11. «Superior»

11.9K 573 243
                                    

«Superior»  

Harry

Es temprano en la mañana, y desde que desperté no he dejado de contestar llamadas, responder correos y en lo que lleva del día, ya tengo planeadas cuatro reuniones. Odio cuando mi agenda cambia y entonces pierdo el control, cuando todo lo que he organizado y planeado para el día, no puede hacerse del modo que había pensado.

Me doy una ducha rápida, cepillo mis dientes, tomo un traje y salgo disparado hacia la oficina, ni tiempo de desayunar tengo. Mientras voy en camino, decido tener algo de diversión. Tomo el móvil y empiezo a enviar mensajes.

Buenos días, pequeña. ¿Como amaneces?

Dejo el aparato a un lado y me enfoco en el camino, hay mucho trafico. Aún estoy un poco lejos de mi destino, mientras el auto avanza lentamente entre la fila, recibo respuesta.

Buenos días, señor. Bien, ¿usted?

Entonces, cuando leo, dudo si es ella la que esta respondiendo. Ella no es así, ella no escribe así.

¿Quien eres y que has hecho con Chloé?

Rio ante lo que envío y luego hago una mueca cuando recibo en vez de su respuesta un correo, otro correo del trabajo. ¡Maldita sea, deténganse!

Finalmente, mi conductor logra acelerar y avanzar, cuando ya estamos próximos a llegar, mi móvil vibra.

Quiero ser una niña buena con papi

Leo, una, dos, varias veces ese mensaje. Como si fuera alguna frase compleja, como si se tratara de una formula química, como si fuera un escrito filosófico, como si fuera algo sumamente denso.

Antes de abandonar el auto, tecleo y bloqueo el aparto.

Papi, adora saber eso. Feliz día, pequeña. x 


***

  —Señor Styles, con todo el respeto que usted se merece. Opino que no debe negociar el precio de los terrenos recientemente adquiridos, son tierras con alta capacidad productivos, excelente ubicación, localización competitiva, competencia moderada y alta probabilidad de valorización de más del doble de la inversión en menos de un año.—Comenta una de mis socias, mientras sus dedos señalan una gráfica que  se proyecta frente a todos los presentes.

Reviso los documentos que tengo en el escritorio y hago anotaciones. Alzo la mirada, algunos se limitan a mirar sin decir nada, por otro lado hay quienes murmuran pero sin atreverse a opinar en voz alta.

—No estoy dispuesto a perder un solo centavo, no lo acepto. —sentencio mientras observo los estados financieros.—Ya las perdidas necesarias se hicieron, ahora solo quiero ganancias, señores. 

—Señor, con su permiso, me permito recordarle que  los proyectos realizados el año pasado, sobrepasaron las expectativas de crecimiento que se habían proyectado, minimizando el margen de error y por consiguiente, reduciendo las perdidas.

—Y entonces, ¿por eso debo resignarme a perder ahora, por eso debemos quedarnos de brazos cruzados mientras el dinero se escapa a otros bolsillos y no a los nuestros?

El hombre, del que ni siquiera recuerdo el nombre, se remueve en su silla y guarda silencio. Cierro los ojos, coloco mis manos sobre la mesa y me pongo de pie. Supongo que debo enseñarles como se hacen las cosas.

Daddys boss | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora