Epílogo

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Chloé


Entonces, quieres empezar de nuevo, hacer borrón y cuenta nueva,pero es un poco tarde para ello.

Camino entre la gente, aferrada a mi abrigo, esta haciendo mucho frío y solo quiero llegar cuanto antes al pequeño restaurante donde voy a encontrarme con mis amigos, mis nuevos amigos. Desde que llegue a este nuevo lugar, he logrado conocer personas increíbles, que han hecho de mi llegada algo menos triste y tortuoso, pues; me han acogido de una manera que no imaginaba, quizás porque ellos habían estado en algún momento en una situación como la mia. Acelero el paso y me adentro en el local, que esta atestado de estudiantes, la calefacción hace su trabajo y poco a poco, voy entrando en calor mientras me dispongo a hacer la fila para ordenar un chocolate y un croissant. Muero de hambre.

Es increíble que hace solo unas semanas estaba despidiéndome de mi padre, de mis amigos, de todo a lo que estaba acostumbrada desde que tengo memoria y ahora estaba a cientos de kilómetros de distancia, viviendo una "nueva vida", inmersa en otra rutina, en donde estaba prácticamente sola pero al mismo tiempo, rodeada de personas nuevas que se acercaban cada día más y ofrecían su sincera amistad. Los buenos recuerdos, son los que me acompañan y algunos no tan buenos, igual ... pero intento sobrellevarlos.

Cuando tengo mi orden, camino hasta divisar a mis compañeros en una mesa a la mitad del lugar. Camino, haciéndome paso entre la gente y finalmente, tomando asiento junto a ellos. Me reciben con sonrisas, comentarios.

—Entonces, ¿como ha ido tu primera exposición? —cuestiona de inmediato, Emily.

Ella ha sido la primera persona con la que he llegado a establecer una amistad como tal. Desde que instale en el departamento que ahora compartimos, solo he podido darme cuenta de lo agradable que es, además, de lo excelente estudiante, lo cual ha sido, un gran alivio y ayuda para mi, pues en el pasado, mis hábitos de estudio eran un desastre y tenerla como ejemplo, solo me motivaba a comprometerme con lo que estaba estudiando. Ademas, era una chica super simpática y me generaba mucha confianza, su forma de pensar, la paz y tranquilidad que trasmitía, su amor por la música, además de su pasión por los animales, ella adoraba los perros.

—Pues, bastante bien ...el profesor me ha eximido del próximo examen.—comento aguantando un chillido y ella se abalanza sobre mi, dándome un gran abrazo—y todo, gracias a ti.

—No, en lo absoluto. —se acomoda en el asiento, mirando a nuestros acompañantes—la señorita Palvin, es toda una caja de sorpresas, chicos. Allí donde la ven, puede ser la mejor de la clase si se lo propone, mejor me ando con cuidado. —bromeo y yo solo niego, jamás seria mejor que ella.

—Y, ¿ustedes?, ¿que tal su día?—pregunto para luego tomar el envase de cartón y darle un sorbo al chocolate. 

—Pues mientras a ti te eximen de los exámenes, yo estoy esperando por ellos ... hay tanto que estudiar que no se por donde empezar y creo que enloqueceré—comenta Robert con preocupación, sin duda, todos tenemos compromisos y esa constante presión en la universidad.

—Yo ya soy un caso perdido—confiesa divertido, Noah. —mañana tengo un partido de tennis a las diez y luego examen a las dos, y es obvio que voy a ganar y que voy a perder.

Nos reímos cuando termina de hablar, la pasamos muy bien juntos.

En medio del ambiente relajado y tranquilo de aquel restaurante ubicado a pocos metros del campus universitario, nos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo libre, que con el pasar de los días, es casi nulo pero siempre tenemos tiempo de ir por una pizza o comerlo en algunos de nuestros apartamentos, o en otras ocasiones, ir a un bar por algunas cervezas pero nada alocado, por mi parte, me estoy tratando de mantener lo más centrada posible en mis estudios. Ellos tres eran buenas personas, pues en las oportunidades que habíamos tratado, siempre se mostraban amables, respetuosos y sobre todo, dispuestos a ayudar en caso que lo necesitara y eso lo agradecía de sobremanera. Cuando ya han pasado un par de horas y la mesa frente a nosotros, ya tiene varios platillos vacíos y tazas de café terminadas, decidimos que es hora de marcharnos. Salimos del lugar y nos despedimos, camino junto a Emily de regreso a casa.


Daddys boss | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora