-Que así sea para siempre mi amor-tomamos un sorbo de la copa sin despegar la mirada el uno del otro. Tomé una de las fresas, untándola con el chocolate y acercándola a la sensual boca de Soo, él entreabrió los labios para poder morder la fruta delicadamente, mientras yo tragué en seco el nudo que se formó en mi garganta, acaricié su labio inferior con una nueva fresa, dejando rastros de chocolate y luego de comerme la fruta, me acerqué a otra fruta todavía más deliciosa y succionando su labio inferior con cuidado me deshice del chocolate, un gemido ahogado salió de su boca, lo que me hizo perder completamente el control, así que tomando a Kyungsoo posesivamente por la cintura lo hice sentarse a horcajadas sobre mí, el tener que colocar una pierna a cada lado de mi cuerpo provocó que nuestras entrepiernas se rozaran, lentamente con la punta de los dedos fui acariciando las perfectas piernas de Kyungsoo, haciéndolo encovarse de placer hacia atrás y dejando a mi disposición su cuello al que fui dejando cortos besos, y ganándome deliciosos gemidos en respuesta.
-Jong...Jongin..-gemía él envuelto en el placer de mis caricias, en el placer que la anticipación y la ansiedad habían creado en nuestros cuerpos-Tienes demasiada ropa cariño-dijo al tiempo que se deshacía de su abrigo el cual colocó cuidadosamente en el sofá para luego dejar suaves caricias en mis hombros y brazos, eran igual de sutiles como las que dejé yo a lo largo de sus piernas, finalmente retiró mi abrigo.
El fuego en su mirada y las delicadas caricias hizo que el fuego recrudeciera, mirándonos a los ojos, llevándonos a lanzarnos furiosa y apasionadamente a los labios del otro, besándonos con intensidad y con toda la pasión que siempre hemos sentido el uno por el otro, nos separamos brevemente para poder sacar el suéter y la franela por mi cabeza mientras que ya con mi torso descubierto y con las manos de Soo recorriendo mi pecho lo acerqué a mi para besarlo en sus hombros y cuello al tiempo que le quitaba la ropa, le retiré con cuidado la parte superior y proseguí a dejar suaves caricias en su piel a medida que la iba descubriendo, una vez que estuvo desnudo del torso para arriba le quité el pantalón de una manera aún más lenta y a diferencia de su torso no sólo acaricié cada centímetro, sino que dejaba besos húmedos que solo provocaban que saliera un gemido trás otro de su sexy boca, cuando finalmente retiré la ropa que me estorbaba lo hice ponerse de pie con cada una de sus piernas a un lado de las mías y aún sentado en el suelo subí mis manos hasta su cintura y lo contemplé detenidamente, Soo poseía un cuerpo de infarto, aún después de dar a luz a unos trillizos era perfecto, solo unas muy pequeñitas y casi imperceptibles estrías en su cintura delataban que ese cuerpo había albergado a mis pequeños durante su gestación y una pequeñísima e imperceptible cicatriz por la cesárea, me acerqué a ese vientre perfecto que había cobijado a nuestros hijos y lo besé con toda la ternura, todo el agradecimiento y todo el amor del que fui capaz.
Lo recosté delicadamente y me coloqué sobre él, inicié un camino de besos desde su cuello, lentamente, colocando mi nariz contra su ombligo el cual rocé tenuemente dejando pequeños besos y el cual lamí un poco logrando que Kyungsoo se estremeciera, bajé suavemente el rostro por su cuerpo rozando con mi nariz su entrepierna por sobre la tela del boxer que aún no le quitaba ganándome un suspiro de su parte, besé suavemente esa parte sin quitarle la pieza de ropa acción que fue recompensada por un fuerte gemido y luego tomándolo por la cintura me acerqué a él para besarlo.
-Te amo mi amor-le dije entre besos mientras lo acariciaba, él llevó sus manos al cinturón de mi pantalón y con la destreza que recordaba los desabrochó y fue bajandolo por mis piernas, dejando caricias sobre ellas, deslizándose sensualmente, casi haciéndome enloquecer, me quitó los zapatos y las medias y de la forma más salvaje e intensa que encontró me arrancó los pantalones, colocándolos con la demás ropa, con un cuarto lleno de velas encendidas, no podíamos arriesgarnos a ser tan irresponsables como para lanzar la ropa, aunque era lo que nos provocaba...subió nuevamente por mis piernas, regalándome ahora unas caricias mucho más duras, mucho más intensas, se colocó nuevamente a horcajadas sobre mí dándome un intenso beso, que hizo que perdiéramos el control, Kyungsoo comenzó a moverse sobre mi, rozando su miembro contra mi ya más que dispuesto amiguito y ganándose diversos gruñidos y gemidos de mi boca, que lo hicieron muy feliz, a juzgar por la intensificación de sus movimientos. Empezó a morder mi lóbulo y comenzó a besar desesperadamente mi cuello. Lo separé ligeramente de mí para poder verlo, para poder admirarlo y es que todo esto parecía un sueño.

ESTÁS LEYENDO
EL OTRO
FanfictionKim JongIn era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad es haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo. Uno de sus más grandes logros fué concebir tres maravill...