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Aeropuerto

-¡Zoe!- Mamá gritó desde la cocina. -No te olvides de los pasaportes.

Cogí los pasaportes y los metí en un estuche.

-¡Ya los tengo!- grité desde mi habitación.

Todos me estaban esperando en la puerta de la cocina. Ivan metía unas galletas en su mochila y Derek jugaba algo en el IPad.

-¿Listos?- preguntó papá mientras abría la puerta de casa.

-Si- dijimos todos al mismo tiempo.

El taxi, que era una van, llegó para recogernos y llevarnos al aeropuerto. Era como unos 40 minutos de trayecto.

Me senté en la parte trasera del carro y al costado de la ventana.

Mamá hablaba sobre lo que haríamos y ya estaba haciendo las rutinas de cada día.

-Nos levantaremos a las 8am, estaremos tomando desayuno a las 9am, iremos a la playa a las 10am y después todo el día en la piscina...- decía mamá.

Me gusta ir a la ventana porque no me aburro, puedo ver a varias personas con sus propias vidas. Corriendo por las calles y caminando muy lento. Unos felices y otros serios. Quién sabe lo que estén pensando en ese momento, sé que hay varias personas que se preguntarán cosas así sobre mi.

Apoye mi cabeza en la ventana y poco a poco me quede dormida.

-Levántate Zoe- un golpe me levantó. Era Derek que me había tirado una almohada, esas que usas en los aviones con forma de una donna partida a la mitad.

-¡Derek!- le reproché pero antes de poder golpearlo papá dice que debemos coger nuestras maletas.

-Esto no acaba aquí- señalé a Derek y el empezó a reír.

Todos cogimos nuestras maletas y entramos al aeropuerto.

-¿Haremos escala en algún lugar?- preguntó Ivan.

-Si, en Panamá- contestó papá.

Todos caminamos en silencio hasta entrar y hacer el check-in. La señorita fue muy amable con nosotros, entregamos las maletas y fuimos a tomar un jugo. Teníamos tiempo porque mi papá nos había traído con 3 horas de anticipación.

-Tenemos que hacer el control- dijo papá dándole un último sorbo a su jugo.

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