No daba crédito a lo que estaba escuchando, su familia siempre había sido todo para él, desde el inicio de su larga vida como luchador, ellos eran la razón de su confianza. Siempre los vio como una motivación extra; ahora no quería saber nada de ellos.
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Mina Ashido durante toda su vida como abogada, siempre había visto cosas muy perturbadoras. Homicidios, violaciones, situaciones que eran enloquecedoras con sólo pensarlas. Pero nunca vio todo el complot que los inversores de la familia Bakugō le hicieron a la familia Midoriya. Nunca. Y no era una mujer tan joven como se veía físicamente, a sus treinta y tres años, la vida le había enseñado que el dinero siempre era la manzana de la discordia en cada situación que se daba en una familia acomodada. Y cuando vio lo que había ocurrido con los Midoriya, tuvo que recurrir a las redes oscuras de sus contactos, de aquellos que piden como pago favores inmorales y no solamente dinero. Eso era lo que Mina podía hacer por Katsuki, que lejos de ser un cliente más, era como un mejor amigo. Alguien que le tendía la mano sin siquiera ver su apellido.
—Bien, ¿quieres que yo te lea lo que obtuve o prefieres hacerlo solo?—Katsuki suspiro pesado, tomó una fuerte bocanada de aire y fue por un poco de café, asintió ligeramente al oír la pregunta de su abogada, sinceramente sus ganas de abrir la boca se habían ido tan lejos como sus ánimos. Mina le entregó una fotografía, en una de ellas estaba su madre junto a un hombre. Su traje fino y la enorme sonrisa llena de confianza le dieron la información suficiente para saber que él era un empresario—. Ahí está tu madre y la persona que está a su lado es Hisashi Midoriya.
Katsuki abrió los ojos con sorpresa, observó a Mina y solamente pudo ver vergüenza. No entendía nada, ¿qué tenía que ver el padre de Izuku con su madre? La chica de cabellos rosados tragó duro y abrió sus labios para contar la historia que descubrió, una historia llena de traiciones y mentiras.
—Hace muchos años, cuando tú madre recién comenzaba a emerger en el mundo financiero, conoció a un contador multi empresarial, que por cierto, era muy talentoso en el ámbito económico. Esta persona era del tipo triunfadora, muy difícil conocerle un error práctico, excepto que en su puesto de trabajo no lo apreciaban como debían. Mitsuki, que en esos años luchaba contra tu tío por la presidencia de la empresa, ganó su confianza con rapidez y le pidió que la ayudará a tomar lo que le pertenecía. Hisashi no dudo, era una persona que nunca se negaba a un favor y gracias a él tu madre pudo llegar al puesto de tu tío, la presidencia de Bakugō investment company.
Katsuki observó la taza que tenían en su mano sana, su café era tan oscuro como su miedo saber la verdad. Muy en el fondo sabía que detrás de todo ese lote de palabras venía algo muy malo y perverso. Su instinto se lo decía con tanta claridad que le parecía ridículo querer saberlo, pero la sola mención de Izuku lo dejó muy curioso, aunque cada vez que su nombre resonaba en la profundidad de su cabeza, un fuerte dolor se presentaba sin descanso en la superficie de su pecho, oprimiendo su corazón de forma cruel. Dejando su propio ser con unas enormes ganas de llorar y gritar... De cierta forma el dolor en su otra mano le ayudaba a mantenerse cuerdo en medio de todo ese mar de confusión y sentimientos inconclusos. En cualquier momento, sentía que iba a explotar y descender a los más profundo de sus pesadillas.
—Ellos formaron una sociedad económica con bastante éxito y trabajo en equipo—prosiguió Mina—. Poco después de ganar la presidencia, tu madre conoció a tu padre en una fiesta, ambos cayeron enamorados, en cosa de meses se supo de la existencia de tu hermano. Tu madre era una mujer muy joven y bella, a sus veinte años y embarazada nada parecía brillar más que su futuro en la empresa. Hisashi, por su parte, conoció a la madre de Izuku, la señorita Inko, en la celebración del matrimonio de un jefe de su antiguo trabajo. Ella era la encargada de la decoración floral de la recepción y la fiesta, lo de ellos fue un amor a primera vista. Y todo parecía ir bastante bien para ambas parejas. Con el transcurrir de los años muchos inversores se sumaron a la empresa de tu madre. Por una parte Mitsuki siguió en la dirección. En esos años tu padre no luchaba en la UFC cómo lo haces tú ahora —porque aún no se consolidaba—, pero era bastante famoso en el ámbito de los luchadores, todos le tenía un enorme respeto. Hisashi era la mano derecha de tu madre y amigo de tu padre. Él la aconsejaba y le entregaba todas las claves para que siguiera ganando terreno en la sociedad económica japonesa aún así... Los inversores financieros le tenían miedo a Hisashi, él era demasiado talentoso. Tanto que hallaron una manera de hacerlo caer en la empresa, destruyendo la confianza que tu madre y él habían ganado con los años—Mina sintió su pecho arder, se estaba aferrando a la verdad—. Los inversores lo acusaron de fraude financiero injustamente.
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Nuestro Secreto |Terminada|
FanfictionKatsuki Bakugō es un alfa solterón y amargado, a lo largo de sus veinticinco años nadie nunca lo ha visto con una chica o un chico, Incluso su madre ya perdió las esperanzas de convertirse en abuela. Después de la novena victoria consecutiva en su v...