Capitulo 39

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"¿Porque todo tiene que
Terminar
Con alguien sufriendo?





Maki me contó lo que sucedió. Al parecer salió de la escuela por material que le pidieron y fuera lo molestaron unos chicos. Los chicos lo siguieron mientras le decían de cosas y cuando uno de ellos le tiró una piedra en la cabeza el estalló y corrió tras ellos para golpearlos.

Tomó a uno y comenzó a golpearlo un sin numero de veces mientras el otro chico pedía perdón y los otros escapaban. Maki dijo que estaba tan enojado que quería matarlo, y que si no fuera por que unas personas se metieron a detenerlo el probablemente lo hubiera matado. En cuanto se calmó un poco mas corrió directo a la escuela.

Cuando Maki me contó la historia se notaba que lo hacía con mucho esfuerzo para no llorar, tal vez por algo de tristeza combinado con algo de enojo. Su voz se cortaba y sus ojos estaban rojos. Cuando término de hablar ocultó su cara con una mano, bajó la cabeza y comenzaron a pasar lágrimas silenciosas por su cara.

Me sentí impotente a un lado de el. Comprendía lo que sentía y en mi garganta también se había formado un nudo. Tenía la enorme necesidad de curar las heridas en su cuerpo, darle un abrazo, de decirle algo para consolarlo, pero dos cosas me lo impedían. La primera es que a mi nadie me a consolado antes así que no sabría que decirle, me daba miedo decir algo que en lugar de animarlo lo hiciera sentir peor.

La segunda cosa es que Mey me miraba fijamente. Su mirada paralizaba hasta mis pensamientos. Obviamente lo que trata de decirme es recordarme lo de hace días y tratar de que la culpa y el miedo me consuman... claro que lo logra.

Sabia muy bien lo que debía hacer, tenia que hacer que se fuera, pero, simplemente no tenia el coraje ni el corazón para eso.

«Mey... no puedo hacerlo, has lo que tengas que hacer pero no me obligues a hacerle algo tan cruel» —le dije con mi mirada suplicante; Mey tomó mi cuerpo.

Me paré frente a Maki y sonreí maliciosamente.

— ¿y que quieres que te diga? ¿esperas que te consuele? Sabes, al verte todo apaleado me entran ganas de golpearte también. Sabes que disfruto del sufrimiento ajeno — en ningún momento quité mi sonrisa.

Maki me miraba, parecía no creer lo que estaba diciendo. Fruncio un poco el ceño y se levantó de mi cama parándose frente a mi con expresión de dolor, decepción y algo de enojo.

— Kuro, sabes que te aprecio y justo ahora aun estoy con la adrenalina de hace un momento, no me hagas decir algo de lo que luego me arrepienta por la forma en la que te estas comportando — se notaba que se estaba forzando en tranquilizarse a si mismo.

— bueno — caminé a la entrada, abrí la puerta y me pare al lado de ella — vete entonces — sonreí sin ningún tipo de arrepentimiento.

Maki abrió los ojos como platos por un segundo; asombrado. Luego se marchó sin decir una sola palabra mas, su mirada al suelo y su forma de caminar lo decían todo. Estaba muy triste y decepcionado de mi trato.
Al cerrar la puerta me desplome en el suelo, Mey salió y no me miró.

Tragé saliva, intentando quitarme ese nudo en mi garganta, aunque obviamente no sirvió de nada. Tomé rápidamente mi teléfono sobre la cama y busque en whatsapp a mi contacto Zen. Si, tengo su número, de hecho tengo el de Maki y Cris también. Por dos semanas enteras me estuvieron jodiendo por mi número, hasta que se los dí hace apenas unos días.

Le mandé un mensaje diciendo que el Maki estaba mal y que fuera a ver que tiene. Zen contestó inmediatamente y dijo que iría en ese mismo momento con el. Suspiré de alivio al saber que recibiría algo de ayuda por un amigo suyo.

Subí a mi cama y me hice bolita abrazando a Shiro. Soy una terrible persona, desde que nací me la eh pasado arruinando las vidas de las personas a mi alrededor. No quiero herirme y en el camino por tratar de protegerme lastimo a otros y me lastimo a mi misma.

Porque de todas las personas, ¿porque tenía que venir conmigo por ayuda? Maki es muy popular con todos y ah hecho muchos amigos y amigas, entonces ¿porque? ¿porque yo?. Yo que siempre traté de no ser muy amigable, de siempre alejarme, yo que casi nunca los trato bien, yo que me comporto fría, mala, y que soy una doble cara ¿porque? ¿porque? ¿porque?. «¿¡porque tuvo que decir que me apreciaba?! ¿¡porque me aprecia?! ¡yo no hice nada para merecer su aprecio y bondad!»

¿Porque vino conmigo? esa pregunta me atormenta. No debo encariñarme, y no se si ya lo estoy, y si lo estoy debo tratar de alejarme, pero eso me duele, y si me quedo terminará doliendome igual, y ese dolor no solo me daña a mi, lastimo a Mey, entonces aún si decidiera ser buena con todos aunque al final me abandonen y yo termine sufriendo, aun si hago eso para no herir a nadie, hago sufrir a Mey, a la chica que siempre esta conmigo.

Y si elijo protegerme y dañar a los demás... no, no me gusta. «¿Que se supone que debo hacer? ¿¡que, que debo hacer?! ¿¡porque todo tiene que terminar con alguien sufriendo?! ¿¡porque no puedo encontrar una respuesta?! ¿¡porque me duele tanto todo lo que pasa?! ¿¡porque?! ¿¡por que soy tan débil?!».

Mordi mi mano para no llorar, y empecé a buscar algo con que alejar mi mente de este problema y de esta realidad. Imaginé una buena vida y una gran historia en mi cabeza, algo con lo que sería feliz y me gustaría que me pasara. Con esa historia en mi mente olvidé todo lo pasado y me quedé dormida.

Como es normal, esa noche soñé con algo que tenía que ver con mi día, mas que sueño, fue una pesadilla. Primero apareció Maki llorando, yo traté de alcanzarlo pero de pronto se volvió un recuerdo de algo que había pasado apenas hace unos días.

Mey se quitaba la venta de su brazo izquierdo. Yo quede aterrada e impresionada, sin ninguna palabra en mi boca mientras veía su brazo y la venda cayendo al suelo lenta y suavemente.

Su brazo estaba repleta de cicatrices, profundas, algunas mas largas que otras, y otras cosidas con hilo rojo. Se quitó la venda del píe, y el de la pierna también. Todo estaba llenó de esas cicatrices.

— Cada cicatriz, es una vez que lloraste — Me dice mientras se quita la última venda de la mano.

Sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a brotar, y en ese momento su brazo comenzó a sangrar, la sangre brotó de una herida que parecía haberse hecho por una navaja, era fina y alargada. La culpa me comía viva, y no sabia que hacer. Verla sangrar porque justo en ese momento comencé a llorar me hice sentir todavía peor.

— No me estáis ayudando mucho ¿sabéis? — Me sonrió y quitó el cabello de su cara el cual tapaba la mitas de su rostro.

Su ojo era gris, estaba ciego. Pero podía percibir un rojo carmesí muy al fondo de ese ojo ciego y muerto. También tenía una horrible cicatriz, como si se la hubiera hecho con un cuchillo. La cicatriz abarcaba tal vez unos tres o cuatro centímetros desde arriba del ojo hasta otros tres o cuatro centímetros debajo de este. Incluso su globo ocular le continuaba a la marca.








"¿porque soy tan débil?"








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Consejo del buen escritor:

"Si abrazas a alguien
Primero asegurate de que
La persona no tenga un
Cuchillo que encajarte
En la espalda"

Doble personalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora