Capítulo XXXII

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28 de mayo del 2015

- "Me gustaría quedarme un momento más a tu lado y que ese momento se prolongue hasta mi muerte, pero tú te alejas de mí, tienes tu mundo que aún no comprendo, que aún no entiendo, pero te busco, te busco en todas esas personas. En esos ojos, te busco a tí, solo a tí a ese vacío que se llena como solo mirarte..." ¿Qué opinas, Aioros?

Pero Aioros lo miraba con horror, esa mañana las noticias le habían anunciado como su último sueño se había destruido.

Locutor: Los padres de las víctimas los encontraron a ambos en la misma situación que otras víctimas asesinadas por el supuesto Asesino de Blancanieves. Los familiares de Camus y Milo Glaubert, esperan un llamado a las autoridades por la búsqueda de justicia hacia sus hijos. Ya van 8 personas siendo asesinadas...

Aioros derramó su café en la alfombra, su pecho se contrajo como si un nudo ahora presionara su cuello, faltandole la respiración, se agitaba buscando aire desesperadamente, sus manos se movían inquietas y sintió en su cabeza el peor de los dolores, no solo físico sino se sintió perdido como en mucho tiempo temió sentirse, su visión se ponía borrosa. Se apoyó en el sofá pero aún así sentía que se desvanecía.

- Aioros ¿Qué ocurre? - Saga trató de sostenerlo entre sus brazos, pero había algo que estaba mal. Su preocupación era extraña. Aioros se estaba quebrando bajo sus propios sentimientos, pero no había apoyo, al contrario, se sintió controlado... Como si su novio buscará volverlo a la normalidad, más no ayudarlo.

Aires sabía, que él mismo no los asesinó, lo iba hacer pero alguien más lo hizo, los había manchado, usurpado, ultrajado... tal vez ni siquiera los habían tratado como él lo hacía, su pánico crecía con la idea que alguien más se atrevió a hacerlo.

Y solo ese miedo se reflejaba en la profunda soledad que sentía ahora, estaba más solo que nunca...

- No te preocupes, yo te voy a liberar...

¿Por qué?

¿Qué está pasando?

Aioros no entendía, todo le parecía extraño y aunque no quisiera admitirlo, tenía un máscara que cuidaba con el amor de su vida, y que justamente ahora se estaba cayendo. Saga veía con esos ojos tan bellos que lo enamoraron a Aioros un día, lo desesperado y triste que realmente era.

Saga también tenía una máscara y esa nueva sonrisa fue lo último que vio antes que su visión se oscureciera.

-

Las horas pasaron, sus ojos dolían como si el sol estuviese al frente suyo y nunca hubiera visto la luz antes. Al comienzo no recordó nada, solo veía el rostro de Saga mirándolo fijamente.

- No me siento bien... - Aioros dijo en un silbido - ¿Dónde estoy?

- Estás en casa, en nuestro hogar.

- Tengo que irme Saga... - trató de pararse desesperadamente, tenía que verlo, ver el hogar de la última pareja y creerlo - Tengo cosas que hacer... - un dolor agudo en su antebrazo lo detuvo.

Tenía un delgado tubo conectado por una aguja en su piel, se asustó por no entender lo que sucedía.

Saga se acercó sacando una pequeña jeringa de su bolsillo y que no dudó en inyectarla. Aioros solo miró como su rostro se volvía borroso otra vez.

Desde ese día por lo siguientes meses solo vio su mirada borrosa y fugaz e intermitente. Un sueño profundo que pareció eterno.

-

Tengo que admitir la historia ya no me emociona como antes ☹️, no se que sucede, pero se me ha hecho imposible seguir escribiendola. Pero me gusta terminar lo que empecé y espero que les guste el final 🙁.



Moth (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora