Capitulo 86

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"Sigue adelante,
Sigue sonriendo,
Sigue con tu vida hasta el final
Porque la historia no termina hasta que aparezcan las letras
THE END"











Kiwa no parecía conocer muy bien la ciudad, pero no era para nada orgulloso y le preguntaba a las personas la ubicación cada que sentía que estaba yéndose por un lugar equivocado.

No era para nada incómodo estar a su lado, mas que eso, el emanaba una sensación reconfortante, dulce, incluso algo delicada. No era como sentir a un fuerte hombre a tu lado, mas bien era como estar con una mujer muy alta. Aunque no actuaba afeminado no me daba la sensación varonil que te dan los chicos comúnmente. Su voz era suave, y muy tranquilo.
Su piel no era muy blanca, pero parecía tan delicada como una.

Cuando se detuvo yo también me paré; me dio una hoja, arregló mi fliquito que se había ido por todos lados por el aire y me dio un pequeño empujón en la espalda para que continuará caminando.

— Es aquí a la vuelta — dijo, apuntando la esquina izquierda — Yo te esperaré en aquel Oxxo — sin mas, se dio la media vuelta.

— Espera, ¿que se supone que hay...? — al ver que no pensaba detenerse, ni responder, o al menos escuchar, deje mi pregunta a medias, frote mis brazos con las manos ante un escalofrío y seguí el camino indicado por el.

Me sentía extrañamente abandonado y vulnerable sin nadie a mi lado. Es curioso como el humano tiene la habilidad de adaptarse y acostumbrarse a las cosas rápidamente. Antes de venir no caminaba con nadie, y el tener incluso a alguien a mi lado me resultaba una molestia.

Y antes de eso me sentía solo cuando mis compañeros de Aminemon no me estaban molestando. Y antes de eso, estaba tan abandonado por la gente que ni siquiera podía dar una respuesta normal ante una plática casual.

En pocos días, incluso en pocas horas, o minutos, soy capaz de acostumbrarme a muchas cosas. No se si sea normal, pero para mi, es muy curioso; creo que puedo entender por que los psiquiatras y psicología se interesan tanto por la mentalidad humana; es muy interesante.

Cuando crucé la calle no vi nada mas que el mismo pequeño parque, una calle normal y nada más. Me senté en una banca frente a la carretera a esperar, ¿que cosa?, no tenía idea.
Pasaron los minutos, las cinco de la tarde pasó, y el reloj continuó caminando sin detenerse.

Entonces, me paralice, mi piel se puso de erizo, mi respiración se contuvo, y mis pupilas desaparecieron. Maki estaba caminando justo del otro lado de la carretera y había entrado a la pastelería de enfrente con su hermana mayor.

Tenía el cabello castaño oscuro; al parecer dejó los tintes. Traía una chaqueta negra y cuando reía podía ver el pequeño brillo de sus brackes. Cuando entraron se sentaron justo en la mesa al lado de la ventana frente a mi.

De repente tenia miedo de moverme y que el girara la vista y me viera ahí; pero quería salir corriendo, y a la vez quería que me viera. No sabia que decidir, y al final pasó el suficiente tiempo para que mis piernas se congelaran y no pudiera levantarme con normalidad, así que preferí quedarme ahí.

Doble personalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora