El libro:

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El molesto resplandor del sol acabó por despertarme, me daba en los ojos y terminé abriéndolos. Con una mano, que al fin se movió, corrí la cortina para mitigarlo... Me sentía descansada, tranquila. Estaba deseosa de empezar un nuevo día. La depresión al perder mi antiguo trabajo y la preocupación por mi futuro había pasado, y nada mejor podía pedirle a la vida que no fuera la compañía de las personas que estaban a mi lado. ¡Qué tonta había sido al añorar mi otra vida! Una vida solitaria... insulsa, que en nada se puede comparar con la que llevo ahora.

Al pensar en el cambio que me había conducido a esta provincia, a mis raíces, por algún motivo la imagen del rostro de María Furlotti vino a provocar mis recuerdos y terminé sorprendiéndome. ¡Hacía mucho tiempo que no pensaba en ella, ni en su desgracia! ¡Es tan extraño como uno recuerda de pronto el pasado!

Memorias... ¿tristes?, ¿lindas? Había sido una combinación de ambas. Me había encontrado a mí misma en esa travesía en búsqueda de respuestas... Hacía meses que no tenía aquellos sueños extraños, en donde la veía. Una sensibilidad que habían sido mi compañía desde muy pequeña, pero que recién ahora comprendía.

Me pregunté, por primera vez, ¿quién había sido María? ¿Qué clase de persona era? Sin prejuicios ni condenas... ¿Cómo podría tomarlos en cuenta si ella era tan joven, tan inmadura? Sus padres la habían echado a perder, no podía comprender sus actos sin pensar de dónde vino. Tendría que ser muy perjudicial para un niño ser criado en una familia repleta de contradicciones. Llevando adelante las apariencias como si fuera lo único que importara. Había crecido con la enseñanza de que nada más era valorable que la belleza, el dinero y el poder.

María despreció a su madre por conformista, por no haber avanzado en la vida profesional por sus hijos, condenada a su cuidado. Hastiada de la vida, como un animal encerrado en una jaula. Ella lo imaginó como una venta... ¿una podía vender la vida por un matrimonio, donde la felicidad era puesta en segundo término, porque era lo que "debía" hacer? Convivió con la tristeza de su madre al punto de aborrecerla. Ella no deseaba una vida igual a la de ella... María deseaba amor, porque era lo único que había escaseado en su crianza. Por lo tanto, en una encrucijada de su existencia, le pasó algo que no planeó nunca: se enamoró perdidamente de Pablo Auger. Representaba para ella todo lo que deseaba en el futuro: estabilidad, fortuna, influencia. La importancia, sin embargo, de las apariencias que había aprendido a mantener a toda costa, la llevaron a engañar a Leonardo Escoda. ¿Era realmente mala, cruel, o solamente temerosa? Miedo... El miedo... había sido su compañía. Estaba segura.

A su padre lo quería más, porque había seguido el camino que a ella, en su corta edad, le parecía más apreciable. Lo había colocado en un pedestal. Pero... uno siempre encuentra un "pero" en su vida... lo había descubierto en sus engaños. La decepcionó vino entonces y el pedestal quedó vacío... ¡Se había aprovechado de ello, claro! Sin embargo, no fue para su propio beneficio sino como un castigo a su padre por derrumbar su mundo perfecto. La perfección que buscaba continuamente en ella misma y en las personas que la rodeaban, acabó por defraudarla.

De su hermana... ¿qué pensaría de ella, María? No habían sido amigas, nunca lo fueron, ni de pequeñas. ¿Celos? No, ahora entiendo mejor... Acabé por entender la conducta de la chica a través de sus consecuencias, de su trágico final. Creo que jamás había comprendido a su hermana, y la despreció porque creyó que era derrotista como su madre. Una copia, algo extraña tal vez pero copia en fin, de su progenitora. Y ese desprecio aumentó al afirmarse en la idea que su pobre hermana no era ni bella, ni inteligente, ni popular... todo lo que ella creía que era lo más destacable en una persona.

María había sido consecuencia de su vida, de su mala crianza... Era vanidosa en extremo. Le gustaba el halago, la alabanza y el reconocimiento de los demás. Se sentía importante... "Necesitaba" sentirse importante, a costa de engaños y manipulaciones si era necesario. Porque en el fondo era débil e insegura. También era vacía, no podía observar más allá de lo que sus ojos veían. Juzgaba a la gente como mejor le convenía y se aliaba a una persona sólo si eso le reportaba un beneficio propio.

¿Dónde está María?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora