Saga

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"¿Me amas?"

"¿Te gusto?"

"¿Todavía?"

"¿Aún?"

"¿Me veo bien?"

"¿Estuve bien?"

Aioros no se cansaba de responderle sus preguntas, tenía paciencia, posiblemente una de sus mayores virtudes. Saga era él... Incluso le gustaba su nombre.

Le gustaba decirlo cuando estaba cerca de llegar al orgasmo.

Saga...

"Soy tradicional. Vamos a tener que decidir quién va a meterle qué a quién."

"¿Puedo apretar tu cuello? Te va a gustar..."

"No te voy a hacer daño, pero dolerá un poco..."

"Resiste..."

"¿Puedes ponerte esto?"

"¡AHORA!

"Estará todo bien..."

"Aguanta, sólo un poco más..."

Empezó con un juego... Pero para Saga era un juego de dominación. Saga sabía de sus propias debilidades, de sus inseguridades que lo atormentaban, de cómo Aioros poseía las herramientas para destruirlo...

Saga tal vez lo amaba demasiado, o tal vez aprendió a depender de Aioros, su opinión le importaba, era lo único que necesitaba y justamente por eso no podía imaginarse estar sin él y darle todo el control...

Al menos en esos momentos... Dónde Aioros, se encontraba vulnerable, lo hacía sentir bien...Un poder que claramente le daba otro tipo de seguridad. Aioros aceptaba, no le importaba, tampoco quería estar sin Saga. Las cosas se hablaron y después no hubo más de qué hablar.

Aioros, sí que comprendía, tampoco quería romper barreras y ensuciar lo único normal, puro e inocente comparado con lo que hacía en secreto.

Al final de cuentas, todo se quedaba en el dormitorio...

"Nunca dejes de amarme."

Moth (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora