Capítulo 56: Nunca llamaste

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Mis ojos se abrieron, mi mandíbula se aflojó, el bombeo de mi corazón se volvió anormal. Jazmín Del Río estaba de pie frente a mí. Las lágrimas corrían por su rostro mientras estudiaba mi cuerpo frágil y demacrado con el más mínimo gesto, antes de volver a mirarme a los ojos.

-"Florencia"- Esa voz.... la voz que me persiguió durante meses, la voz que escuché en mis sueños, La voz a la cual le gritaba que regresara.

Abrí la boca pero no salió nada. Era inútil.

-"No sé qué decir"- admitió, con la voz quebrada. Mis lágrimas finalmente cayeron al darme cuenta de que estaba realmente aquí conmigo y que no era un sueño.

No podía pensar en nada más así que agarré el DVD de debajo de su mano, lo escaneé, agarré el dinero que había dejado en el mostrador, puse la película en una bolsa y la coloque sobre el mostrador antes de desaparecer en el interior de la habitación de empleados.

Me quedé allí por cerca de media hora, apoyada contra la puerta hasta que oí la campana de la puerta señalando que se había ido. Me golpeé a mí misma por haber hecho eso, pero ¿qué otra cosa podía hacer? No podía hablar con ella y, yo no iba a estar allí toda la noche sólo mirándola. 

Suspiré y camine de vuelta sólo para ver a un cliente enojado esperando en el mostrador con una pila de DVDs.

-"Lo siento"- murmuré. Mire hacia la puerta para ver si el sonido de la campana era otro cliente que entraba. Exploré la habitación y la vi a un lado del mostrador, mirándome directamente. Gemí internamente y pronto ya me estaba a yendo a la habitación de empleados pero antes de que pudiera desaparecer..................

-"Florencia"- Sólo eso basto para matarme por dentro y enviar simultáneamente escalofríos por todo mi cuerpo. Me volví hacia ella y se acercó al mostrador de nuevo. -"Cuando acabas tu turno?"- Preguntó.

Miré el reloj en la pared y eran las 9:15.

-"09:30"- Le respondí de mala gana. Ella sonrió ante el sonido de mi voz y entonces la vi mirar al reloj.

-"¿Puedo llevarte a tomar un café?"- Preguntó, jugando con sus dedos nerviosamente.

-"Yo... no lo sé"- le contesté. Inmediatamente su sonrisa desapareció.

-"Oh. Sólo pensé que podríamos hablar...."-

-"¿Hablar?"- Le pregunté. La ira que había mantenido dentro de mi desde hace tantos meses, finalmente estaba saliendo. -"Claro que vamos a hablar"-

Ella hizo una mueca ante mi tono.

-"Vamos a hablar de cómo me dejaste sin decirme dónde estabas. Vamos a hablar de cómo me enviaste un texto y luego bloqueaste tu número. Vamos a hablar de cómo diablos tu casa se puso en venta tres días después de que desapareciste del puto planeta. Adelante. Habla! "-

-"Me arrestaron Florencia"- Suspiró.

-"Así que bloqueaste tu número antes de decirme que ibas a prisión? Allá permiten hacer llamadas Jazmín. Podrías haberme llamado y por lo menos hacerme saber que estabas bien. Maldita sea... yo podría haberte visitado!"- Yo hervía de rabia, incapaz de controlarme.

-"Flor..."-

-"¿Sabes tú en el estado en que yo estaba? Yo estaba putamente deprimida. Mi maldito padre tuvo que poner pastillas para dormir en mis bebidas porque no podía cerrar los ojos por un maldito segundo porque todo lo que veía y en lo que pensaba era en ti. Mi peso se desplomó. Me iban a ingresar a un puto hospital mental Jazmín, porque yo ya no podía pensar con claridad. Todo esto se habría evitado con una puta llamada telefónica tuya! "- Grité. Mi corazón latía con fuerza.

-"¿Crees que fue fácil para mí!"- Jazmín replicó -"Me arrestaron por enamorarme y trabajé en mi sentencia, pero luego no pude encontrar a nadie que estuviera dispuesto a pagar por mi salida, así que tuve que quedarme más tiempo. Salí hace una semana Florencia. Yo no te llamé porque no podía soportar la idea de que tú esperaras por mí, cuando ni siquiera sabía cuánto tiempo iba a estar encerrada. Yo no estaba pasándola mucho mejor que tu Florencia. Todo este tiempo me la pasé encerrada viviendo dentro de una jaula de mierda! "-

Me burlé y miré hacia atrás al reloj, ya faltaban pocos minutos para el final de mi turno así que recogí mi bolsa y esperé a la persona del relevo mientras Jazmín seguía mirándome directamente.

-"Detente"- Me espetó.

-"¿Qué?"-

-"Mírame"-

No pude evitarlo, me volví hacia ella, a punto de discutir una vez más, pero sonó el timbre y era mi colega. Me despedí de él y me fui. Jazmín me siguió.

Empecé a caminar hacia mi casa y Jazmín caminaba a mi lado. Me estaba enfureciendo con cada paso que daba.

-"Qué quieres?"- Le pregunté totalmente enojada.

-"Quiero hablar. ¿Dónde está tu coche?"-

-"Camino"-

-"Eso es peligroso Flopy......"-

-"No me llames así."-

-"Está bien ya es suficiente!"- Me agarró del brazo, haciéndome sentir flujos de electricidad a través de cada una de mis venas, nervios, huesos. Me estremecí ante su toque y yo la odiaba por hacerme sentir de esta manera. -"Deja de culparme!"-

Estaba a punto de hablar, pero ella me interrumpió.

-"Trabaje duro, día y noche por ti Florencia. Todo lo que pensaba era en volver a casa y empezar de nuevo donde lo dejamos y eso es lo que me llevó a través de él."-

-"¡Ja!"- Grité, casi locamente. -"Tú querías continuar donde lo dejamos... sin embargo rompiste conmigo? 

'No esperes por mí' Tú lo dijiste. Dile a tu mente de mierda que deje de contradecirse. Tú dices que pensaste en mí, pero aun así, nunca te tomaste el puto tiempo de pensar 

'Oh, tal vez debería de decirle a Florencia que estoy bien y no estoy muerta como pensaba que lo estabas'. A veces era más fácil pensar que tal vez estabas muerta y por eso nunca te pusiste en contacto conmigo"- Gruñí, me solté de su agarré y continúe mi camino. Esta vez no me siguió pero en cada paso que yo daba podía oír su corazón roto.

-"Lo he perdido todo Florencia!"- Gritó llorando. Me detuve, pero no me di vuelta. -"Mis padres me odian!, mi casa y mi coche fueron vendidos, no tengo trabajo, mi maldito perro desapareció y probablemente esté en las calles, no tengo a nadie. Si tú me dejas...... no me queda nada porque vivir!"- Su voz se quebró, derrotada.

Suspiré y me di la vuelta. Estaba con la cabeza agachada y en completa sumisión. Caminé de regreso, deteniéndome a unos metros delante de ella.

-"¿Dónde estás viviendo?"- Le pregunté en voz baja. Yo estaba enojada, pero su vulnerabilidad me embriagaba.

-"En un motel"- respondió. -"Voy a estar en la calle en unos pocos días. Mi dinero se acaba."- Estaba completamente humillada admitiendo esto. Eso solo logró que se formara un gran nudo en mi corazón.

Nos quedamos en silencio hasta que oí su aspiración y su aliento tembloroso.

-"Mi padre no está particularmente encariñado contigo"- admití. Haciendo que ella negara de vergüenza. -"Pero supongo que tendrá que lidiar con esto."-

Ella levantó la cabeza para mirarme a los ojos, que brillaban a la luz de la luna y yo no podía evitar pensar que se veía hermosa y no había cambiado nada.

-"Vamos"- Le tendí la mano y la tomó después de una ligera vacilación.

Su mano todavía encajaba perfectamente en la mía pero opté por no entrelazar nuestros dedos, eso era demasiado íntimo. Cerré los ojos en cuanto la electricidad atacó mi cuerpo de nuevo, pero yo tiré de ella a lo largo del camino a casa.

Estaba enojada con ella....pero yo nunca podría dejarla.

Mi maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora