4.- "Vuelta a la manzana"

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Después de visitar a Jack y quedar un poco "consternada" por el secreto que tenía muy oculto recorrí las calles pensando en mi madre ¿Cómo estará? ¿Estará durmiendo? O la tristeza no la deja dormir; estaba tan inmersa en mis pensamientos, tan concentrada en querer ver a mi madre otra vez que en un pestañear aparecí afuera de mi casa.

Miré a los alrededores y al girar mi cabeza ya estaba en mi sala de estar, comencé a buscar en todas las habitaciones si había alguien y al llegar a mi cuarto vi a mi mamá sentada en mi cama abrazando el oso de peluche con el que dormía cuando era niña, al quedar frente a ella había vestigios de un llanto, sus ojos rojos, su rostro pálido, tan sólo dolor en un rostro que solo había alegría.

Me lancé sobre ella y la abrase como nunca antes; aunque no podía sentir aquel hermoso abrazo a nivel físico fue una emoción nunca antes sentida como si ella sintiera mi energía y la calmara.

—No importa cuanto tiempo pase, yo siempre te amare—sus palabras son tan tranquilizadoras a pesar de lo mal que esta todo.

Ella en el fondo sabía que la estaba escuchando; nosotras teníamos una relación muy cercana aunque ella nunca olvido su papel como madre sabía que podría contar con ella para lo que fuera.

Después de un rato de estar con mi madre escuché que abrían la puerta de la entrada y era mi hermano [por parte padre] no te teníamos una relación muy cercana desde que me mude a Memphis y lo observé mientras caminaba directamente a mi habitación [creo que no es la primera ves que viene a buscar a mi madre]

—Hola mamá, sabes que no es muy bueno que vengas aquí por ahora [mirando alrededor] veo que todo está tal cuál que la última vez que vine a buscarte, si quieres podemos venir juntos mañana—le dijo para consolar un poco a la mujer que tanto yo amo— tenía razón todo estaba tal cual que la vez que me fui.

—Hijo creo que esta vez la sentí...[mi hermano la vio extrañado] sentí que estaba cerca de mí, sentí aquella calma que tanta falta me hacía.

—Creo que es posible, quizás incluso puede oírte pero ahora tenemos que ir a casa papá está por llegar.

Mamá esperó que mi hermano se retirara y miro hacia atrás y yo me detuve en frente de ella y dijo:

—Mi pequeña luz de esperanza, si puedes oírme espero que vengas a visitarme de vez en cuando y quiero que sepas que no descansaré hasta saber quien me quitó lo más preciado en mi vida— se marchó y cerró la puerta detrás de ella y le respondí:

—No te preocupes yo tambien estoy buscando a ese malnacido.

Como ya había visitado a todo los sospechosos decidí ir a la estación de Policía [mike ese fin de semana había estado en otro estado asi que no era probable que él fuera el responsable] comencé a pensar en aquella sala donde estaban todos los sospechosos de mi caso y todo comenzó a rotar como una ruleta y al mismo tiempo a desvanecerse; la entrada de mi casa comenzó a convertirse en la oficina, vi la pizarra tenía una sola persona un tal Aurelio Jiménez a quién yo no conocía,unas voces provenían desde el pasillo me sacaron de mis pensamientos y para mi suerte llevaban a Aurelio a interrogatorio, traspase todo lo que tenía en frente incluso a algunas personas y terminaban con escalofríos pero llegué a la sala donde lo iba a interrogar el detective Vega mientras el detective Brown estaba detrás el espejo mágico para estudiar todas sus reacciones.

—Señor Jiménez tengo entendido que usted tiene un cargo de agresión en su contra— le dijo el detective Vega muy serio.

—Está en lo correcto pero ¿puede ser mas especifico en la pregunta?— su aspecto da a entender que no se ha bañado en unos cuantos días.

—¿Usted conoce a Ruth moxler?—¿aún más directo señor Jiménez?

—Su nombre no me es familiar ¿por qué?— si algún día lo viera seria dificil sacarlo de mi cabeza es de esos hombres desagradables difíciles de olvidar.

—Porque en un reporte forense de la chaqueta de la señorita Moxler encontramos sus huellas dactilares —el detective Vega le enseñó unos papeles con las prueba.

—¿En serio?— hasta yo puedo notar que esta mintiendo

—Si, si no lo fuera no lo habíamos localizado— este hombre me agrada.

—Digamos que puede que yo tocara su chaqueta— ¡MI CHAQUETA!

Creo que este hombre sabe algo pero no es tan imbécil como para culparse.

—Detective no tiene absolutamente nada para probar que yo pude o no hacerle algo a esa chica— si tan solo yo estuviera ahí ya lo habría golpeado.

—Creo que podría estar en lo correcto señor Jiménez, pero estaremos en contacto— Se levantaron y el tal Aurelio fue escoltado a la salida.

Creo que tendre que hablar con Raziel para que me ayude a buscar a este hombre porque no me dejo muy tanquila su respuesta y espero el me ayude.

¿Aurelio sabra más de lo que dice?

¿Por qué el tendría que haber tocado mi chaqueta?

¿Tendrá un cómplice? O ¿Conoce  a mí asesino?.

Un diario de Ultratumba | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora