Capítulo VIII

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28 de julio del 2003

Ambos eran tiernos y perfectos. Criaturas hermosas, que se asemejaban más a mariposas que a humanos. Si existieran las hadas, tendrían su forma.

Shaka era alto, con un largo cabello rubio, esbelto, sus grandes ojos azules, hacía que cualquiera se cayera a sus pies. Mu era igual de perfecto, su belleza era mítica, inusual y sublime. Dos seres tan impresionantes no podían ser reales.

El día de su boda, Aioros, lo capturaba todo con su cámara, la forma en cómo comían, en cómo se tocaban la mano, las miradas que se dirigían. Tenía que tener la mayor cantidad de información posible.

Pero no era suficiente, tenía que tener más, saber más de ellos, si fuera tan fácil ser su amigo... Pero Aioros no quería ser su amigo, quería algo más...

Solo deseaba no sentirse tan solo...

Moth (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora