Goku salió del coche y lo cerró, luego miró hacia la casa de Milk. Era un casa sólida con fachada de ladrillos, con un portón de hierro que daba a un pequeño jardín y a un estrecho porche, dos ventanales, y habían tres ventanas en el piso de arriba.
¿Sería alguna de esas ventanas la habitación de su hijo? La sola palabra "hijo" parecía sacudirlo.
Vio moverse una cortina en una de las ventanas de abajo, sintió un viento frío borrando el poco calor que le quedaba en la cara.Aquello no sería fácil, pensó Goku. Aún estaba asombrado, y Vegeta le había aconsejado que se mantuviera alejado hasta que se recuperara pero Vegeta no era él, ni estaba sufriendo aquel desequilibrio emocional, era imposible que sintiera lo mismo que él. Había pasado toda la tarde con Vegeta, sintiendo una mezcla de sensaciones; rabia hacia Milk, desesperación y angustia por lo que había estado a punto de perder.
La cortina de abajo volvió a moverse, un momento antes de volver a su sitio vio el rostro de Milk, ella lo había visto. Debería de entrar ahora.
Hacia media hora había estado caminando de una punta a otra de su apartamento como un animal enjaulado, pero no recordaba más, había perdido el control de sus actos. Él era un hombre muy controlado, pero el control lo había abandonado por completo, desde que había visto aquellos papeles que incluían el nombre de Gohan Son ya no sabía nada, ya no estaba seguro de nada...
Gohan había sido el nombre de su abuelito, y Son era su apellido...Tragó saliva, sus ojos empezaron a brillar desesperadamente cuando tocó el portón. Se abrió con un ruido de hierro viejo, cuando lo atravesó, vio un figura detrás del cristal, y supo que Milk iba abrir.
***
"No toques el timbre" rogó la pelinegra por dentro, angustiada ante la posiblidad de que pudiera despertar a Gohan.
Era como una pesadilla, en que abres la puerta y te encuentras con la más terrible figuras... Goku, alto, musculoso, cabellos alborotado, todo vestido de negro, tapaba la luz que llegaba de la calle. Había creído lo que estaba en los documentos, se le notaba en la cara.
- ¿Puedo pasar...?
- Es tarde - Contestó ella, con el corazón latiendo desesperadamente - Yo... iba irme a dormir. ¿Por qué no vienes mañana y...?
- Déjame pasar, Milk - Repitió.
- ¿Para que vuelvas a insultarme? - Preguntó molesta.
- Probablemente, no estoy seguro de lo que puedo hacer, estoy conmocionado.
La ojinegro lo notó - Con más razón, es mejor que vuelvas mañana, cuando...
Él le clavó la mirada; fue la única advertencia que recibió antes de que Goku la tomara entre sus brazos y la llevase a la sala de estar.
- ¿Cómo te atreves...?
Él no se molestó en contestar, se dio la vuelta y volvió al recibidor, dejándola allí, temblorosa.
La pelinegra escuchó la puerta de entrada, luego sus pasos nuevamente dentro. Entró en la habitación; después cerró la puerta de allí.
Se notaba que estaba furioso.
- Creo... Creo que debes calmarte, estas muy estresado y es posible que no sepas lo que estás...
- Estresado ¿Piensas que estoy estresados? - Repitió él.
- Enfadado, entonces - Corrigió ella, encogiéndose de hombros - Comprendo porque te sientes asi pero...
- Dejemos una cosa clara - Él se acercó a ella - Tengo derecho a estrangularte por lo que me has hecho pero lo único que te pido son unas respuestas aceptables.
- Entonces será mejor que te marches - Respondió rápidamente.
Goku no podía creerlo. Miró a aquella bella mujer atemorizada y pastañeó, incrédulo, estaban a escasos centímetros, de hecho él estaba tan cerca que ella se estaba arqueando en esfuerzo para mantener distancia.
No podía salir de su asombro cuando la había visto con aquellos vaqueros abriendo la puerta, había visto a la antigua Milk, y él sentía que lo años se habían borrado.Se dio la vuelta. Detrás de él, sentía su respiración agitada, su miedo, cerró los ojos e intentó controlarse - Te pido que me disculpes - Musitó.
- Esta bien.
Escuchó un ruido metálico y se dio la vuelta, lo que vio lo turbó completamente; la pelinegra tenía un atizador de hierro de la chimenea en una mano. ¿Lo creía capaz de hacer algo tan terrible que tenía que armarse?
- No necesitas eso, Milk - Dijo sensualmente.
Él no se había visto la cara, pensó la pelinegra - Cuando te calmes, lo dejaré.
Pero ella estaba temblando por fuera y por dentro, por el modo en que la miró, ella sospechaba que no le llevaría más de dos segundos desarmarla si decidía hacerlo. Era grande, fuerte y un experto en artes marciales.
Lo había visto una vez luchando con su hermano, Black. Había estado desnudo hasta la cintura, y su figura la había impactado su hermano también había estado desnudo de la cintura para arriba, pero ella apenas lo recordaba y Black tampoco le había prestado atención a ella. Goku, en cambio, la había observado aunque luego había dejado de mirarla, en unos segundos su hermano lo había tirado al suelo. "No es justo con semejante distracción", le había dicho el de cabellos alborotados a Black, su hermano había alzado la mirada para ver a que se refería.
La escena había sido turbadora: hombre sobre hombre, fuerza contra fuerza, los músculos brillaban por causa del sudor, el aire con la fragancia de masculinidad... Ella se había dado la vuelta y se había marchado corriendo.
Cuando vio que Goku se acercaba a ella, pensó que tal vez en aquel momento debería hacer lo mismo que había hecho aquel día pero no podía aquella era su casa, su hijo estaba durmiendo arriba así que apretó los dedos contra el hierro y se preparó para defenderse.
Él extendió y le quitó el arma suavemente - Así, no, te derribarían al primer movimiento, úsalo de este modo... - Él pelinegro le tomó la mano y le colocó el atizador de hierro entre sus pechos, luego con un movimiento, dirigió el arma hacia su cuerpo - De esta manera tienes la posiblidad de hacerme daño.
Era una tontería, pero de pronto empezó a balbucear y sus ojos se empañaron de lágrimas.
- No quiero hacerte daño - Dijo, temblorosa.
- Lo sé, ha sido culpa mía, te he asustado - Dijo aquello, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.
- ¿Dón... Dónde vas? - Preguntó ella.
- Tenías razón, no debí venir aquí, me iré y te dejaré... a salvo.
- ¡¡No!! - Gritó ella, sin saber por qué - Tú... estás aquí ahora y...
Él se detuvo. Llegó el silencio, ella no sabía qué decir.
- ¿Quieres una copa? Puedo...
- No, gracias - Contestó él.
- Tu chaqueta, entonces, dame tu chaqueta - Insistió.
Cuando ella se adelantó, él la detuvo - Me gustaría ver a mi hijo.
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Mentiras De Amor *Gochi* [Completa]
Fanfiction"Había tomado la determinación de hacer que aceptara a su hijo... aunque se negara a perdonarla a ella".