"En otra vida nos
volveremos a encontrar,
porque hay heridas que
no se pueden curar."Erika
Una idea se me acababa de ocurrir, sabía que en algún lugar en Estados Unidos había un Museo para ello, allí, habían fotos, documentos y testimonios, conocía muchos testimonios reales acerca de esa época, pues mi abuelo con tan solo diecisiete años, fue reclutado para ayudar al ejército estadounidense en esa guerra, el Holocausto lo tenía tan claro como el teorema del Trinomio Cuadrado Perfecto, unas cuantas horas de charla con el abuelo los fines de semana, eran la mejor clase de historia que podía tomar, lo mejor, nada inventado, todo vivido en carne y hueso por un soldado el cual tuvo una gran conmemoración al volver a su país, fuera de la que le dieron en Estados Unidos, en Washington, estaba el Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto, el lugar que había querido visitar durante mucho tiempo, bajo con lentitud de mi habitación, cierro la puerta que da con la calle, aseguró bien todo, y camino aun más despacio hacia el auto de Erick, ahora detallaba que no era el Porsche Carrera GT, este era otro, lo había visto en su Casa, recuerdo que es un Ferrari, pero no recuerdo más.
Me causa mucha gracia la forma en la que Erick se expresa, diciendo que si voy con él, me llevará en menos tiempo del estimado, luego de estar en el auto, abrocharnos el cinturón, Erick se queda pensando, quizás olvido algo, pero luego me doy cuenta que no, cuando grita;
- Y nos vamos a Washington.
Shane hace sonar el claxon y salimos de allí.
El viaje es algo pesado pero Erick, no ha tocado ningún tema de conversación, se ha estado callado durante el viaje, yo tampoco me atrevo a hablar, las palabras no me salen, el hecho de estar viviendo o reviviendo lo ocurrido con mi abuela, ahora recordaba todas y cada una de las palabras que el abuelo me contaba de pequeña, quería ver esa foto, tan mencionada en la que él, junto a otro grupo de hombres, aparecían después de un largo y fuerte combate, según me menciono algún día, fue uno de los más jóvenes en el tan famoso "Ejército Rojo". Sus padres murieron durante la guerra, se entero estando en una base en Alemania, una base oculta para los Nazis, su fuerza física y mental no fue nada comparado con aquella noticia, una carta, sucia y en papel medio bueno, escrito con letra poco legible, en la cual le informaban del deceso de sus padres, nunca supo la verdadera razón, aquello le dio más fuerza para continuar, porque esa guerra fue la que lo despojo de sus padres, él permanecía fuerte mientras me hablaba, pero yo, siendo una pequeña de no más de ocho años, ya comprendía gran parte de lo que me hablaban y sentía todo como si fuera mi propia historia, lloraba como la pequeña débil que era, y que en ocasiones dejo salir;
- Tengo hambre - Erick me saca de mis pensamientos, miro hacia adelante y veo una estación de servicio.
- Somos dos - respondí, toma un pequeño teléfono de la guantera del auto;
- Shane - No sabia que se podían comunicar - Shane.
- Dígame - se escucha por el altavoz.
- Nos detendremos a comer - Espera unos segundos - Justo ahora - dice y derrapa en el Asfalto y estaciona como si fuera un profesional en esto, miro por el espejo y Shane hace lo mismo en la camioneta, la cual no es la misma que siempre conduce, al fijarme, veo que es un hermoso modelo de Range Rover, y estaciona al lado de nosotros.
- Entendido - dice Shane antes de salir de la camioneta.
Luego de comer y quedar totalmente al tope, volvimos a salir a la carretera, tenia claro que no podía estar mucho tiempo allí, solo quería ir y ver algo de lo que el abuelo alguna vez me hablo, solo eso, Erick no sabia la razón por la cual quería ir a Washington, tampoco le había dicho exactamente a que lugar quería ir, él solo se limitaba a conducir, y yo me encargaba de ver que Shane estuviera tras nosotros;
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Lo Mas Cercano Al Infierno [TERMINADA]
RomanceErika, una chica de 16 años de edad, caucásica, baja estatura, cabello castaño y lacio hasta la cintura, vivirá la peor experiencia de su vida, cuando entre a su escuela en grado 10° y allí conocerá a Erick, el amor de su vida y el causante del inf...