¿Dónde está María?

Norma Furlotti:

Había pasado tanto tiempo y aún no podía retirar la imagen de María de su cabeza. Mientras lavaba los platos del almuerzo pensaba en ella; en su largo cabello rubio, que ya le llegaba a la cintura y que peinaba con esmero, en sus intensos ojos azules tan parecidos a los de su padre, que normalmente la observaban con desprecio. Aquellos ojos que le arrancaban del corazón el poco cariño que guardaba, obligadamente, por ella. Tampoco podía dejar de pensar qué habría sido de ella, más por curiosidad que por interés... Este pensamiento la había sorprendido y llenado de culpa. ¿Alguna vez había querido a su hija mayor?

Cerró el agua, secó sus manos y largó un suspiro, intentaba pensar qué había ocurrido con ella... Aquella falta de interés volvió a asombrarla. Es natural que una madre ame a sus hijos, entonces, ¿qué había ocurrido que no podía sentir amor por María?

Recordó su embarazo, había sido imprevisto. Había conocido a su esposo en una reunión de amigos de la universidad, en donde estudiaba Historia. Le había atraído su simpatía más que nada y no transcurrió mucho tiempo para que comenzaran a salir. Se divertía con él, con su trato. Era un hombre realmente apuesto, alto, rubio y de inquietantes ojos azules. Se enamoró de él rápidamente y fue muy feliz. Sin embargo, aquella felicidad no había durado mucho.

Habían salido durante poco más de un año cuando súbitamente quedó embarazada de María. Aquel embarazo le había trastornado la vida.

Su madre, una mujer devota y religiosa, la había corrido de casa. Había sido un escándalo familiar. Pero, por suerte, su novio se había mantenido a su lado y un mes después terminaron casándose. ¿Por qué lo había hecho? Nunca lo había sabido... Quizás fue miedo a ser una madre soltera al quedar desamparada, repudiada por su propia familia. Un mar de calamidades que intentó sortear con un matrimonio.

La verdad era que en ese entonces no estaba muy enamorada de su novio, habían tenido una crisis debido a una "amiga" de él que casi había terminado en ruptura.

Luis era todo lo que un hombre debía ser... pero como todos tenía debilidades, y esas debilidades él las llamaba "amigas". O al menos así pensaba en ese entonces. Ahora sabía que su marido era... su ex marido para ser honesta... un hombre débil, cobarde y egoísta en extremo. Un gran simulador que con tanto éxito había ocultado su forma de ser a todos sus seres queridos.

El desagradable recuerdo de su matrimonio le causó tristeza, intentó sacarlo de su cabeza, concentrándose en el recuerdo de su hija. El embarazo le había traído un vuelco a su vida. Como ambos eran muy jóvenes y estudiaban, ella se tuvo que sacrificar para que Luis pudiera completar sus estudios. Se quedó en casa cuidando a su bebé, sola, triste y sin nada en que ocupar su tiempo. No tenía talento para ama de casa, ni gusto por las tareas domésticas excepto, quizá, por la cocina. Tampoco paciencia con los niños pequeños... Esa no era la vida que había deseado para ella.

Norma recordó cómo lloraba María, como cada noche destrozaba sus delicados nervios. Luis jamás le ayudaba en nada, creía que los niños eran exclusivamente cosas de mujeres. A pesar de que se notaba que amaba profundamente a su hija, nunca lo demostraba... En este punto tuvo que detenerse a reflexionar, ¿había acumulado rencor contra su marido por esto? ¿Envidiaba su suerte tan diferente a la suya, a pesar de estar en la misma situación? Sí... El sentimiento de rencor era tan grande que rayaba el odio.

Muchas peleas habían tenido desde entonces, sobre este punto, y Luis siempre salía victorioso con un argumento contundente: dejar sus estudios, sus pasatiempos, y comprometido su libertad, había sido su decisión...

¿Su decisión?, pensó Norma. ¿Cuándo decidió todo eso? Los demás la habían precipitado a ello, porque era... "lo que debía hacer".

Una lágrima escapó de sus ojos. En ese preciso momento escuchó pasos en la cocina. Se dio la vuelta, era Josefina, su segunda hija.