Lo Mas Cercano Al Infierno [TERMINADA]

40. Alma Muerta

"Los amigos se van,
el tiempo se pierde,
los recuerdos se quedan,
las promesas se rompen,
pero la vida sigue."

Erick

Mi mente se llenaba de tantos recuerdos, las salidas, las risas, las veces que hablamos hasta no poder más y al otro día ninguno se quería levantar de su cama, y después nos peleabamos por quien usaría la ducha primero, o que sabor de helado era más rico.

Todas las veces que le di su comida, que corríamos y le dejaba ganar, evidentemente, mostrando que me esforzaba.

Las veces que lloré al saber lo que sufriría, habría dado lo que fuera para que su vida hubiera sido más larga y nunca tuviera que haber pisado un hospital, por eso no dudé en poner mi vida y mi carrera profesional en riesgo por ella, porque quería que ella disfrutará, quizás más de lo que yo pude disfrutar mi infancia, la cual siempre fue determinada con horarios y clases privadas. Quería que ella viviera, corriera, viajará y fuera feliz de la forma que ella decidiera serlo, porque para ello, yo estaría apoyándola siempre.

Los golpes en mi rostro hicieron que volviera a la realidad, aunque sólo en cuerpo, porque mi alma estaba en algo parecido a otro plano espiritual, Erika gritaba mi nombre y golpeaba mis mejillas con las palmas de sus manos;

- Erick! - gritaba - Que te ocurre? Quién te llamo? - Logré ver a sus padres al lado de ella, en la puerta de su casa, ellos también me hablaban pero solo escuchaba a Erika;

- Cle...

- Qué? - dijo ella.

- ... - Las palabras no salían de mi boca.

- Erick - dijo Mackenzie - Miranos.

No tenia mi mirada fija, estaba pérdida en cualquier punto del suelo, hice mi matorrales esfuerzo para hablar, enfoqué mi mirada y al verlos claramente, respondí;

- Clere! - dije.

- Ay Dios - Erika cambio su rostro a uno de preocupación - No me dig...

- Falleció -no la deje terminar, mis ojos se inundaron de inmediato, sentí como mi alma se partía en mil pedazos en un segundo, mi vista se torno oscura y sentí como unos brazos me sujetaron, la acción más reconfortante que jamás abría esperado, Erika me había abrazado, sentí como en ella podría confiar siempre, y que siempre estaría allí.

Sin embargo, aún así, me sentía muerto, la única razón que tenia para vivir y triunfar, solo por ver su hermosa e inocente sonrisa, se había ido.

La mujer que le había dado sentido a mi vida cuando yo sentía que no valía un centavo, se acaba de ir junto con esa motivación de vida, que ella me había dado.

No hice más que llorar durante todo el tiempo que estuve en casa de Erika, no podía creer que mientras yo tenía una noche llena de pasión, algo que fluía por los poros; al otro lado de un gran océano, mi hermana se debatía entre la vida y la muerte, me sentí el ser más egoísta sobre la tierra, habia olvidado por completo a Clere, llevaba mucho tiempo sin oír su aguda voz, sin escuchar su risa interminable de cada vez que hablábamos por teléfono o Vídeo llamada, y eso fue lo que más me dolió, no haber tenido la oportunidad de despedirme de ella como debí hacerlo, así como siempre lo hice; cargandola y permitiendole jugar con mi cabello mientras la abrazaba muy fuerte.