Elías terminó citando a Shannon en nuestro hogar al día siguiente para revisar mi embarazo con él presente y para cancelarle el aborto planeado y pospuesto. No le había dado la idea, pero se negó al hecho de llevarme a la tierra de las hadas por la manera en la que avanzaba el tiempo en ese mundo y los posibles riesgos que podría llevar mi embarazo y mi cuerpo al regresar. Mis actividades por ahora no cambiaban de manera drástica, pues podía seguir moviéndome como si no estuviese embarazada, exceptuando el que Elías me prohibió la magia por completo. Y bueno, no le podría culpar por ello. El bebé tomaba algo de magia de mi cuerpo, por lo que gastar mucho más podría llevarme a consecuencias graves. La forma en la que lo noté, fue el momento en el que me sentí mareada y agotada al momento de ayudarle a Silky con una labor del hogar.
Shannon llegó al día siguiente cayendo el atardecer. Se alegró al verme y se sorprendió también por el ligero cambio que tuvo mi vientre en un par de días, como si se hubiera contenido hasta el momento de decir la verdad. Esta vez estábamos en el salón, conversando con Elías presente y sin tener que depender de una pared y una puerta cerrada para guardar un secreto. Ruth y Silky estaban en el comedor, haciendo sabrá qué, pero estaba segura que estaba espiando en la conversación.
Elías hizo que me sentara a su lado, y entrelazó mi mano con la suya. Este tipo de tacto ya era muy común entre los dos, algo que me agradaba.
- ¿Entonces? ¿Podemos cancelar el aborto? - Pregunté. - Ya lo conversé con Elías y...
- Ahh, sabía que te ibas a negar - Interrumpió mi justificación, y mantuve silencio al escucharle. Me sorprendí con sus palabras. -. Digo, sé todo por lo que has pasado y también sé cómo eres. Si has salvado a tanta gente, no podrías dejar a tu hijo así sin más, sabiendo que es de Elías.
- Shannon... - Susurré.
- Te contaré, Chise. No tuve preparado ningún aborto en ningún momento en sí. La inyección que te iba a aplicar sí era de verdad y me asusté al ver que no pusiste resistencia - Elías me miró, e hice el intento de no hacer contacto visual con él. No le había explicado muy bien esa parte todavía. -, pero me calmé cuando me gritaste que me detuviera. No quería causarte un trauma más en esa pequeña cabeza tan retorcida.
Una vez más, Shannon me dejó sin palabras. La mayoría de las veces la considero como una psicóloga personal, pues me daba muchas lecciones de vida a su manera, o me ayudaba a darme cuenta de varias cosas, también a su manera tan rara y desconfiada. Puede detectar tantas cosas en mí, que ni siquiera Ruth puede darse cuenta. Por un momento sentí miedo al saber que de verdad iba a abortar a pesar de la mentira de Shannon, pero me alegré por haberle gritado que parase. La voz de Elías siempre me salva de momentos parecidos. Su voz tan intensa y grave, siempre me hacía volver a pisar tierra.
Toqué mi estómago y lo miré. Faltaban 6 meses para poder tenerle en mis brazos, o al menos verle y escucharle llorar. Verle sano y salvo. ¿Cómo sería la casa con un bebé? Por experiencias pasadas con mi hermano, sé que todo se vuelve más ruidoso, pero también se llena de felicidad, aunque fuesen por unos ratos.
Sacudí mi cabeza cuando tuve la imagen rápida de mi padre cerrando la puerta con mi hermano en brazos. Sabía que Elías no era capaz de hacer algo así. Sólo mi mente quería hacerme pasar un mal rato.
- ¿Las probabilidades siguen siendo las mismas? - Elías había mantenido una conversación a la que no presté atención con Shannon por estar metida en mis pensamientos. Cuando preguntó aquello, apretó un poco el agarre. Le miré, y observé que parecía estar nervioso. Exhalé.
Shannon mantuvo silencio por unos segundos. Después, sonrió.
- Hay un 90% de probabilidad de que la slay vega llegue a morir en el parto por el cuerpo débil que tiene, y también por la cantidad de magia que pierde en el esfuerzo del parto. Eso te lo expliqué en un principio - Me miró. -, pero hay algunas cosas más que no te conté.
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Noventa de probabilidad | The Ancient Magus Bride
Fiksi PenggemarTres años después de haber sido subastada y adquirida por un antiguo mago inglés, Hatori Chise ha aprendido a controlar la magia omnipotente que fluye en cuerpo, mientras ha solidado su relación marital con Elías Ainsworth. Teniendo 19 años milagros...