La carta
Las personas con hipocresía en sus rostros se acercaban a felicitarla, personas que ni siquiera conocía; que bueno que había llevado algunos cursos de actuación en la secundaria para actuar como si ese día era tan bueno y agradable a la vista de los demás.
Por fin su agonía está terminando y esa desdichada fiesta estaba llegando a su final, aunque no sabía cómo sería todo después de la fiesta, ese miserable la llevaría a su casa y sabía que su verdadera tortura comenzaría. Subieron a la limosina de color blanco que los esperaba en la entrada del club donde se celebraba su fiesta de matrimonio. Los edificios eran más interesantes que mirar a su flamante esposo quien desde que se subió al auto parecía estar concentrado en la laptop que llevaba en sus piernas.
Flash Back
—Fin— dijo la mujer pelinegra mirando esos ojitos verdes llenos de tanta inocencia. —Descansa mi pequeña— comentó dejando un beso maternal en la frente de la niña que cerraba sus ojitos por el cansancio. —Te pareces tanto a tu madre— añadió Susana cobijando a la niña perdida en su inconsciente sueño.
Salió de la habitación bajando las escaleras de esa gran mansión cuando por desgracia en la gran sala se encontraba esa arpía mirándola con desdén. —Recoge tus cosas—dijo la mujer rubia mirando a la patética niñera que la miraba con rabia. — Estás despedida— añadió Ágata Gallardo y la pelinegra salió de la mansión sin siquiera prestarle atención. Lo que más le dolía era dejar a esos pequeños sin protección, sobre todo a su niña Sarah.
Esa arpía se había acostado con su despreciable marido quien ejercía como jardinero de la familia, la pelinegra al enterarse del engaño le reclamó ganándose varios golpes por parte de su flamante esposo, quien se encontraba preso por violencia doméstica, pero sabía que no estaría lo suficiente en la cárcel para retenerlo, sabía que Ágata Gallardo lo estaba ayudando, esa insufrible mujer era su cómplice y estaba segura que no era de fiar, esos dos eran capaces de cualquier cosa, en ese momento lo único que le importaba era poner a salvo a su pequeño Pablo.
Caminó por la oscuridad de la noche hasta llegar a la parada del metro, pero no se sentía segura, seguramente su cabeza le estaba jugando una mala pasada. Cuando por fin llegó a su casa respiró profundamente sintiéndose segura, la joven que cuidaba a su hijo la saludo y luego se retiró dejándola completamente sola.
Subió a la habitación de su niño quien se encontraba dormido, acarició su mejilla, mientras una lagrima salía de sus ojos. — Debo protegerte mi amor— dijo Susana limpiando la lagrima de su mejilla.
Besó la frente de su pequeño y se encaminó hasta el escritorio de su habitación sacando varias hojas de papel y una pluma. —Todo hubiera sido tan diferente si estuvieras con vida Adriana— comentó y empezó a escribir sin parar esa carta que cambiaría el rumbo de las cosas en el futuro.
Fin del flash back
Sarah miró como la limosina se adentraba a un condominio departamental donde gritaba lujos por doquier, cuando bajaron del auto, el portero los esperaba abriendo las puertas del gran edificio. Caminaron hasta llegar al ascensor y con una contraseña personal la puerta se cerró. — ¿Y ahora qué? — preguntó la rubia rompiendo el incómodo silencio. —¿Cuánto tiempo va a tardar esta farsa de matrimonio? — soltó con su lengua venenosa y el pelinegro sonrió con malicia. —No tienes ni idea a dónde has llegado Sarah Gallardo— comentó Pablo mirándola con arrogancia y la rubia tensó la mandíbula. —Bienvenida al infierno— añadió con malicia el pelinegro mientras las puertas del ascensor habrían paso a un lujoso pent-house.
Bueno ¿Qué esconderá el pasado mis amores? Oh Sarah ¿Qué será lo que te espera en ese matrimonio?
Les quiere Yarlin💜
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¡Te odio!
RomanceUna chica de 24 años, trabaja para la constructora de su familia, ella es una diosa, todos los hombres la desean, pero ninguno a llegado a ese corazón que es más frío que un témpano de hielo. Un hombre de 27 años, tiene su propio imperio, es millona...