Capitulo 89

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"Callense
No ocupo sus leves palabras,
Yo soy mi crítica mas dura"












— Oye... — una voz suave parecía hablarme, pero hacia frío y en lugar de abrir los ojos me tapé la cara con la manta. — Kuro, ya es de día — su voz continuaba suplicando tranquilamente que me despertara. — Kuro...

Cuando por fin logre medio abrir los ojos, entre luces, sombras y brillos pude ver una cara linda, y unos ojos somnolientos. Su largo cabello blanco caía con suavidad sobre la parte izquierda de su rostro cuando se inclinó asía mi.

— Yuuri vino a despertarte, pero solo tocó tu hombro y se fue — Shiro me pone al tanto de eso y se pone derecho para dar unos cuantos pasos y pararse frente a la puerta — la comida se enfriara.

— Oh, si, ya voy — contesté, y dejando la flojera de lado di un salto fuera de mi cama para comenzar un día lleno de energía; la energía duró..., 2 segundos.

Luego vino una ola helada y me paralizó hasta que me puse mi suéter, oh bueno, el de Yuuri; si, aun no me daban mi ropa.
Ya tenia como 20 días en esa casa, y aunque suene extraño o desvergonzado, estaba bastante cómodo ahí.

Aunque técnicamente me trajeron a la fuerza, y me mantuvieron contra mi voluntad en esta casa, ahora soy yo el que no se quiere ir.
Era como estar de regreso en Aminemon, excepto que aquí no me vigilaban policías.

Desayune junto a Kiwa, y jugamos unas partidas en dead trigger. Nadie mas se encontraba en casa ese día, así que se podría decir que fue bastante tranquilo.
Me puse a dibujar para pasar el rato, y de la nada, apareció Maki en mi cabeza; el estómago se me contrajo. Tenia un mal presentimiento, pero por el momento no podía ni comunicarme con el, así que traté de borrar su cara de mi cabeza y pensar en otra cosa; fue imposible.

Me acosté mirando al techo por la tarde, entre las cinco y las siete preguntándome »¿Que habrá pasado con Rosita?«. No le avisé cuando me regresé a México, me preguntaba si estaba enfadada o preocupada; y mientras pensaba eso, unos gritos en el primer piso me sobresaltaron.

Me senté rápidamente, tratando de escuchar quien era y a quien le gritaba con tanto coraje.
No podía distinguir muy bien sus palabras, pero su voz ronca y gruesa me traía horribles recuerdos con mi padre, y no podía soportarlo.
El estomago se me retorcía y mi cuerpo perdía fuerzas; entonces escuché la voz de Kiwa, mucho mas baja y tratando de defenderse.

Caminé como pude hasta las escaleras, para ver que sucedía, y me entró miedo al ver a Deu gritándole de cosas al pobre de Kiwa. Deu le daba de empujones y amenazaba con golpearlo, y eso me recordaba mas a lo que mi padre me hacía.
No pensé, no pensé ni un poco.

— Baja la voz, quiero ver televisión — le dije en tono mandón mientras me sentaba cómodamente en el sofá y tomaba el control remoto.

— !!CALLATE Y LARGATE!! ¡¿NO VEZ QUE ESTO ES ALGO SERIO?! — me gritó.

— Jajajaja, uuu~y, que miedo — lo mire desinteresado y con una sonrisa sobre el rostro — no te preocupes, sigue con lo tuyo, yo disfrutare de esta escena telenovelesca. Solo una duda, ¿quien es el infiel?

— No creo que... — Antes de que y Kiwa se metiera le paré el alto con mi mano.

— Tu... ¡MALDITA PERRA¡ ¡has estado viviendo aquí como si fueras una jodida invitada vip siendo que no eres mas que una basura desechable! — se me acercó con pasos ruidosos hasta ponerse a unos dos metros a un lado mio detrás del sofá en el que estaba sentado; el corazón me latía tan fuerte que parecía que iba a explotar — Dime ¿que hiciste? ... ¿¡EH?! ¡Perra desgraciada! — se me abalanzó y me tomó del cuello de la camisa, obligándome a levantarme del sofá bruscamente — ¿¡Crees que no se que has estado utilizando a hombres para cubrirte y para que te defiendan?! ¡Que puta...

Doble personalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora