-¡PAPITO!-el grito de Kalani me sacó de mi trance y vi como ella y Taeil corrian a mi encuentro, mientras gritaban una y otra vez "Papá, Papito".
Yo me puse de cuclillas y los esperé con los brazos abiertos.Mis bebés se lanzaron a mis brazos y de la fuerza del impacto terminamos en el suelo. La emoción, la felicidad que sentía simplemente es indescriptible, no puedo expresarlo en palabras.
-Papito, Papito-Kalani no dejaba de repetir eso mientras lloraba.
-Amores, bebés, Dios no puedo creerlo, hijos mios-no me había percatado de que yo también estaba derramando lágrimas hasta que Tae tímidamente me las limpió. Los tres estábamos tirados en el suelo del aeropuerto, abrazados y llorando. Yo solo podía sonreír, llorar y llenarlos de besos, estaba sin palabras, extasiado de tenerlos por fin en mis brazos.
-Te amo Papito-mis hijos lo dijeron al mismo tiempo.
-Yo los amo aún más, son lo mejor que me pudo pasar, son lo más importante para mí-nuevamente los abracé, temía que si los soltaba ellos desaparecerían o que yo despertaría de este hermoso sueño.
-Hola muñequita, moría por abrazarte-la voz de Soo me volvió a la realidad y cuando levanté la vista del abrazo de mis hijos lo vi abrazado a mi muñequita, dándole la bienvenida y diciéndole que siempre le había tenido un cariño especial.
Él levantó su mirada en mi dirección y yo solo me perdí en sus ojos, Dios creo que ya podía morir en paz, si es que ya no estoy muerto, ésto simplemente era la gloria. Les pedí que se acercaran y después de tanto tiempo pude fundirme en un abrazo con toda mi familia, con el amor de mi vida y mis pequeños.
–Los amo, no saben cuanto los amo y lo feliz que soy de que estemos al fin juntos-les dije, Kyungsoo alzó su mirada hacia mí y me sonrió hermosamente, juro que mi mundo se paralizó en ese momento, solo éramos él y yo.
El momento era perfecto…simple y sencillamente perfecto…Tenía entre mis brazos a los seres que más amaba en este mundo, tenía por fin entre mis brazos después de todo este tiempo a Kyungsoo, tenía entre mis brazos a mis princesitas, mi adorable muñequita y a mi tierna gatita hermosa, también a mi pequeño talentoso, mi siempre tímido campeón, incluso sentía que en este abrazo nos cobijaba mi dulce Sunjai, mi linda mariposita…Que momento tan perfecto, aún sin merecérmelo había alcanzado la felicidad plena, aquella felicidad que pensé que me estaba negada por mis errores, por mi estupidez…pero aquí estaba en los brazos de mi hermosa familia.
Llegó la hora de seguir nuestro camino, porque por muy cómodo que fueran los brazos de mi ángel, de mis princesas y mi campeón, no podíamos quedarnos ahí, todos juntos, fundidos, arrodillados en el frío suelo del Aeropuerto, con todos los que pasaban mirando nuestra escena enternecidos.
-Jongin debemos irnos a nuestra casa-murmuró mi bello Soo, una fuerte emoción apretó mi corazón al darme cuenta que dijo "nuestra casa", nos incluía a mí y a Leesa, en su hogar-Deben estar cansados- me dijo cuando vio que no salía de mi estupor, acaricié suavemente su mejilla al tiempo que le respondía.
-Claro, aunque ustedes deben estar cansados también, no sé a que hora se levantaron, pero no creo que durmieran mucho-reí al ver a mis hijos revoloteando a nuestro alrededor con una energía envidiable, a pesar de que aquí todavía no amanecía.
-La verdad es que no durmieron nada, pero no te preocupes, porque apenas se sienten en sus sillas en el carro caerán rendidos- me respondió mi Kyungie. Miré a mis hijos y además de la emoción se les podía ver la carita de sueño, y con mis hijos me refería a los tres, ya a Leesa se le acercaba la hora de dormir y si sumábamos a eso todas las emociones y el cansancio del viaje tendría que estarla recogiendo dentro de poco.

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EL OTRO
FanfictionKim JongIn era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad es haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo. Uno de sus más grandes logros fué concebir tres maravill...