Capítulo 6

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Después de ese día en el accidente de la cafetería y el baldaso de agua en el baño no e dejado de sufrir burlas. Ahora me conocen como la chica inodoro, he, ¿encantador, verdad?. Creo que no tengo unos compañeros muy creativos.

También me han echo otro tipos de cosas, como romperme mi ropa, tirarme el almuerzo, meter animales en mis cosas, empujarme, etc.
Hoy de nuevo me levantó el timbre del desayuno, no quiero desayunar, ayer metieron una cucaracha en mi bebida, lo bueno fue que me di cuenta a tiempo y pude tirarla.

Me pongo de pie, me cambio de ropa y me dirijo a clases después de un rato. Mi estomago me gruñe pero me niego a ir a desayunar.
Cuando salgo de mi cuarto me asusto por un momento al ver a Roci en la entrada.

—¡ah! Ya saliste, justo iba a tocar tu puerta  — sonrió.

—Buenos días — Saludé algo desanimada, sin embargo forcé una sonrisa para no hacer que se preocupe mas de lo que estaba ayer.

— ¿¡donde quedo toda tu energía?! — me preguntó alegremente.

— Se fue al caño — Contestó Mey, de forma muy casual.

«lo que dijo Mey».

— En fin, vine por ti para ir a desayunar — me tomó del brazo y me jaló contra mi voluntad.

Me llevó a la fuerza y casi corriendo por toda la escuela. Varias veces estuve a punto de tropezar y caer, pero para mi suerte no pasó.
Cuando llegamos a la cafetería nos unimos a la fila y pedimos lo nuestro. O mas bien nos dieron lo que Roci quería llevar, ya que quería que probara las hamburguesas.

Me dieron una hamburguesa en una bandeja junto con un baso de refresco. Lo tomo con ambas manos firmemente y camino a mi asiento. Antes de llegar a mi lugar alguien me empuja por detrás y hace que tire la bandeja con la comida.
La bandeja cae y se desliza abajo de una silla, la hamburguesa se destroza por completo y la gaseosa se derrama por todo el piso, además cae un poco en mis zapatos y en las patas de la silla.

— ups, lo siento — se disculpa un chico con una sonrisa burlona en su rostro.

—¡esa disculpa no es para nada sincera! — aclaró Mey furiosa— déjamelo a mi, are que se arrepienta de rodillas como el gusano rastrero que es.

— Oh, no ay problema, de todos modos no tenía tanta hambre — «Quédate dentro, por favor« supliqué en mi cabeza.

— ¡oigan, aquí una chica hizo un cochinero! — Una chica que estaba sentada me apuntaba con su dedo, y trataba todo para que el mundo entero se diera cuenta de mi pecado.

Sus amigos al lado de ella le siguieron la burla. Sus risas eran altas y muy dramáticas.
Después de ella llego otra, y otro, se acercaron la mayoría de los que estaban en la cafetería; es mas, desde afuera vinieron entrando como hormigas.

Roci quedó hasta el fondo pues los compañeros se amontonaron tanto que la empujaron hasta afuera.
Todos me rodearon, las burlas, insultos y los flash de las cámaras se mezclaban a mi alrededor. Comencé a marearme de nuevo, era como si todo me diera vueltas. Mi cuerpo se hundió en escalofríos y mi mente se congeló completamente.
Las burlas de palabras se volvieron empujones y golpes en la cabeza con cosas. Creo que también me tiraron malteada sobre la cabeza y me golpearon con algo de comida.

—kuro, dejadme salir ¡ahora! — me ordenó, Mey — tal vez tu lo soportes pero yo no.

«No puedo, no puedo dejar que salga. Si ella sale, es probable que mate a alguien; la e contenido demasiado tiempo».
Los mareos aumentaban, la visión distorsionada, los sonidos hacían eco, era terrible. Ya no podía contener a Mey mas tiempo. Para controlar la necesitaba fuerza, y con la mente tan distraída no podía calmarme ni un poco.
Mis manos temblorosas dejaron de temblar, una señal de la calma que surge cuando Mey quiere controlar mi cuerpo.

— ¡basta! — de pronto una voz masculina resaltó sobre las demás, como pude levanté mi cabeza y entonces ví a un chico abriendo paso entre la multitud — ¿no les da vergüenza? Es una chica contra toda la escuela, eso es algo injusto ¿no creen? ¡¡ya váyanse, no hay nada que ver aquí!!

Después de decir eso, todos se comenzaron a Marchar uno por uno de mala gana, y otros blasfemando entre dientes. El chico puso la mano frente a mi, ofreciendome su ayuda con una cálida sonrisa.
El chico era de piel bronceada, ojos marrones y cabello castaño.
Estiré mi mano para tomar la suya pero Mey me interrumpió.

— No lo hagas, este tío me da mala espina — me advierte mientras tomaba mi mano.

— a ti te da mala espina todo el mundo — susurré.

—¿hm? ¿dijiste algo? — preguntó el chico.

—¿eh? No nada... etto... Gracias por ayudarme — Tomé su cálida mano, y al tomarla me sentí muy cómoda, debe ser porque nunca antes alguien se atrevió a ayudarme.

— No, no, es un placer haberte ayudado, mi nombre es Rudy... disculpa si me equívoco pero... ¿tu nombre es Kuro? — inclinó su cabeza un poco y me preguntó con una sonrisa que casi hace que mi corazón se derrita.

— Si, me llamo kuro — conteste algo tímida pero tremendamente feliz — Rudy sonrió mas aun al saber mi nombre

— ¿¡como sabe que tu nombre es kuro?! — gritó Mey — ¿¡de que sonríes maldito put*?! ¿¡quieres pelear?!

— Bueno, tengo que irme... — se acerco a mi y me miro fijamente a los ojos — cuando necesites a alguien, puedes contar conmigo ¿vale?

— S-si, vale — contesté. Creo que mi cara quedó como un tomate cuando el se fue. En cambio Mey solo suspiró.

— siempre seras la misma pringao. Si te pasa algo yo te diré con una gran sonrisa "te-lo-di-je".

Doble personalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora