Capítulo 9

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El salón a pesar de estar tan lleno de personas... Es tan solitario.
Estos días han estado pasando muchas cosas extrañas, pareciará que alguien esta... Intentado... matarme.

¿porque? Mientras que para algunas personas decir "muerte" es algo muy extremo o imposible... para mi... Es tan normal; decir "puede matarlo" "déjame matarlo" "quieren matarme" "intentaron matarme" es tan normal para mi, tan clásico, tan natural !diablos! !detesto esto!.

-—disculpa —de pronto una chica de cabello marrón se hacerlo a mi y me dio una hoja — te la manda... Un chico —después de decir eso la chica se marcho.

—un chico... —mire la nota— podrá ser... !rudy!

—¡tira eso !—dijo Mey.

—quiero leerla —abrí la nota y comencé a leerla en voz baja.

Hola, lamento hablarte de esta forma pero no puedo salir de clase así que mande a una chica.
Perdona seguro que ni siquiera sabes quién te mando esta nota, bueno soy Rudy ¿me recuerdas? quisiera hablar contigo terminando las clases ¿podrías venir atrás de los salones como a las 6?

—ahhh~ es Rudy —dije con una sonrisa.

—no le hagas caso a la nota, ¿no viste la forma de hablar de la chica? Además esa nota no esta echa a mano ¿no te parece algo... extraño?

— cállate —susurré— voy a ir— por último me dio un suspiro y miró el papel con ganas de romperlo en pedazos.

Cuando terminaron las clases hice lo que la nota me decía, fui detrás de los salones. Estoy de acuerdo con Mey de que es algo sospechoso, pero quisiera poder creer una vez en la vida. En eso sentí un dolor agudo en el cráneo y perdí el conocimiento.

[. . .]

abrí los ojos lentamente, todo estaba borroso, sentí el pasto en mis manos pero no podía moverme con libertad. Cuándo pude recuperar la vista y notar un poco más mi alrededor observe que estaba amarrada desde el pecho hasta la cintura con una soga, y también mis pies.

—jajajaja hola, veo que ya despertaste.

Levanté la mirada y pude ver a la hija del director frente a mí. además había 4 chicos formados como una muralla protectora detrás de ella, todos con sonrisas que realmente asustaban.

—¿qué es lo que quieres?— pregunté. la chica sólo me observó por unos segundos.

—Este es tu castigo ¿no te das cuenta? el primer día de clases me retaste, y eso no lo permito. Todos ustedes son puro ganado, cerdos que obedecen las órdenes de su Superior... Yo soy el amo y tú eres el perro. Y sin embargo tú como un perro te atreviste a contestarme de esa forma, y como buen amo que soy te estoy dando tu castigo.

—entonces ¿tú eres la responsable de todo lo que me ha pasado estos días? —pregunté.

— ¿Acaso no te habías cuenta? vaya que eres ingenua. así es, soy yo.

—¿¡y hasta cuándo piensas parar?!— pregunté a la chica algo molesta. En respuesta la chica me miro y después me dio una bofetada en la cara.

— ¿¡cómo te atreves hablarme con tal falta de respeto?! ¡Mira esto! has hecho que tenga que usar mi mano para tocarte, qué asco —sacó un pañuelo de su bolso y comenzó a limpiarse la mano.


En este momento me siento tan vulnerable, a esta hora todos han salido de clases y están en el dormitorio bastante lejos de aquí, nadie podría oír ahora, y si alguien pudiera escucharme nadie vendría en mi auxilio.
Todo lo que me queda es aguantar y escuchar todo.
C

uando la chica terminó de limpiarse la mano, volvió a mirarme.

— te has comportado de forma tan desagradable, sin embargo soy un buen amo con su mascota, por lo que puedo detener el abuso hacia ti.


—¿de verdad? —pregunte.

— si de verdad, con sólo decirlo, todos te dejarán en paz y no volverán hacerte ningún daño... por supuesto, todo tiene un precio, y tú aún no has pagado completamente tu pecado —chasqueo los dedos y los chicos se acercaron a mi.

Uno de ellos se colocó detrás de mi, y antes de que pudiera hacer nada, la chica lo detuvo y les ordenó que me desataran, entonces cortaron las sogas y cuando pensé que podría huir, que me dejaría ir, el sujeto detrás de mi me tomo del cabello, obligándome a estar medio sentada y a no moverme.

Entonces se acercó otro chico, este se puso frente a mi y con una sonrisa en su rostro me golpeo la cara, me golpeo una y otra vez. supongo que mi cara es tan blandita que no le cansa a su mano. Mientras el tipo me golpea Mey esta muriendo de furia, diciendo cosas que por los golpes me es imposible escuchar.

Doble personalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora