El castigo
Era otro día mas en ese maldito lugar, que a pesar de su belleza estaba empezando a odiar ese pent-house, se levantó de la cama encaminándose hacia el baño y después de relajarse, iba a salir de su habitación, pero la puerta no cedía ¿Qué mierda estaba pasando? Agarrando su teléfono llamó a Pablo, pero su llamada no estaba saliendo "Su número esta fuera de servicio" Ese maldito la había encerrado e incomunicado. —Ahhh— gritó rabiosa desacomodando las sabanas de su cama tirándola al suelo. — Veo que ya se levantó Señora D'Monte — dijo la mujer parada en la puerta de la habitación. — Le traje el desayuno espero y lo disfrute— comentó con arrogancia el ama de llaves; no sabía cómo estaba empezando a odiar a esa mujer. —¿Dónde está tu jefe? Quiero que me dé la cara— dijo la rubia furiosa resoplando enojada. —El señor D'Monte ya se fue a la oficina, pero si desea darle un recado puede enviarlo conmigo— comentó la mujer colocando la bandeja en el suelo por la puerta. —Dile que se muera— dijo Sarah con rabia al mirar la sonrisa arrogante de esa mujer morena que cerraba la puerta. —Cuanto te odio Pablo D'Monte— bufó mirando hacia la ventana.
Ella reía sin parar, su compañía le era demasiado grata —, Alicia parecía la hija del mismísimo diablo de lo roja y molesta que estaba, mientras Melissa y yo nos reinamos a carcajadas — contaba Julián negando con la cabeza. —Fue una broma muy épica que le habíamos hecho a nuestra hermana— dijo mirando a la castaña que parecía disfrutar de su compañía mientras contaba de una anécdota adolescente. —Alicia debió estar muy furiosa al encontrase con su cabello corto y de amarillo fosforescente ¿A quién se le ocurrió eso? — preguntó Dalia divertida. —Fue idea de Melissa, créeme la menor de los Gallardos desde pequeña era mala— contestó divertido y su mirada viajó hacia esa sonrisa de la chica más linda que sus ojos habían visto. — Después nos castigaron, con nuestras mesadas y ahorros tuvimos que pagar el tratamiento que le hicieron a mi hermana en el cabello— dijo Julián acercándose aún más a la castaña y sus manos se entrelazaron. —Creo que es hora de regresar a clases— añadió parándose con la chica para ayudarla a llegar al aula de su próxima clase.
Entró al pent-house divertido miro a Magdalena que lo esperaba en el living —¿Cómo se ha portado mi reclusa? — preguntó a Magda que negaba con la cabeza divertida. — Lo que me haces hacer muchacho, eres cruel — contestó la mujer morena. —Esa pobre chica ha estado gritando todo el día y su habitación ha sido destrozada— dijo Magda que se encaminaba hacia la salida. —Es más te envió un mensaje "que te mueras" sus palabras— rio la morena saliendo por las puertas del ascensor. — Condenada mujer seguro que has disfrutado tu castigo — dijo el pelinegro sacándose su blazer colocándolo en el sofá; seguramente una fiera estaba esperándolo dentro de esa habitación; pensó al mirar la puerta negra de la habitación de Sarah.
—Espero que hayas disfrutado tu castigo— comentó entrando a la habitación, pero tuvo que agacharse para capearse el florero que había salido volando en su dirección. — Esta loca mujer— exclamó mirando el florero hecho pedazos en el suelo y luego miró a la rubia que estaba roja de la furia mirándolo con odio. —No vas hablar— dijo echando un vistazo a la habitación que estaba vuelta al revés — ¿Aquí paso un tornado o que mierda? — preguntó mirando las sabanas tiradas en el suelo, con plumas a todo el alrededor con las almohadas completamente rotas y las lámparas inservibles, el colchón estaba pelado en la cama y los platos quebrados en una esquina. —Nunca en tu vida vuelvas a encerrarme o juro que te mataré torturándote que desearas la muerte— amenazó la rubia acercándose al pelinegro como una gata sigilosa mirando su presa ¿Debería preocuparse? Se preguntó a si mismo cuando una mano por poco tocaba su mejilla con impulso. —No vuelvas a levantarme la mano— dijo sosteniendo la muñeca de la rubia con su mano y con su fuerza la coloco arre costada a la pared apresándola con sus brazos. —Ni mucho menos a amenazarme, porque este solo es el principio de mi venganza — dijo molesto mirándola con odio; mientras ella no comprendía la magnitud de la palabra venganza.
Si que están tensas las cosas mis amores...
Les quiere Yarlin💜

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¡Te odio!
Storie d'amoreUna chica de 24 años, trabaja para la constructora de su familia, ella es una diosa, todos los hombres la desean, pero ninguno a llegado a ese corazón que es más frío que un témpano de hielo. Un hombre de 27 años, tiene su propio imperio, es millona...