Daddys boss | h.s

23. «Problemas»

Harry

«Problemas»

—¿Como mierda te atreves a meterte en mi vida, quien demonios te crees para cuestionarme? ... Alex, no tienes una jodida idea de nada, no te metas en mis asuntos. Es que lo sabia, desde que llegaste sabia que ibas a revolverlo todo y la poca paz que tenia se iba a esfumar—escupo una palabra tras otra, tratándome de contenerme para no estamparlo contra la pared, apenas y puedo respirar, porque estoy muy cabreado y quiero romperle la cara, mis puños apretados lo confirman—¿como sabes de ella?

Él ha cambiado su expresión a una menos retadora y luce verdaderamente asombrado por mi reacción pues generalmente no soy del tipo agresivo aunque mi carácter sea una mierda. Creo que en este punto se ha arrepentido un poco de haber dicho aquello.

—¿Por qué te pones como un loco? ... estas mal.

Apenas y comprendo su respuesta.

—¿Como esperas que este cuando vienes a mi oficina a reclamarme sobre mi dinero, sobre mi vida?

—Lo he dicho por rabia ... 

Pero, ¿que? ...

—¿Que sabes de ella?, ¿quien te lo dijo?

—Uno de los jardineros ... ahora no recuerdo su nombre pero solo ha sido un comentario al aire

—Un comentario al aire que has tomado para ponerme contra la espada y la pared, para que de una u otra manera acceda a tus caprichos. Y ademas de todo, si así fuera que ... si le diera mi dinero a ella, ¿qué?

En estos momentos no se que diablos estoy haciendo y diciendo. 

Chloé es menor de edad, faltan unos cinco meses para que cumpla la mayoría de edad, es decir, que si lo nuestro se llegase a descubrir durante ese lapso de tiempo, seria un delito. Alex no tiene ni idea de ella y tampoco que su padre trabaja para mi, lo cual es perfecto y debe continuar así, de otro modo, me tendría en sus manos y eso no me haría mucho bien.

Tenia que asegurarme que las cosas siguieran así.

—Alex, te voy a dar el dinero pero ... con una condición.

Rueda los ojos y se cruza de brazos.

—Suéltalo.

—Que salgas de mi casa, tú y tu novia.

Quedamos en silencio, ladea su cabeza y atrapa su labio inferior entre sus dedos como pensando porque aquella condición y no se si esto me ponga en evidencia y pueda levantar sospechas en él pero prefiero que quede solo con eso, con suposiciones que llegue a la verdad. Se da vueltas y queda mirando por la ventana.

—¿Por qué ... por qué ahora me pides eso?

Dice con suspicacia, con malicia ... como si estuviera atando cabos. 

—Necesito privacidad, Alex.

—¿Para estar con Chloé? ... ¿cuando vas a presentármela?  

Camina en mi dirección e intenta colocar su mano en mi hombro pero antes de que pueda hacerlo, aprisiono su muñeca en el aire y lo miro fulminante.

—Te voy a decir una cosa que quiero que recuerdes: no te metas en mi puta vida.

Y suelto su brazo provocando un gruñido de su parte.