XXI. Experiencias

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Yoongi parecía obsesionado, obsesionado con relacionar a Jimin con la naturaleza. El chiquillo era su sol , su luna y sus estrellas.

Y rió.

Divisó él cielo y miro a su pequeño planeta, se metería en problemas, pero la sonrisa hacía que lo valiera.

Seis de la mañana, en un precioso amanecer a dos horas de distancia de la casa del pequeño, se había atrevido a traerlo sin ningún permiso haciéndolo faltar a clases y al desayuno con su pequeña familia.

Todo por regalarle él amanecer, ese que atesoraba tanto, ese que Jimin le brindó al conocerlo.

-Hyung mire, una gaviota.-No había algo que hiciera más feliz a Jimin que su hyung, era la experiencia más bonita que iba a tener, incluso si llegaba a visitar la luna.

-Cariño, es una paloma-dijo en una carcajada sonora y él menor no tardó en acompañarla.

-Bueno, es una gaviota bebé. Ya sabes, no evolucionó.

-Feliz cumpleaños, pequeño tonto-dijo y él menor se puso de pie.

-Venga hyung, alcánceme.-El movimiento de caderas era nada sugestivo, era tierno y juguetón, invitaba al mayor a correr por la playa tratando de alcanzarlo justo como en esas películas hollywoodenses para adolescentes.

Yoongi aceptó.

¿Cuantas experiencias son suficientes para llenar un repertorio?

Sé que me tarde pero en mi defensa estoy en finales de semestre y estuve ocupada, espero disfruten este capítulo y les guste mucho el fic.
Nos leemos luego~

Enough. [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora