CAPÍTULO 4

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- ¿C-Cómo? - Leí las hojas por tercera vez, y giré con Shannon. - ¿Yo...?

- Sí - Su felicidad era bastante notoria. -. ¡Felicidades, Chise!

Se acercó para darme un cálido abrazo, apretándome el pecho, sin acercarse mucho a mi estómago. Normalmente correspondo los abrazos cuando me felicitan por las cosas buenas que me suceden o causaba, pero esta vez estaba paralizada. No sabía cómo reaccionar ante la noticia que para cualquier mujer sería una agradable. Observaba la nada encima del hombro de Shannon, todavía con el dilema si era la realidad o un sueño.

«Embarazada». La palabra se repetía mil veces en mi cabeza.

Shannon se alejó para ver mi rostro, y suspiró al ver que seguía con la misma expresión de confusión. No sabía como sentirme. ¿Tenía miedo? ¿Estaba sorprendida? ¿Qué tengo que sentir en ese momento? ¿Cómo tendría que reaccionar? Fruncí el seño y sentí mis brazos temblar por sí solos. Mi estómago estaba dando vueltas, causándome nauseas.

- Shannon... yo no...

- Sabía que dirías que es un error. Varias me dicen eso - Rie. -. Tuve que hacerte ese análisis de sangre para comprobar mi teoría, y di en el blanco. Digo, tienes todos los síntomas que una mujer embarazada experimenta. Como es tu primer embarazo es normal que lleguen fuertes o que no sepas controlarlos. 

- ¡Pero yo-...!

Shannon hizo una seña para que callase y me guiñó el ojo. 

- Te dije que te lo contaría a ti y sería tu responsabilidad compartírselo a alguien más, por lo que no deberías gritarlo. ¿O querías que el padre se enterase también? - Me sonrojé cuando entendí que se refería a Elías cuando señaló con el pulgar a la puerta.

- ¿Q-Qué te hace pensar que Elías es quien...? 

Cruzó los brazos, y volteó al techo como si estuviese pensando en su respuesta. Más bien, parecía que quería jugar conmigo. 

- Pues no eres una chica que conozca multitud de hombres con los cuales esté dispuesta a tener relaciones, además de que no eres de las que se entregarían fácil. Y bueno, suponiendo que sientes algo más que amistad por el mago de las espinas... - Estaba haciendo ruido con su zapato, esperando mis reacciones.

Me aferré a las sábanas, muriendo internamente de la vergüenza. Sentía el cómo mi rostro se coloraba por cada segundo que pasaba, pensando en la forma en la que había terminado embarazada de la persona que había adivinado Shannon.

Giré al lado contrario donde se encontraba la causante de mi confusión y vergüenza de ese instante. La sensación que tenía en el estómago se hacía más intensa.

- No haré comentarios al respecto.

Miré mi estómago y la toqué. Obvio no habían cambios físicos por el momento, pero sí psicológicos. De un día para otro, me había convertido en candidata para ser madre sin haberlo pensado. Una slay vega como madre. Y un mago siendo... Suspiré. 

Quería ocultar ese hecho, pero ahora que Shannon supo que quedé embarazada por accidente, sabrá que tuve una noche de curiosidad con Elías en un pasado no tan distante. Por el momento actuamos como aprendiz y mago, como amigos, como conocidos. Pero esa noche, todo parecía tan cercano e íntimo; tan liberador, tan embriagante...

- ¿Chise? - La voz de Shannon llegó para interrumpir mis recuerdos. - Ah, que bueno que sigues en tierra - Sonrió. -. Sé que mueres por contarle a Elías y a Ruth sobre tu embarazo, pero hay algunas cosas que debes saber antes de eso.

Su sonrisa se desvanecía poco a poco. Miré las hojas que me entregó, y apenas había notado las furiosas líneas negras tachando información que parecía relevante. Veía mi nombre, la fecha en la que Shannon había hecho el análisis -que fue ayer-, pero no podía saber más información que la prueba había sido ''positiva''. No podía leer siquiera el tiempo en el que llevo un ser en mi vientre. Y el que Shannon esté ocultándome cosas de algo que es importante para todo ser vivo, era de alarmarse.

Noventa de probabilidad | The Ancient Magus BrideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora