Capítulo 17

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Salpico lodo mientras voy caminando por los charcos de agua que la lluvia ha formado en la calle. ¿a donde voy? A ningún lugar, estoy perdida de hecho, si, es bastante vergonzoso ¿pero de que sirve negar un hecho que resalta tanto?. Anoche corrí tanto y de forma tan descontrolada que antes de que me diera cuenta ya estaba bastante lejos de todo lo que conozco.

—idiota, ¿en que estabas pensando corriendo así como loca? —preguntó Mey algo molesta, pero con tono muy normal.

—no lo se —le contesté, también algo enfadada. Y es que ya tiene rato molestándome.

—no debiste hacerlo, de veras no puedo dejarte sola un momento porque ya haces un montón de estupideces.

—lo se —dije entre dientes. Me estoy esforzando para no gritarle que se calle de una maldita vez, por que todo eso ya lo se.

Meto mi mano en la bolsa de mi pantalón ¡pero, alto! Es verdad, ya no tengo mi ropa, ahora tengo la que Rudy me compró. pero puedo sacar mi ropa de la bolsa ¡que dejé en la casa explosiva! pero bueno, la ropa es lo de menos, ahora lo que importa es que debo volver a la escuela. Desde hace rato que a salido el sol, así que supongo que ya pasan de las nueve.
Quisiera ver un mapa para saber donde estoy, y si, el celular tiene uno, pero un momento, el celular se quedó en la habitación de la escuela «felicidades, kuro».

Los pies me arden, realmente me duelen bastantes, y las piernas y rodillas se comportan como si en cualquier momento se fueran a romper o a quebrar. Decido sentarme en una banca a descansar. El alivio y cansancio se notan al instante. Siento que todo el cuerpo me punza, me hormiguea y se niega a moverse.

Mey esta como nueva, ni siquiera se sienta, esta parada a un lado mio mirando todo al rededor; al verla hago lo mismo. Estoy en la orilla de un pequeño parque, ya que es temprano esta solo. Detrás mio se encuentra un gran árbol de nombre trueno, es un árbol que da mucha sombra, y es lindo aunque no de ni flores ni fruto. A un metro de mi esta la calle, llena de charcos con algunas de esas plantas y musgo que crece entre la banqueta y la calle. Justo entonces veo a una pequeña rana que salta, «es linda» pienso, entonces la llanta de un auto que se a estacionado la aplasta.

Me quedo boquiabierta y rápidamente veo el carro que la acaba de aplastar; es un carro de la policía. Un escalofrío recorre mi espalda y automáticamente sostengo el aire dentro de mi. Veo mi reflejo en los vidrios paralizados del carro esperando a que pase algo. Entonces el vidrio baja y puedo ver quien esta del otro lado.

—¡kuro! —gritó el oficial Cris— ¡al fin te encuentro, que alegría!— bajo del auto inmediatamente y corre a darme un fuerte abrazo casi llorando.

—oficial Cris, me aplasta —me quejé un poco, aunque con una sonrisa.

—lo siento —se alejó un poco- ¿donde te habías metido? El jefe Marck mando a cuatro patrullas anoche para buscarte pero no te encontrábamos, por un momento me asuste y... —se detuvo un momento y volvió a abrazarme mas fuerte— ¡pero estas bien, que bien!

—Que bueno que llegas, la verdad es que desde hace varias horas no e dejado de caminar totalmente perdida.

—¿!que?! ¿¡en cerio?! ¿y-y estas bien? ¿no estas herida? — giró y miró por todos lados para comprobar que no tuviera alguna herida.

—estoy bien, solo me duelen un poco los pies por caminar tanto.

—ya veo, entonces te alegrará saber que volverás a la escuela en auto —dijo, con una amplia sonrisa, poniendo su mano frente a el, la otra apuntando a la patrulla y haciendo una pequeña reverencia como si fuera uno de esos botones que están a la entrada de un hotel elegante.

Doble personalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora