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- Prepárame el coche - Ordenó a su asistente mientras se dirigía a la puerta. Luego se detuvo, y agregó - No vuelvas a mentirme, Krilin - Luego se fue.

- No señor - Agregó el pequeño calvo.

Bajó en el ascensor y salió a la calle, en los pocos segundos que tardó en cruzar la calle, lo empapó la lluvia. La pelinegra no lo vio hasta que lo tuvo frente a ella, Goku le quitó el paraguas y lo subió un poco para que también lo cubriese a él.

- ¿Estas loca? ¿Por qué estás aquí? - Preguntó.

- No querían que los vigilantes me corrieran del edificio - Le explicó - Pero necesitaba hablar contigo.

Por el gesto que hizo, Goku parecía haber olvidado las órdenes que había dado a su empleados. Al ver que ella estaba temblando, él le agarró el brazo y la metió debajo del primer portal que encontró, cerró el paraguas y lo colocó a un lado. Luego se quitó la chaqueta y se la puso a ella encima de los hombros.

- Estas helada, no puedo creer que hayas venido aquí vestida así - Habló observandola detalladamente.

Milk llevaba un nuevo traje de diseño. Le había parecido apropiado cuando había decidido ir. Ahora agradecía el calor de la chaqueta de Goku.

- No estaba lloviendo tanto cuando me fui de la casa - Respondió, aún temblando por el frío.

- Comprendo - Murmuró él.

- Tu también estas mojado - Continuó ella, agitada - Debistes enviar a Krilin para...

- ¿Para que transmitiera más mensajes?

Ella alzó la mirada, vio sus ojos y dejó escapar un suspiro - Te lo dijo ¿Verdad? Prometió no decirlo. No quería que se metiera en problemas por mi culpa.

- ¿Crees que me habría enfadado con él?

- Hace dos días...
Ella llevaba dos días esperando, sobresaltada, cada vez que sonaba el timbre.

- Krilin cumplió con las instrucciones de la carta. En cuanto al resto... me lo imaginé

- Que eficaz - Murmuró ella.

Para su sorpresa, Goku se rio, ella lo miró y se encontró con unos ojos negros cálidos que la miraban intensamente.

"No me mires así", le habría dicho él. Una corriente de intimidad los estaba envolviendo en poco tiempo, y era peligroso.

- Necesitaba tiempo para pensar - Murmuró él.

- Se que te sientes herido pero yo debía protegerme.

- ¿Del eficaz Son Goku? - Sonrió él.

- Lo siento, pero si tu...

Él alzó una mano para quitarle de la cara un mechón mojado. Afuera, la lluvia golpeaba intensamente, el mechón dejó un trazo mojado y él movió su dedo para borrarlo de su mejilla. Alguien entró en el portal y los observó con curiosidad.
Milk habría querido esconderse dentro de su chaqueta; estaban muy cerca del uno al otro, Goku dejó escapar un suspiro. Ella se quedó mirando su corbata negra, subiendo y bajando con la respiración.

- No creo que este sea un lugar apropiado - Habló ella observando el lugar.

- No - Asintió él, pero no se movió.
Hubo un silencio.

Entonces, el pelinegro deslizó sus manos por debajo de la chaqueta negra hasta llegar a sus pechos.
Ella suspiró, y por un momento pensó que él iba a besarla.

Milk tembló de frío, cuando él se apartó para recoger el paraguas. Lo abrió, la hizo meterse debajo y luego la acompañó afuera. Corrió con ella hasta el coche, ella se sorprendió, porque había pensado que la llevaría al banco. El pelinegro subió con ella, tenía la camisa mojada y el cabellos chorreando. Se inclinó para tomar un teléfono que había en el coche, canceló sus citas y luego se arrecostó dando un suspiro.

- ¿Dónde vamos? - Preguntó ella, nerviosa.

- A algún lugar donde podamos hablar.

- Creí que el banco...

- No - Dijo él.

- Goku...

- Vegeta se ha comunicado contigo - Cambió de tema.

- ¿Sí?

- Me dijo que andabas en una actividad o algo así - Habló observandola detalladamente.

-A primera hora de la mañana, si - Asintió - Hacen una función para Navidad en el colegio de Gohan. Representan Cenicienta, hubo un ensayo esta mañana y yo fui a ayudar.

- ¿En que colegio? - Ella se lo dijo pero se sentía insegura con un hombre tan impredecible como Goku. Nunca se sabía si estaba tramando una venganza o una seducción porque algo había surgido en ellos en ese lugar y no era justo, porque solo aquel hombre había hecho que ella sintiera ese deseo solo con su presencia. Aquella sensación había estado presente desde el primer día, desde la primera vez que le había rozado el brazo, cuando ella había estado sirviendo en la mesa. Ella tenía la ingenuidad de los veinte años, pero la había conmovido su tono sensual, su risa profunda y la respuesta de ella había sido tan primitivamente sexual, que había derramado la mayonesa en el mantel.

- Cuidado con él - Le había advertido Lunch - Los Son suelen sentirse atraídos por las jovencitas delgadas, te sacará lo que le interesa, y luego te echará de su vida.

Había tenido razón. Goku la había perseguido como un loco hasta que había derrumbado sus defensas, le había prometido todo: amor, matrimonio, todo en un hermoso paquete pero en cuanto había conseguido lo que había querido, la había despreciado por dárselo.

Él se movió, y ella lo miró acusadoramente.

- ¿Qué? - Preguntó él, sorprendido.

- Nada - La pelinegra desvió la mirada tenía la esperanza de que ocho años de abstinencia le hubiera servido para construir alguna defensa contra él. ¿Por qué pensaba que necesitaba de aquello?

Porque Goku aún la deseaba. Tres encuentros, dos besos, y ya estaba la pasión instalada otra vez entre ellos.

El coche se detuvo frente a un lujoso edificio de apartamentos. El pelinegro salió del coche y fue abrir la puerta.

- No creo... - Empezó a balbucear Milk.

Él la hizo salir y la apuró para que entrara rápidamente al edificio, en el movimiento, casi se le cae la chaqueta de Goku.

Un guardia de seguridad los saludó - Buenos días, señor, señora...

Goku murmuró una respuesta, la pelinegra sonrió nerviosa.

- No me parece buena idea esto - Dijo ella.

- A mi sí - Respondió.

- No - Se quejó la azabache, e intento librarse de la mano que le sujetaba la muñeca.

El hombre de seguridad debió de pensar que eran dos amantes tan impacientes que no podían esperar a estar solos.

Las puertas del ascensor se cerraron. Los ojos de Goku la quemaban, ella sintió que se le aceleraba la sangre en las venas.

- Estas loco. Se supone que se trataba de hablar de Gohan - Gritó ella molesta por la actitud del azabache.

Goku se rio.
Durante dos días, él se había preguntado, por qué se estaba conteniendo para ir a ver a su hijo y no había encontrado ninguna respuesta convincente, pero una sola mirada a Milk y la respuesta había aparecido en su mente. No podía resolver el problema de su hijo si antes no resolvía el problema con la madre de su hijo. Él la deseaba, quería todo lo que había rechazado hacia ocho años, sin esa cosa llamada "amor".

- Voy a estrecharte en mis brazos y te voy a besar hasta no poder más... Voy a quitarte la ropa y a disfrutar de tu exquisita piel, te llevaré a mi cama y voy a gozar de cada centímetro de ti - Dijo sensualmente el pelinegro.

Milk se puso tensa ante lo dicho por Goku, no se esperaba eso.

- Voy a salir de aquí y te voy a comprar un anillo que demuestre que me perteneces, entonces, y solo entonces, iré a conocer a mi hijo. Me debes esto, Milk, la del rostro bello y el corazón embustero, me lo debes por los ocho años de amargura, y los siete años de vida de mi hijo.

Mentiras De Amor *Gochi* [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora