EL OTRO

Capítulo 37

Estaba intentando dormir, pero no hacía más que dar vueltas y vueltas en mi cama por tantas cosas que tenía en la cabeza cuando lo sentí entrar en la habitación.

-Soo, ¿qué haces despierto?-le pregunté mientras lograba ver con el reflejo de la luna deslizándose por la ventana, la deliciosa silueta de Kyungsoo, quien venía hacia mi de forma lenta y sensual, mordiéndose el labio nerviosamente...Dios...si no dejaba de hacer eso, estaría en problemas con mi amigo, quien moría por despertar.

Se acercó a la cama, le tendí la mano, mientras apartaba las sabanas haciéndole espacio, no estaba seguro que aceptara mi invitación, después de todo en más de una ocasión él me había dicho que quería ir despacio, que no lo presionara y que le diera tiempo, pero no podía perder la esperanza de que eso sucediera...pero al parecer estaba en mi día de suerte y Dios estaba de humor conmigo porque aceptó mi invitación.

-No podía dormir, tuve pesadillas, soñé con la muerte de Sunjai, rememoré esos oscuros días-me dijo apenado y fue cuando me di cuenta de que estaba con la nariz roja y aún le caían algunas lágrimas.

-Oh cielo, amor no...tranquilo, no llores...aunque me gustaría decirte que solo fue un sueño, que simplemente se trató de una pesadilla, me duele el alma de verte así, pero tienes que recordar que Sunjai es feliz...nuestra bebita ya no está sufriendo y sobretodo que está en un lugar mejor.

-Lo sé, es solo que me sigue doliendo-nuevamente le cayeron unas cuantas lágrimas.

-Tranquilo, yo estoy aquí para ti, seré tu paño de lágrimas y velare tus sueños-al decirle eso me sorprendió que se abrazara a mí como si la vida dependiera de ello, lo siguiente de lo que fui consiente fue de su llanto desesperado. Me partió el corazón verlo así y mientras mis lágrimas caían solo pude decirle palabras de amor y acariciarle la espalda en un intento de que se calmara.

Luego de lo que pareció una eternidad se quedó dormido en mis brazos, lo recosté en la cama y como en los viejos tiempos y sin poder evitarlo lo abracé por la espalda y besé la parte posterior de su cabeza.
Dios esto me traía tantos recuerdos, era simplemente maravillosa la sensación de tenerlo en mis brazos. Finalmente todo el cansancio acumulado me venció y caí dormido profundamente inhalando su dulce aroma.

Desperté por unos rayos solares rebeldes que se colaban entre las cortinas, estaba por levantarme a cerrarlas por completo cuando sentí un extraño peso sobre mi, al bajar la vista abrí demasiado los ojos asombrado y los recuerdos de anoche me golpearon y destrozaron el corazón, pero todo se me olvidó al ver que Kyungsoo estaba recostado sobre mi pecho y tenía una mano alrededor de mi cintura mientras dormía plácidamente, inmediatamente una felicidad extrema me embargó y lo acomodé de modo que yo también pudiera abrazarlo a gusto, permanecí observandolo en silencio mientras lo apretaba más a mi...Dios lo había extrañado tanto, tanta felicidad debería de ser pecado, creo que en estos momentos estaba acabando con la alegría del mundo.
No sé cuanto tiempo pasó, solo sé que grabé a fuego su rostro en mi memoria, no podía dejar de observarlo, abrazarlo y acariciarle suavemente el cabello, hasta que él se empezó a remover y poco a poco abrió los ojos, esos hermosos ojos que tanto amaba.

-Buenos dias Dodito-estuve a punto de llamarlo amor, pero hoy era otro día y sabía que la suerte se me había acabado así que debía volver a lo de antes...lento pero seguro Jongin, poco a poco reconquitaria a mi hermoso Soo.

-Buen día Nini-creo que mi corazón se saltó un latido, Kyungsoo no me estaba rechazando, él simplemente se acomodó mejor sobre mi y volvió a cerrar los ojos, justo cuando pensé que no podia ser más feliz.

-¿Dormiste bien?-fue imposible ocultar la felicidad en mi voz.

-Mmmh...Dormí genial-él aún no habría del todo los ojos. De pronto se apartó bruscamente de mi lado y abrió los ojos enormemente-¿Qué rayos hacíamos abrazados?-su tono no demostraba molestia alguna solo incredulidad...creo que mi suerte de acabó y lo de hace un momento solo fue porque él aún no estaba en sus cinco sentidos. ¡Auch!, Si me dolió.