Capítulo 62: ¡Sii!

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Nunca había querido abrazar a alguien tanto en mi vida. Mantuve un ojo atento a Jazmín y había doblado sus brazos mientras una de sus manos jugaba con el medallón alrededor de su cuello. 

Tenía miedo de esta maldita película y necesitaba que la detuviera pero yo no quería molestarla. 

Debilucha Florencia otra vez

.... Oh mierda me está mirando.

-"Esto es bueno para tu trabajo"- afirmó. Hice una expresión confusa y continuó. -"Si alguien pregunta sobre la trama de esta película, ahora les puedes decir al respecto y fingir que no eres una miedosa"- Me guiñó un ojo

-"Yah! ¿Por qué eres una malota!"- Hice un puchero y me moví lejos de ella.

Se rió entre dientes -"Aww Flopy, ven aquí"- sonrió, palmeando el espacio al lado de ella y luego abriendo los brazos.

Todo lo que tenía que hacer era acércame y estaría en su abrazo... pero ¿por qué mi cuerpo no se mueve? Vi como su sonrisa empezaba a desvanecerse y yo no quería eso. Cerré los ojos y acaricié el espacio junto a mí. Ella lo tomó como otra oportunidad y vino hacia mí abrazándome, mi cabeza apoyada sobre ese corazón que golpeaba salvajemente y mi cuerpo sentía el calor que había anhelado en todos estos meses de soledad.

-"Mmm, extrañe esto"- Sonreí, mientras le oía inhalar mi cabeza y mi cabello. -"Hueles muy bien"-

Me quedé tranquila y apoyé mi mano en su estómago, incapaz de controlar el movimiento de mis dedos, presionando hacia abajo y acariciando, sintiendo sus duros abdominales. Me la imaginaba en la cárcel haciendo flexiones, dominadas y sentadillas... toda sudorosa y en una camiseta rasgada. ¿Estaba mal que me encendiera como loca?

-"Estás bien?"- me preguntó. Yo simplemente asentí y cerré los ojos cuando besó la parte superior de mi cabeza, entonces escuché un suspiro. -"Dios... te extrañe mucho"-

Levanté la cabeza y La miré a los ojos, vi muchas cosas. El anhelo, el amor, la vulnerabilidad, la tentación... mis ojos vacilaban hasta sus labios. Inconscientemente lamí los míos mientras observaba su labio inferior entre sus dientes.

Cerré los ojos sabiendo el camino dónde dirigir mis labios, me había imaginado durante meses lo que estaba a punto de hacer. A los pocos segundos, sentí la frescura del aire, me acerqué más al aire caliente y luego, sus labios carnosos sobre los míos..

Movimos nuestros labios, ninguna perdía el contacto ni por un segundo. Mi mano serpenteó un camino hacia su cabello y ella hizo lo mismo, tirando de él, me volvía loca. Lo hice para ella y dejó escapar un gemido. Descubrí que también le gustaba demasiado. Sonreí en el beso y mi confianza crecía cada vez más, nuestros labios se separaban y reanudaban de inmediato hasta profundizarnos en él.

Mi lengua entró en su boca y ella inmediatamente trajo un brazo por encima de mi cintura, tirando de mi débil cuerpo con facilidad así que me derrumbé, la mitad en su cuerpo y la otra mitad en la cama. Ella sostuvo su brazo ahí acariciando de arriba a abajo mi espalda, luego se deslizó por debajo de mi camisa e hizo un camino por mi columna vertebral.

Entonces, se detuvo. Me pregunté por qué, hasta que sentí su tacto en cada ranura individual de mi espalda y en cada hueso que sobresalía, recordándome que yo sufría de anorexia.

Suspiré con fuerza y ella se apartó inmediatamente.

-"¿Estás bien?"- preguntó con ojos preocupados y ambas manos ahuecando mi cara así que no podía apartarme su mirada.

-"Mi cuerpo te da asco"- le contesté, bajando la mirada.

-"¿Qué?"- preguntó sorprendida. -"No seas tonta, ¿por qué siquiera pensar eso? Eres hermosa"- frunció el ceño ante mi falta de confianza.

-"Mis huesos sobresalen, mi piel está seca y agrietada, yo solía tener curvas y te gustaba de esa manera"- Traté de salir de su agarre pero ella me abrazó fuertemente.

-"Hey, escucha"- Sonrió. -"Estás enferma, es de esperar Flor. Pero no creas por nada en el mundo que yo estaría disgustada con tu cuerpo. Te amo, y algunos huesitos aquí y allá no van a cambiar eso está bien?"- Me besó la cabeza y me miró de nuevo. -"Vamos a resolver estos problemas juntas, te lo prometo. Tu estarás sana... pero por favor, no digas eso nunca más" -

-"Lo siento"- le contesté y me acosté de nuevo sobre ella con mi cabeza apoyada en su estómago.

-"Te amo"- repitió, acariciando mi cabello, se sentía increíble, relajante.

-"Lo sé"- le contesté. Tenía la esperanza de no haberla lastimado por no decirle de vuelta, pero ella sólo soltó una risita. Es por eso que me gustaba tanto esta mujer, ella no me empujaba ni obligaba a nada.

-"¿Quieres terminar la película?"- preguntó con una sonrisa

-"En realidad no"- Solté una risita. Ella se levantó y apagó el televisor, caminó hacia la cama y sólo me miró.

-"¿Quieres ir a dormir? Te llevaré a tu habitación..."-

-"¿Podemos conseguir algo de comida?"- pregunté. Yo realmente no quería nada, pero quería hacer sentir mejor a Jaz.

-"Claro"-

Bajamos hacia la cocina y yo estaba mirando en la nevera pero Jaz me giró, me cargó y me sentó en la mesa de la cocina.

-"Relájate"- Sonrió y tomó mi lugar en la nevera. -"¿Qué te apetece?"-

-"No me importa"- Sonreí

-"Vamos a tratar... mm... arroz frito? y un montón de verduras para iluminarte"- Me guiñó un ojo y no pude evitar decirle lo que estaba en mi mente.

-"Ya me has iluminado"-

Jaz me miró con una sonrisa enorme en la cara y comenzó a acercarse a mí. Cada paso que daba me recordó cómo solía matarme sin esfuerzo, simplemente con una mirada, su olor.... ella. Cerré los ojos y sentí un abrazo, era suave pero firme, lo bastante firme para hacerme saber que yo nunca iba a dejar que se fuera de nuevo. Ella se iba a quedar aquí conmigo le gustara o no.

-"Me gustas"- Susurré contra su cuello, sonriendo a la forma en que se estremeció. -"Y quiero intentarlo de nuevo contigo, Jaz"-

Me abrazó y me apretó, igual que yo, ella no quería dejarme ir. Sentí mi hombro húmedo....... sus lágrimas.

-"No llores tonta, estás destinada a decir '¡Sii!'"- Me reí

-"Sii"- respondió en medio de llantos, y luego se rió de sí misma. Se apartó de mi después de un tiempo y me besó la frente, hasta que apoyó su cabeza contra la mía. -"Gracias mi bebé"-


Mi maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora