Él aún lo recuerda, ese calor familiar que desprendía cada vez que sentía un abrazo o como cuando su pecho se ilusionaba con la idea de poder sentir su necesario cariño de amante.
ו••×
Hace diecinueve años, a mediados de Julio.
Ese día era muy especial. Era viernes y cómo cada antesala de fin de semana, Katsuki y su padre salían al jardín posterior de la mansión Bakugō para disfrutar de un poco de fruta picada, era una tradición inquebrantable. Masaru en esos años tenía alrededor de treinta y cuatro años, su adultez de alfa puro le entregaban una apariencia bastante jovial en su piel. Su rostro tenía las huellas de la lucha y para el pequeño rubio de ojos rojos cada marca epidérmica de su padre era como un mapa de valentía. Su madre tenía la costumbre de decirle que cada cicatriz define a las personas, de una forma tan especial que cada vez que vea una, su corazón sabrá que ya superó una parte dolorosa de su vida. Que no hay nada que temer.
—Mi pequeño Katsuki—su padre le entregó una sonrisa deslumbrante, su grandiosa mano llena de malformaciones por culpa de las constantes peleas era cálida, casi como una manta protectora en sus pensamientos más oscuros y grises—. A pesar de que solamente tienes siete años, algún día sé que serás un gran hombre de familia. Harás lo mismo que yo, sacarás a tu pequeño hijo a un lugar especial. Y para conseguir ello deberás buscar un ser que te complemente y te ame tal como eres... Como un alma gemela.
El joven de cabellos rubio ceniza enfocó sus grandes ojos rojos. Su amable padre tenía el cabello castaño oscuro, sus ojos también eran de esa tonalidad, aunque a la vez profundos y con la madera tendida en su iris. Su piel era pálida, como un delicado papel de arroz. Inclusive, lo mayoritariamente dócil en su expresión era esa dulzura y nerviosismo con la cual hablaba y se expresaba en cada instante; ambos innatos en cada uno de sus movimientos. El pequeño durante mucho tiempo deseó saber el secreto de su felicidad y nerviosismo constante... ¿Tener un alma gemela era sinónimo de felicidad, dulzura y temor para los adultos? ¿Qué era realmente un alma gemela? ¿Por qué sentía que solamente era una blasfemia de la edad?
—Viejo... ¿Qué es un alma gemela?—la expresión de su padre se suavizó más de lo común, Masaru observó con cariño un pequeño árbol de cerezos en las lejanías del jardín. Este pequeño crecía gracias a los fertilizantes orgánicos que ambos le habían dejado unas semanas atrás. El pequeño árbol no había emergido anteriormente por culpa de una plaga, su crecimiento cedió. Pero, ahora si suspiraba con todo el ímpetu de sus pulmones podía oler el aroma que desprendía en las hojas, eran apenas tres flores en una rama delgada y en ellas se sentía la formidable esencia dulce; como si ese quince de julio fuera especial para el pequeño Katsuki Bakugō. ¿Su mundo cambiaría...? Masaru no lo sabía en ese momento, aunque siempre lo presintió, en lo profundo de su pecho noble.
—Bueno, un alma gemela es como un mejor amigo, pero más importante. Es la única persona en el mundo que te conoce mejor que nadie. Es alguien que te hace una mejor persona, en realidad no te hace una mejor persona; lo haces tú mismo porque te inspira de una forma increíble. Un alma gemela es alguien que puedes llevar contigo para siempre, a donde sea. Es la única persona que te conoce, acepta y que creyó en ti antes que nadie. Y no importa lo que ocurra... siempre le amarás. Nada puede cambiar eso.
En ese momento el pequeño Katsuki sintió que algo hermoso se le había revelado ante sus sentidos, algo que era tan grande y especial que no debía ser olvidado en su memoria. Desde ese momento se preguntó cómo sería su alma gemela. Su pequeña cabeza se llenó de expectativas dulces, alguien en quien confiar y al cual proteger con su vida... Vagamente observó el pequeño árbol de cerezo que su padre solía cuidar todos los días en las tardes, pensó que su alma gemela sería igual a ese pequeño. Que con solo mirarlo lo traería hasta su hogar sin estarlo realmente, y firmemente creyó en ese preciso momento que su alma gemela estaba por ahí, esperándolo en la soledad de su realidad. Sonrió tímidamente ante la idea y juro que si la encontraba, la cuidaría para siempre, le daría todo lo necesario para que creciera igual que ese pequeño árbol; hasta lo alto del cielo. Aún así, tres años después de ese maravilloso día, las ilusiones se esfumaron y nunca cayó un solo fruto de sus follajes.
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Nuestro Secreto |Terminada|
FanfictionKatsuki Bakugō es un alfa solterón y amargado, a lo largo de sus veinticinco años nadie nunca lo ha visto con una chica o un chico, Incluso su madre ya perdió las esperanzas de convertirse en abuela. Después de la novena victoria consecutiva en su v...