Daddys boss | h.s

17. «Mía»

«Mía» 

 Chloé

¿Que era lo que acababa de decir?, ¿que me quería, que me quería a mi?

Las simples palabras que había pronunciado adquirían un grado de complejidad mayor a medida que mi cabeza formaba una hipótesis a partir de su afirmación. ¿Como podría quererme?, ¿quien quiere a alguien en menos de un mes?, quizás mis cuestionamientos eran tan ciertos si lo ponía desde el ángulo de un cariño real, de uno verdadero pero si lo ponía de otro, de uno que temía, todo tenia sentido. ¿Me quería para un rato?, ¿era yo un capricho a primera vista?, porque en definitiva amor a primera vista no era.

—Di algo 

Me aparto de inmediato y él se inmoviliza.

 ¿Quiere algo?, ¿quiere que le diga algo?, no tengo palabras en estos momentos. Solo pienso una y otra vez que haber venido aquí ha sido un completo error. 

—Déjame sola—es lo único que quiero. 

Siendo una completa débil, mis ojos se cristalizan, muerdo mi labio inferior evitando que los sollozos se escapen. Me giro, dándole la espalda. Tomo el vestido. Estar como una maldita sensible, sentimental frente a una persona como él, es un golpe muy bajo.

—Pero—insiste.

—¿Me quieres, en serio?— Murmuro—¿Como es tu forma de querer?, porque indudablemente no estoy familiarizada con ella—y con eso, lo vuelvo a mirar. Su mirada se transforma, es mas cálida. Sus labios entre abiertos.

—Mira—dice y esta vez sus pasos son mas rápidos que mis reflejos. Sus manos sobre la piel de mis brazos me quema, su toque me hace vulnerable y no entiendo por que, no entiendo cual es ese efecto que tiene sobre mi, desde cuando esta ejerciendo aquel poder.—este no es el momento, ni el lugar—me dice y sus largos dedos toman con delicadeza mi mentón, haciendo que lo mire, que me pierda en sus ojos esmeralda —desde el momento en que llegaste a mi, he actuado como un cabrón pero no soy así, al menos, no con personas como tu.

—¿Como yo .... y que tengo yo?—le pregunto. No entiendo que le hace decir eso, ¿que argumentos tiene para colocarme esa etiqueta de especial, de diferente si apenas nos conocemos y la mayor parte del tiempo que estamos juntos parece que ambos no quisiéramos estarlo.

—No lo se, es lo que quiero descubrir esta noche —Dice.

Parece perdido pero a la vez muy seguro. Recordar sus palabras de hace unos momentos me llena de dudas, una curiosidad nace dentro de mi. ¿No es el momento ni el lugar para hablar pero aun así va a descubrir porque me quiere? ... llego a la misma conclusión, solo sexo.

—¿De que hablas?—es todo lo que digo. 

¿Me esta pidiendo o informando de que tenemos algo esta noche?, entonces en esos momentos me dan ganas de mandarlo a la mierda nuevamente y decirle que él podrá ser dueño de esto y la mitad del mundo pero que mi vida, mis decisiones, son mías y no tiene poder sobre mi, sobre ellas.

—Quiero que hablemos, nos tomemos el tiempo de conocernos en verdad —la intención que expresa, no la siento tan sincera,y queda confirmada su bipolaridad.

Ese es un detalle muy particular que he encontrado en él y que de cierto modo, siempre, bueno, en dos ocasiones contando esta, es lo que me intriga, y es que sus palabras no siempre suenan sinceras, verdaderas.

Quizás el usa una fachada al igual que yo.

—Harry —uso su nombre a modo reprobatorio. 

No quiero ir a cenar con él, no quiero hablar, no quiero conocerlo. No le creo.