Recuerdos

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Los días siguientes fueron muy parecidos, el chico intentaba parecer tranquilo, pero le era imposible con sus hermanos, incluso el pequeño Dani había notado que algo andaba mal con su hermano y lo demostró una tarde al ver al joven viendo una película.

—Oye Jon, ¿por qué no vas a la escuela?

—Estoy enfermo Dani.

—¿Y por qué?

—Porque las midiclorias en mi sistema son muchas.

—¿Entonces estás muy lleno de cosas en la sangre?

Jonas sonrió de soslayo.

—Sí, algo así.

—Mmm, ¿y por qué estás tan triste?

Jonas ocultó su dolor con una sonrisa.

—Estoy bien Dani, no estoy triste.

—Pero ayer estabas muy triste.

Jonas vaciló, no podía mentirle de nuevo, al ver esto Keithlin y Verónica se apresuraron a intervenir.

—Dani ¿por qué no me ayudas con esto?

—Pero...

—Vamos, date prisa— lo apremió Keithlin.

El niño se fue corriendo, Verónica acompañó al niño, mientras que Keithlin se sentó junto al chico y lo abrazó por los hombros, esta vez no disimuló su preocupación, con ella no tenía por qué disimular, a ella no tenía nada que demostrarle, se arrecostó en su pecho y cerró los ojos con lágrimas en ellos.

—Shhh, shhh, tranquilo—murmuró Keithlin al escucharlo sollozar—todo va a estar bien.

—No quiero dañarte.

—No lo harás.

—¿Y si te equivocas? Tengo miedo Keith, mucho miedo— admitió el chico sollozando.

—Ya no tienes porque temer— dijo Keithlin abrazándolo.

Jonas sollozó en su pecho un largo rato hasta que se hubo tranquilizado por completo.

—Keithlin— murmuró el chico después de un rato.

—¿Mmm?

—Háblame de ellos— le pidió el chico en voz baja—¿cómo era papá?

Keithlin meditó un poco su respuesta.

—Era uno de los mejores hombres que he conocido. Antes de irnos a la República, todos los domingos por las tardes, cuando no estaba trabajando, nos llevaba a Carter y a nosotras a dar una vuelta, nos compraba un helado y nos llevaba al parque, cuando Sandra nació papá no podía estar más feliz, siempre nos regalaba cosas, para nuestro cumpleaños nos regaló a las tres un collar, cada uno con una letra distinta—la chica hizo una pausa en la cual tomó el collar que llevaba debajo de la camisa y se lo mostró, el chico ya lo había visto antes aunque nunca le había prestado mucha atención, este era en forma de corazón, aunque no estaba completo, le faltaba la otra mitad, y en el centro tenía grabado una "K"—el de Verónica y Quemly lo completan—añadió mostrando otro collar con una "Q" el cual no tenía forma en específica, pero al unirlo con el otro le daba aún más forma de corazón, pronto una persona se les unió y colocó su parte del collar, reuniendo así, el corazón.

—Y ese día nos prometió nunca dejarnos solas, dijo que si le extrañáramos miráramos el collar e imagináramos su sonrisa— terminó Verónica sentándose en la mesita.

Keithlin asintió.

—También nos prometió que con esto no nos íbamos a separar nunca, en eso se equivocó—añadió la chica con un nudo en la garganta.

Star Wars el regreso de los GronspDonde viven las historias. Descúbrelo ahora