CAPÍTULO 23

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Silky me entregó un vaso con agua que acepté con gusto. Cuando bajó la bandeja para tenerla en sus brazos, miró a Scarlett y sonrió. Shannon todavía la tenía a su poder para revisarla, aunque esta vez, parecía ser un chequeo más especial. Estaba utilizando magia para ello. Ruth estaba hablando con Elías de un tema que no tomé importancia.

Bebí un poco de agua y suspiré. Todavía tenía la sensación de dolor y cansancio en mi cuerpo, aunque Silky me hubiese brindado medicina y Shannon anesteciado mis dolores. Supongo que era normal para una slay vega tan joven como yo que se sienta de esta manera al tener un hijo. Podía respirar de una manera relajada, y me sentía bien, y extraña a la vez.

Dejé el vaso en la mesita de noche y me acomodé un poco en la cama. 

El quien se encargó de ''asearme'' fue Elías, y podría llamarlo de esa manera por no mencionar que utilizó magia para ello. No quería moverme de la cama para evitar que lastimase mi cuerpo o algo parecido, por lo que recurrió a ello. También cambió mi ropa a una que Silky había creado para cuando tuviésemos a la nueva integrante. 

- Bien - Shannon apartó su mano de Scarlett, y se acercó con ella en brazos. -, esto me sorprende. Su hija nació sana y salva, y parece que heredó el aspecto de la madre. Al menos podrá ocultarse con facilidad en la multitud. 

- Me alegro... - Sonreí. -. Ah, pero no es una humana en sí, ¿verdad?

Shannon miró a Scarlett, e hizo una mueca. La cubrió un poco más con la sábana que tenía.

- No podría dar una respuesta exacta. Que una slay vega y un mago tengan un hijo no es algo muy común, de hecho esta es la primera vez, y no sé si Scarlett es una slay vega, una maga, una humana... Podría ser un poco de todo - Rio. -, pero de lo que estoy segura, es que su hija será una mujer fuerte en un futuro. Como tú, Chise.

Le dí una sonrisa de respuesta a Shannon. En el fondo de mi corazón deseaba que a nuestra hija no le sucediese algo similar a lo que ambos vivimos en nuestro pasado, y mucho menos que fuese una slay vega para no tener en sus hombros un futuro incierto del cual tenga gobernada su mente. Haría hasta lo imposible para hacer que sea feliz. Compartirle la felicidad que encontré. Darle el cariño que no recibimos. 

Elías se acercó con Shannon cuando ella le hizo una seña. Pensaba hablarle, pero Scarlett estaba dormida. Cuando se acerco, antes de que hablase, dijo:

- Extiende tus brazos, Ainsworth. 

Y al momento de hacerlo, Shannon le entregó a Scarlett. Le ayudó a acomodar sus brazos para que la cargase de una manera correcta, y cuando lo hizo, se alejó un poco para presenciar la escena. Eran muy pocas las veces que había visto a Elías con un niño cerca, y de todas esas veces, la que más me enternecía era verle cargar a nuestra hija, teniendo una expresión de ilusión y felicidad en su rostro.

- ¿Qué sientes, Elías? - Le pregunté a los segundos. 

- Es algo fuerte. Creo que, mi corazón puede golpear mi pecho. ¿Es...?

- Felicidad, supongo - Le miré a sus ojos cuando se acercó. -. Estás feliz por ser padre.

- De ser padres. - Corrigió.

Acarició mi cabeza con su hocico y reí. En ese momento, escuchamos pequeñas risas y cantos inundar el cuarto, y ambos sabíamos que teníamos visitas. Las Aerials vinieron a conocer lo nuevo del pueblo. Algo que irradiaba magia y amor. Elías se sentó a mi lado y acaricié el rostro de Scarlett, recargada en el hombro de Elías. 

- Ahh, es la hija de nuestro querido petirrojo. 

- ¡Qué linda es! - Se acercó un poco a Scarlett, pero no demasiado para no hacerse notar, al menos por el momento. - Es sorprendente que también sea hija del incompleto.

Noventa de probabilidad | The Ancient Magus BrideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora