paraíso?

¿Cuántos talentos son suficientes para ver el paraíso?

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Si, Jimin luce así en mi imaginación al escribir esto. 
Muchas gracias por leer y apoyar esta historia. Perdón por la tardanza.
Nos leemos luego, bye~

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