Entre oro, realeza y arena nació para venir al mundo y derrocar cada concepto que tenían sobre las personas a su alrededor; con su melena larga, lacia y verde emprendió camino hacia el desierto. Arriesgando su cuerpo en aquel lugar que hizo conocer a su amante incondicional. A su otra alma.
ו••×
Posteriormente a irse del hotel termal.
Despertó antes que saliera el alba por el frío horizonte, percibía el leve aire de una respiración calmada y cálida en su mejilla derecha; estaba encerrado en los reconfortantes brazos de Katsuki y sentía un ligero dolor en su cuello al tratar de mover la cabeza. Se salió de su agarre y fue con pausas hasta el baño personal de la habitación, observó su reflejo y la marca que yacía ahí con relevancia en la piel de su cuello... Verla lo aterró, sentía tanto miedo que las lágrimas brotaron por sí mismas a través de sus ojos y así cayendo por sus mejillas, por acto reflejo se tomó los brazos con desesperación mientras se dejaba caer en la pared del baño, ¿cuándo lo había marcado? ¿Por qué no se dio cuenta de lo que había hecho con Katsuki en el momento?¿Por qué no le dolió? Se suponía que dolía, ¿verdad? ¿Qué iba hacer ahora que tenía una marca en su cuello que lo unía a él para siempre? Por el resto de sus vidas...
Primer sentimiento en su cabeza, inseguridad.
—Nunca seré suficientemente bueno para él—con el miedo creciendo sin descanso en su interior tragó duro y fue hasta su Kimono blanco, que estaba desordenado al lado de la cama, observó a Katsuki de soslayo; las mordidas y líneas rojas que adornaban su piel demostraban todo, era solamente pasión y lujuria. El luchador no sentía más que interés por un Omega que le entregó placer carnal. «Esta marca no significa nada entre nosotros»pensó y recordó aquello.
«No tengo miedo de caer en el abismo por ti Izuku»
Al pensar en sus palabras sintió el enorme tirón en su cuello, se quejó y tocó sutilmente la marca; una gota de sangre se deslizó por su dedo al palpar, reacción normal a un rechazo por parte del Omega. Alarmado de despertar a Katsuki por el dolor se vistió rápidamente con el kimono y salió de la habitación en silencio, tenía que pensar en una forma fácil de quitarla sin necesitarlo a él. Huyó sin preámbulo al jardín interior del hotel termal y se escondió entre unas enormes camelias. Cuando era pequeño siempre hacía lo mismo; si sentía miedo de los demás niños abusivos iba a las camelias del pequeño jardín que tenía su madre. Ahí solía imaginar un mundo en donde no existieran las irregularidades y diferencias de las razas. Si tan sólo todo fuera como en sus fantasías... Siempre se veía a sí mismo en una cabaña rodeaba de un enorme bosque y a su lado en aquel lugar estaba Inko, consolando todos sus pesares con cariño y deliciosos platos de Katsudon. Incluso, aún puede recordar el agradable calor de sus brazos maternales, la forma en que su olor a clavellinas lo tranquilizaba en todas las situaciones; con ella siempre se permitía llorar en la plenitud de su libertad.
Llorar... Así lo hizo, porque no sabía cómo reaccionar ante tan delicada situación. Deseaba con todo su corazón la marca, y se sentía tan poca cosa comparado con él que con sólo pensarlo le parecía una fantasía extraña e inapropiada para su realidad. ¿Qué debía hacer con la marca? ¿Podía huir como lo hizo en la fiesta de cumpleaños? ¿Debería renunciar a él por ser un inseguro cobarde? Y entre tanto llanto y pensamientos negativos sintió la leve fragancia a clavellinas, junto con un inusual y penetrante aroma a tabaco. Salió de su escondite y observó la silueta que veía la noche semi nublada. Reconocía aquella persona con claridad; ella estaba destruida de una forma extraña, parecía feliz y relucía bastante bien porque era así.
—Mi pequeño Izuku, sientes miedo, ¿verdad?—su madre le habló con cariño, tranquilidad y sin dejar de mirar la luna escondida por las escurridizas nubes en lo alto; haciendo pausas para tomar el cigarrillo entre sus labios y aspirar lentamente la muerte. Hisashi odiaba el aroma del cigarrillo, quizás por eso lo hacía. Para borrar un poco las costumbres que adquirió con él y así dejarlo ir para siempre, como debía ser. Porque dolía mucho estar constantemente atada a su fantasma.
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Nuestro Secreto |Terminada|
FanfictionKatsuki Bakugō es un alfa solterón y amargado, a lo largo de sus veinticinco años nadie nunca lo ha visto con una chica o un chico, Incluso su madre ya perdió las esperanzas de convertirse en abuela. Después de la novena victoria consecutiva en su v...