Capítulo IV

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22 de mayo de 2005

Los besos sonaban como gotas. Gota tras gota, era extraño como ambos sonidos para Aioros tenían sentido. Saga recorría su piel con sus manos y sus labios.

Se miró en el espejo del dormitorio, vio su rostro y como se transformaba, se enrojecía, sudaba. Está sensación le hacía acordar cuando...

Se parecía cuando...

- Ámame... - le susurró al oído.

Toda su vida había querido eso, Aioros solo quería ser aceptado, ser querido y amado. No soportaba sentirse solo e incomprendido. Especialmente ver a esas tontas parejas que a veces tenía que retratar en el día de su boda, no lo soportaba, le dolía profundamente, los envidiaba.

Esperaba no asustarlo, no alejar a Saga cómo hicieron los demás. Todos ellos, los anteriores, lo habían herido, humillado, diciéndole enfermo, anormal, monstruo.

Pero él no era así, solo se sentía solo.

Moth (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora