Capítulo 7

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No muy de acuerdo, y asesinándome con la mirada, la rubia oxigenada nos dirigió a una mesa, pocos minutos después llegó el mesero que me devoraba con la mirada, me sentí muy incómodo, como un pedazo de carne en un mercado de carniceros, me removí incómodo en mi asiento y miré a Suho buscando apoyo y tranquilidad en su mirada, pero él estaba concentrado en las reacciones del mesero, con una mirada de querer desollarlo vivo. El mesero se dirigió a mí.

-Buenas noches, soy Ryeowook, y estoy aquí para cumplir tus deseos y órdenes- dijo él muy pagado de si mismo, e intentando una sonrisa sexy que me provocaba escalofríos.

-En realidad estas aquí para servirle su comida, es la única orden que podrás recibir de parte de él, en cuanto a sus deseos...-le replicó Junmyeon visiblemente molesto-Para cumplir sus deseos estoy yo-dijo al tiempo que clavaba su mirada en mis ojos y acariciaba mi mano sobre la mesa. En ese momento lo perdí todo, si...estaba perdidamente enamorado de mi amigo.

Estaba enamorado de mi mejor amigo....aún cuando el descubrimiento me hizo sentir reconfortado, se vio empañado inmediatamente por un sincero sentimiento de angustia...estaba enamorado de mi mejor amigo casado. Porque por más que pudiera morir de amor por él, lo cierto es que él era de otra y nunca sería mío.

-Disculpen-dijo el chico, pero para nada apenado, sino más bien en una especie de actitud desafiante hacia Suho-¿Qué es lo que van a querer?-me preguntó nuevamente el mesero, ignorando a Junmyeon.

-Mi novio va a querer la pasta con seta, yo...-le respondió Suho, pero yo en ese momento dejé de prestar atención, en el instante que dijo "mi novio"...me sentí volar, me perdí en un mundo de sueños donde existía una posibilidad en la que pudiéramos estar juntos.

-¿Lay?...¿Yixing...?-me di cuenta que me llamaba y de que el mesero se había retirado, sabe Dios cuanto tiempo me perdí divagando en mis pensamientos...me sonrojé. Él aprovechó mi sonrojo para acariciar allí mi mejilla, dejando ardiendo mi piel ahí donde rozaban sus dedos, su mirada se enterneció al verme.

-Lay cariño, ¿en qué piensas?.

-Nada no te preocupes, solo me perdí en mis pensamientos.

-Te decía que había pedido vino, que espero no te importe, si quieres otra cosa podemos pedirle a tu amigo que venga a cambiar la orden-dijo eso un poco molesto.

-Que amigo ni que amigo Suho, estas loco-le dije un poco sorprendido por su actitud.

-Pensé que de pronto querías ficharlo como tu amigo, porque como te coqueteo tan descaradamente y te miraba como un trofeo a conseguir y no le dijiste nada-me reclamó.

-Para que tendría que reclamarle Junmyeon, para eso estás tú, que te comportas como un gorila espanta hombres cada vez que estás conmigo-quise jugarme con él, pero estaba tan molesto por su tono, que más que una broma sonó a reclamo.

-Eso quieres ahora...conseguir hombres-me dijo a tono de reclamo, pero con un dejo de tristeza filtrándose en su voz-¿Para eso regresaste?.

-No Junmyeon, no regresé por eso-le dije, de pronto me pareció ver una chispa de alivio en sus ojos, pero que disimulo perfectamente bien, se pasó la mano por la cara en un gesto de frustración y fue cuando la realidad me golpeó intensamente, allí en su mano izquierda, brillaba descaradamente la alianza de matrimonio, en la que no había prestado atención...era como si después de descubrir que amaba a mi mejor amigo, solo como una persona puede amar al amor de su vida, a su alma gemela; la realidad venía a burlarse en mi cara, recordándome que podía desearlo todo lo que me diera la gana, pero ese hombre sentado frente a mi, ese hombre al que me di cuenta amaba con locura desde hacía mucho tiempo, no era ni sería mío, porque ya le pertenecía a otra. Y casi sin poder evitarlo el dolor y la rabia hablaron por mí.

-No regresé por eso ni para eso Suho, pero ya que traes el tema a colación, es eso precisamente lo que debería hacer, lo cierto es que tengo 23 años y creo que no estaría de más encontrar un hombre, que me quiera, con el que pueda compartir mi tiempo, mis alegrías, mis tristezas y emociones...que se yo.

-No necesitas a un hombre para eso-me replicó apretando los dientes, intentando contener su rabia-Para eso me tienes a mí, yo te quiero, yo puedo compartir contigo todo mi tiempo, puedo compartir tus alegrías, tus tristezas, tus emociones...todo lo que quieras-me dijo casi en tono de súplica.

-¿Y mi cama?, ¿puedes compartir conmigo la cama Suho?-le pregunté....

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Por cierto gracias por todo mis amores.🙆

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