¡Feliz, no tan feliz cumpleaños!

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Después de alistarse bajó al comedor en donde estaba el resto de su familia, Issa y Dani hablaban y reían en una esquina, mientras que Jonas comía en silencio en la esquina opuesta de la mesa sin levantar la vista del plato.

Por otro lado Carter y Sandra discutían sobre la enagua de esta, mientras que Verónica daba de comer al pequeño Thomas, con una pequeña sonrisa en el rostro la joven entró en la habitación, al verla entrar ambos niños la miraron con la boca abierta, esta les guiñó un ojo coquétamente y siguió su caminó, al pasar junto a Verónica le depositó  un beso en la frente a su hermana y le murmuró algo que sólo ella escuchó, esta asintió en silencio con una sonrisa, al acercarse a Carter y Sandra se detuvo a escuchar su discusión.

—Te digo que todas las chicas van así— protestó Sandra.

—Que todas lo hagan no significa que tú también lo tengas que hacer— repuso Carter.  

—No seas celoso, no es tan corta— bufó Sandra.

—Claro que sí.

Keithlin sonrió divertida, le agradaba poder discutir sobre algo tan trivial como lo corto de la falda de su hermana aunque esta no fuera tan corta, le ayudaba a olvidar los problemas, en ese momento ambos se dieron cuenta de su presencia.

—Me retracto, esa falda está perfecta, la tuya en cambio—dijo Carter observando la enagua que lucía Keithlin.

Ambas chicas rieron.

—Eres imposible—dijo Keithlin riendo.

Carter se llevó una mano al pecho haciéndose el indignado.

—¿Yo? ¿imposible?

—Nooo, yo— negó Verónica con una risita.

—¿Tú no estabas cuidando a Thomas?—preguntó Carter arqueado una ceja, lo cual más risas entre sus hermanas.

—Carter es imposible, ¿verdad que si Thomas?

—¡Tí!—exclamó el niño soltando la cuchara salpicando a su hermana con la comida.

—Traidor—dijo Carter con el ceño fruncido.

El niño le sacó la lengua para luego volver a tomar la cuchara y meterse grandes cucharadas de comida en la boca, los cuatro sonrieron divertidos, Verónica despeinó al niño.

—¡Ñooo!— se quejó el niño apartándola.

—¡Sii!— lo imitó Verónica causando más risas entre sus hermanos.

Keithlin tomó su comida y se sentó junto a su hermano, el cual jugaba con la comida con aire soñador, Keithlin lo atrajo así sí y le besó la cabeza con cariño.

—Feliz cumpleaños cariño— murmuró la chica con afecto, el chico no dijo nada ni tampoco correspondió a su abrazo.

Comieron en silencio y se terminaron de alistar, Verónica y Keithlin fueron a despedir a sus hermanos a la puerta.

—Wow, wow, ¿adónde van? ¿y mi beso?—preguntó Keithlin.

Ambos niños se detuvieron y volvieron sobre sus pasos, Keithlin se inclinó hasta quedar a su altura y los miró alternadamente.

—Jumm, con que se iba a ir sin despedirse.

Ambos niños rieron, Keithlin los abrazó a ambos.

—Se portan bien.

—Si, nani— respondieron ambos a la vez mientras abrazaban a su otra hermana.

—Ya lo sabes, angelitos— añadió Dani, juntando las manos en forma de rezo.

Star Wars el regreso de los GronspDonde viven las historias. Descúbrelo ahora