Capítulo XL

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Observó esos ojos ahora carentes de brillo, la rutina iba a empezar, como siempre lo había hecho...

- No puedo seguir con esto... - Aioros cayó de rodillas a los pies de Saga - No puedo moverlos, tengo que dejarlos así, por favor no me hagas esto...

- Ya lo hiciste, no me puedes dejar solo... ¿Es que acaso no lo entiendes? Después de nosotros quién más nos va querer tanto como lo hacemos... Nadie me va a querer tanto como tú ...

- Y nadie me va a amar tanto como lo haces... ¿No? - Aioros abrazó sus piernas, Saga movió la cabeza en negación.

- Obtenemos lo que merecemos, yo nunca te haría daño y tu tampoco me harías daño a mí. Sé muy bien lo que intentaste hacer antes, pero no pudiste... No tienes piedad en matar a tus víctimas, pudiste hacerlo... Pero no lo hiciste, es por qué me amas...

- Por que estoy encerrado, por que justamente ahora no me siento solo, por que estas a mi lado - Aioros lloraba mientras tocaba el rostro de su pareja y este gozaba de los toques - No te vayas, no me dejes solo...

- No lo haré, nunca lo haré... Ayúdame a deshacerme de ellos, ya no pueden quedarse más aquí... ¿Esta bien? Mi amor...

Aioros asintió con una extraña sensación que incluso le hizo temblar las piernas. Es que acaso la naturaleza humana podía ser tan condenada, tan miserable, tan horriblemente satisfactoria.

Aioros sentía amor, tristeza, odio, miedo, terror y soledad; pero al mismo tiempo sentía alegría, tal vez se pareciera a un perro, moviendo la cola por un poco de atención, por solo no sentirse vacío, no sentirse amado, despreciado y tal vez no sentirse solo en sus pensamientos.

¿Ahora serían Bonny & Clyde?

Huyeron todas sus vidas de lo que hicieron. Pero se amaron... ¿Cierto? No estaban solos, se tuvieron mutuamente...

¿Debería ser feliz?

¿No?

-

- A veces las personas... Me refiero a las personas que queremos son más grandes que nosotros y nos sentimos asustando, parecen tan amables... Te prometen amor, compañía, todo lo que siempre quisiste, pero tú no le dijiste que sí a Saga... Nunca le dijiste sí... Al menos que yo recuerde y que me hayas contado...

- Nunca lo hice... Saga era como un niño pequeño, siempre parecía asustado, se parecía a mí... Y me dije: tienes que protegerlo, pero de un día para el otro los papeles se cambiaron... Él me tenía que proteger, yo ya no podía hacerlo por mí mismo... Y solo quedamos bailando los dos y todos se habían ido... Me tenía que llevar a casa...

- ¿Aún lo amas?

- No lo sé, si esto es amor... Debo ser más enfermo de lo que realmente soy...

-

El próximo capítulo es el final, creo que no es la clase de historia que vaya a tener un final lleno de balas y sangre por todos lados, pero creo que puede dejar una lección por así decirlo.

Se me ha hecho difícil terminarla, especialmente por que se ha ido poco a poco mi motivación por escribir 🙁😞

Lamento mucho que si no les gusta el final, lo entenderé. 😫

Moth (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora