XII. Encantos.

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Jimin había recorrido todas y cada una de las tiendas del centro comercial y se había probado cientos de diferentes camisas, pantalones y zapatos pues quería verse bien hoy que era su cumpleaños, Yoongi le había prometido una gran orden de papas fritas de su restaurante favorito.

-Aish Jiminnie, quedáte con uno por favor.-Habló Taehyung desde la silla al costado del gran espejo de la tienda.

Jimin tenía dos ganchos en las manos, uno con un suéter lila y otro con uno verde pistache.

-¿Cual es mejor?-preguntó para si mismo y los volvió a sobre poner sobre su pecho uno a la vez.

-Son idénticos-dijo él otro y Jimin soltó una carcajada poco discreta.

Le gustaba él verde.

-Llevaré este.-dijo y Taehyung estirando los brazos al cielo le agradeció a Buda.

Y ni siquiera era budista.

Él era solo un amigo y compañero de clínica de Jimin, vivía en Daegu y su condición era exactamente la misma que la del pequeño Park, solo que sus piernas eran débiles, tanto que dependía de una silla de ruedas para trasladarse, duro ¿No? Bueno, el ya estaba perfectamente acostumbrado y a Jimin le encantaba empujarle y reírse de su cara de nerviosismo.

Salieron de la tienda y luego de caminar un par de cuadras -sin el afán de ser grosera- llegaron a casa de Jimin, encerrándose en la habitación y poniendo manos ala obra, pues en unas horas Yoongi estaría en su casa por primera vez.

Las piernas de Jimin temblaban conforme la hora se acercaba y sus ojos se agrandaron cuando luego de darse un último vistazo en el espejo, el timbre sonó.

-¿Estas listo para caer en mis encantos Min Yoongi?-se preguntó en un susurro y rió.

El daría él primer paso si él mayor era tan tímido.

Salio de la habitación encontrándose a Yoongi sentado en él sofá marrón, sus ojos recorrieron un camino de sus zapatos a sus ojos y le sonrió.

-Feliz cumpleaños -dijo, el menor agradeció con un movimiento de cabeza y se acercó a el.

A decir verdad, esperaba un cumplido.

-Hyung ¿Como está? -preguntó y el mayor se puso de pie.

-Perfecto-contestó y tomó al menor de la mano.-Vamos a comer, te traje lo que te prometí.-y lo llevó al comedor.

¿La comida? Había sido deliciosa e incómoda. La mirada de la señora Park no se despegaba del acompañante de su hijo y las preguntas de Taehyung hicieron que Yoongi tosiera mas de una vez.

Todos habían hablado con Yoongi a excepción del anfitrión y Jimin estaba tan desesperado que sentía que iba a morir.

Un par de horas más tarde, con una fogata y malvaviscos entre los troncos en los que estaban sentados -A excepción de Taehyung- Yoongi recibió una llamada de lo menos importante pero esta hizo que se pusiera de pie y caminara un par de metros para contestar.

La mirada de Jimin lo acompañó y luego de un par de minutos la llamada terminó, dando paso a que Park se pusiera de pie y caminara hacía él.

-Hyung.-dijo con voz débil, los nervios estaban en su garganta y la tenían secuestrada, atada de extremidades y silenciada con cinta adhesiva.

-¿Hmm?-contestó sin mirarle demasiado.

-Dígame que le pasa.-dijo desenterrando seguridad de sus músculos no tan firmes.

-No se a que te refieres Jiminn...

Pero Jimin era mas listo, sabia de sobra que estaba distante, estaba lejano y eso le llenaba de preocupación y confusión.

-Si lo hace, dijo que yo le gustaba pero todo este tiempo ha estado evitándome, huyendo de mi y eso no me gusta, fui paciente, se lo juro pero no puedo más, pensé que vendría a mí como mamá me lo dijo pero usted ha estado respirando todo este tiempo y aun no escucho su declaración,me vestí lindo para usted, me peine diferente y le sonreí tantas veces que creo que mis mejillas duelen, creí que yo le gustaba porque usted lo dijo pero ahora ya no entiendo porque yo sigo sin ser su novio y usted solamente me igno..

-¿Que?-preguntó atónito, creía estar alucinando y sus mejillas se pusieron coloradas -¿Que acabas de decir?

-¡Y ahora resulta que también es sordo!-dijo el menor y se cruzó de brazos.

-Estaba tan inseguro, no es que te haya subestimado pero realmente creí que tu gusto por mi era meramente amistoso, joder ¿Hablas en serio?-estaba tan sorprendido que sentía que pronto caería de culo al suelo por segunda vez.

Este chico lo estaba volviendo loco.

-Si me subestimó.

-Tienes razón.

-Hyung idiota.

-Sé mi novio.

Yoongi cayó en los encantos de Park Jimin y no sólo eso, si no que se habla dejado llevar como cuando tenía seis años en los toboganes del parque acuático.

-¿Ve que no era tan difícil?-dijo y le abrazó.

¿Cuantos encantos son suficientes para dejarse llevar plácidamente?

Amé escribir esto, espero les guste tanto como a mí.

Enough. [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora