Capítulo 53: Espiral

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La vida fue bastante dura después de eso. Abandoné la escuela por unos días debido a la depresión que tuve por semanas. Tan pronto como pensé en volver clases, vi al nuevo maestro de inglés y me perdí, me derrumbe por completo en medio de la lección y eso llevó a mi padre a tomar la decisión de sacarme de la escuela y contratar un tutor........

Liz rodeaba mi vida cotidiana, cada día me llenaba de historias acerca de lo que hacía en la escuela, sus últimos enamoramientos y otras cosas sin importancia. Yo solo me dedicaba a escucharla aunque nunca dijera nada constructivo. Igual, yo siempre terminaba de la misma manera. Ella trataba de hacerme reír o incluso sonreír pero era imposible.

Liz se fue por un tiempo, pero no sin antes de decirme que me amaba, yo no podía siquiera responderle. ¿Cómo podría incluso decir la palabra 'amor', independientemente de si se trataba de amor de amigas.

No había vuelto a reír desde el día que jugué con ella en su salón de clases, cuando todo sucedió. Esa fue la última vez...

Mi padre se había rendido conmigo. Me había llevado a médicos que me recetaban antidepresivos, medicamentos contra la ansiedad y pastillas para dormir pero yo nunca las tomaba. Incluso llegó al punto que tuvo que llamar a un hospital mental, pero le dijeron que estaría encerrada en una habitación y me alimentarían a la fuerza. Él no quería eso, así que llegamos a un acuerdo y era que yo volvería a comer. Era muy difícil porque mi estómago ya no soportaba nada, pero si yo hubiera seguido de esa manera ya estaría muerta hace mucho tiempo.

Quise pensar que probablemente que ella fue arrestada... Y sólo estaría allí durante unos meses, luego saldría y todo volvería a estar bien...... Pero no!

Después de que me envió el texto, yo me había desmayado. Mi padre me había llevado de vuelta a casa y dormí de forma intermitente durante tres días. Cuando finalmente había dormido lo suficiente para volver a funcionar, le pedí a Liz que me llevara a su casa.

Cuando llegué allí.......

No había nada. No había rastro de ella allí, fue como si nunca hubiera ocupado ese lugar, lo único que vi fue un "En Venta" en el jardín. Todo rastro de ella desapareció. Yo ni siquiera tenía a Príncipe, tal parece se lo habían llevado junto con Tiguer a alguna parte. Nadie me daba razón de ella y ni siquiera tenía idea de lo que le había sucedido.

Es como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra.... y se llevó mi corazón con ella.

Cuando lancé mi teléfono contra la pared, una vez que desperté después de ser recogida de la oficina de la señorita Maribel... todo se había ido... los textos, las llamadas telefónicas, las fotos... todo. Lo único me quedaba de ella era el collar alrededor de mi cuello que sólo ella podía despegar.

Llamé a todas las prisiones en la zona y se negaban a ayudarme. Preguntaba su nombre pero no hacían ningún comentario. No sé lo que pasó con Daniel, es probable que todavía tenga copias de mi diario y lo mire de vez en cuando. Burlándose de la miseria que causó.

Nunca le pedí a Liz que me devolviera el diario, yo no quería que me lo devolviera. La razón? Acabaría en un espiral y caería aún más en la depresión si leyera los recuerdos que compartí con ella.

Llamaba a su número cada día, pero siempre era lo mismo: 

" Este número no está disponible " 

No sé por qué lo hacía, tal vez porque creía que algún día todo iba a cambiar y me respondería con un ' Hey bebé' como solía decirme. Pero a quién engañaba, todo se había acabado. Ella no regresaría.

Han pasado seis meses desde la última vez que la vi, era junio. Un mes más y habríamos tenido la libertad de vivir nuestras vidas, pero ahora... no había nada.

Ni siquiera salía de mi casa, había perdido peso, creo que estaba sobre 39 kilos ahora, no es que me importara. ¿Por qué habría de importarme? En realidad ya nada me importaba. Mis mejillas se habían hundido, mis costillas y mi columna vertebral estaban prominentes, yo siempre llevaba ropa holgada para que mi papá no lo notara, pero él me miraba con tanta pena que creo que él sabía. Lastimosamente esta era mi vida.

Mi padre solía venir a mi habitación cada noche a verme llorar y rogar para que ella volviera en mis sueños, pero después de un tiempo, se rindió y se dio cuenta de que yo no podía ser ayudada.

Probablemente él echaba algunas pastillas para dormir en mis bebidas porque me encontré durmiendo mejor las últimas noches, pero no importaba, aún ocurría en mis sueños.

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Hoy me había vestido con una enorme sudadera con capucha y unos pantalones para correr...Si, hoy había decido salir... fui a mi auto y conduje hasta el puente en donde me gustaba ir de vez en cuando.

Camine casi una milla para sentarme en un banco solitario y ver el puente , estaba iluminado y era realmente bonito, pero no me importaba, yo sólo quería encontrar algo que hacer. Me quedé un rato viendo el puente, miré los coches que pasaban por encima de la gran estructura.

De repente un perrito vino y se sentó frente al banco donde estaba yo. Me congelé, mi boca se secó y mi visión se puso borrosa. Apreté mi mandíbula mientras lo miraba, era un poodle negro.

-"Ah lo siento!"- Una voz gritó... era una chica caminando hacia el perro. Yo no podía ver claramente, las lágrimas todavía bloqueaban mi visión. Mi corazón comenzó a bombear el doble de rápido, la adrenalina corriendo por mis venas mientras ella se acercaba.

Se sentó a mi lado y se burló del perro delante de nosotras.

-"Es un monstruo"- sonrió. Parpadeé y las lágrimas cayeron, aclarando mi visión. Mi corazón cayó cuando me di cuenta de que no era ella. No era Jazmín.

-"¿Dónde lo conseguiste?"- Le pregunté mientras ocultaba mi cara, y en realidad no quería saber la respuesta.

-"Lo conseguí no hace mucho tiempo en la perrera. Estaba realmente triste, él estaba alojado con otro perro blanco que asustaba a todo el mundo, era temeroso y agresivo cuando lo tocaban. Este tampoco es demasiado agradable, a veces me gustaría devolverlo a la perrera, pero mi corazón no podría soportarlo "- Suspiró.

Mi corazón latía cada vez más rápido. -"¿Dónde está la perrera?"- Le pregunté, tratando de controlar mi voz.

-"No es muy lejos de aquí, voy a escribirte la dirección, si quieres. La verdad es genial y está abierto 24/7 gracias a las donaciones que por lo general entregan en las noches" - Ella escribió la dirección en un trozo de papel y me la dio. La tomé y la guarde en mi bolsillo no sin antes de hacerle una pregunta.

-"Dijiste que estabas pensando en deshacerte de él?"- Le pregunté mientras miraba los profundos ojos del cachorro que creí reconocer, pero no podía estar segura.

-"No es que quiera deshacerme de él. Es sólo que él no es feliz conmigo."- Suspiró.

-"¿Puedo probar algo?"- Me miró confundida pero asintió finalmente. Me arrodillé en el suelo delante del perro ahora bien grandecito, cerré los ojos y esperé por un milagro.

-"Tiguer yah!"-

Mi maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora