Capítulo 30: Di que eres mia

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Jazmín y yo decidimos ver la película que había traído y, mientras disfrutábamos de la comedia me acordé de algo.

-"Hey, te dije acerca de mí pero no me dijiste sobre ti"-

-"Está bien.... Hola soy Jazmín del Río, tengo 25 años. Soy Argentina, tengo dos hermanos, mis padres son dueños de una óptica muy famosa y mi color favorito es el negro..."-

-"Muy bien, todo en la memoria"-

Sonreí y luego di un vistazo a los paquetes de comida vacíos en mi cama.

-"Dios Jaz estamos tan gordas"- me quejé, acariciando mi barriga hinchada.

-"Tú te comiste la mayoría"- se rió y me subió la camiseta hasta el inicio de mis pechos para empezar a salpicarme besos por todo mi abdomen, se detuvo para mirarme y pude ver la pasión que ardía en sus ojos y también me di cuenta de que estábamos en mi maldita cama.

-"Jaz..."-

-"Shh"- sonrió y se dirigió a mis labios. Deslizó su nariz por la mía y sentí su respiración contra mi piel. Abrí la boca ligeramente y lentamente apretó sus labios con los míos, pero se alejó de inmediato haciéndome gemir de frustración.

-"Detente"- Murmuré.

-"Detener qué?"- me dijo con una expresión divertida.

-"Deja de burlarte de mí"- Murmuré antes de tirar de ella para otro beso.

Gentilmente moví mis labios contra los suyos y ella abrió la boca para que yo deslizara mi lengua, masajeé cada parte de su boca y en este momento mis labios eran prácticamente insensibles de la electricidad.

Sonreí a través del beso cuando sentí que Jazmín estaba respirando con dificultad, pero su lengua respondía con entusiasmo a la mía y estaba segura de que ella sentía las mismas cosas yo. De repente se detuvo y se levantó para ponerse a horcajadas sobre mi, aparentemente queriendo tomar el control. Mi respiración era entrecortada mientras sus muslos se apretaron alrededor de mis caderas, las sensación eléctrica que sentía por todo mi cuerpo era indescriptible y toda la excitación fue a parar a mi centro. La miré, tenia la mirada tan oscura que incitaba a que hiciéramos de todo, de inmediato me incliné para besarla pero ella me empujó contra la cama de nuevo.

Abrí los ojos y la vi mirando mi collar. Sonrió y se inclinó para cojer el collar entre sus dientes... Oh que sexy se veía.... Dios!!

-"Eres mía"- susurró lamiéndose los labios sensualmente y yo... Dios no podía aguantar más, la necesitaba en ese instante.

Vi como se burló de mi y de inmediato bajo a besarme de nuevo.
Nuestros ojos se cerraron y oía como Jazmín gruñía en mi boca, tomó mi lengua entre sus labios y ligeramente lo saboreaba. Mis hormonas estaban zumbando por todas partes, la fuerte excitación que se había hecho en la habitación ya me tenían al borde de la perdición.

Jazmín llevo una de sus manos hacia mi abdomen y empezó a acariciarme. El inesperado contacto me hizo dar un respingo y empecé a moverme intencionalmente.

-"¿Estás bien?"- preguntó sobre mis labios. Por Dios esta mujer era increíble, todavía tenía el respeto por preguntar si estaba bien. Daniel nunca lo hizo.

Sonreí sensualmente y besé la comisura de sus labios, deslizandome hasta su mandíbula y su cuello. Giró un poco la cabeza para que yo pudiera tener mejor acceso a su increíble garganta, le di unos pequeños mordiscos y con la lengua chupaba cada parte.

Gimió, y me congelé por un segundo. Yo estaba tan mojada y ese gemido hizo que mis impulsos fueran mucho más fuertes.

-"Bebé. Eres tan hermosa"- me dijo en el oído y tomó el lóbulo con su boca. Oh! si seguía haciendo esto, mi ropa iba a parar al suelo en unos segundos.

Mi maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora