Capítulo 28

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Sentía el miedo de Neviah venir hacía a mí con el viento, corríamos sin saber que nos esperaba, que pasaría, la profecía del ultimo se estaba haciendo realidad, era el momento decisivo ante toda la situación.

Comencé a sentí un olor extraño salir de los árboles, mire alrededor y algunos comenzaban a gotear líquido verde brillante, el aroma putrefacto era más fuerte, uno de nuestros acompañantes comenzó a marearse.

—Aguanten la respiración.—ordené percatadonome era tóxico.

Trate de controlar el viento haciendo se llevará la mayor parte de aire venenoso, corrimos más rápido hasta llegar a la gran muralla dónde estaba Neviah.

Comenzamos a sentir una vibración bajo nuestros pies, miramos hacia abajo para ver como se abría la tierra, saltamos justo antes de caer en un agujero, los árboles se habían salido de su hábitat y eran atraídos como una fuerza electromagnética hacia el castillo, haciendo derrumbar una pared, una brisa helada y cortante nos arropó, pude sentir la ira de Neviah.

—Al castillo.—indiqué corriendo junto a Euriel.

—Con cuidado Ackley, no sabemos que está pasando.—manifestó Euriel con seriedad.

Cuando llegamos hasta los escombros unos sabuesos salieron de ellos dispuesto a atacarnos, pero quedaron aprisionado en las ramas ordenadas por Euriel.

Entramos en lo que era una ruina total y quede helado, Kadar estaba transformado, sangre salia de sus labios y de los brazos de Neviah quien estaba de pies a el en posición de lucha, los ojos de ella habían vuelto a ser azules brillante y su cabello estaba más claro, esto no era bueno.

—Tendré que matarte maldita bruja.—dijo Kadar abalanzanse sobre Neviah.

Temble impulsandome hasta donde ellos quedando en medio de ambos, saque mi espada haciendo que Kadar retrocediera.

—Ackley.—susurro Neviah.

Euriel y los demás intentaron acercarse pero en cuestiones de segundos estábamos rodeados por todos lados.

—Estupendo, tus escoltas han llegado aquí, me acaban de ahorrar ir a matarlos.—afirmó golpeando el suelo.

Todo tembló, salte hacia atrás esquivando los escombros, y llegue hasta donde estaba Neviah, su piel ardía y irradiaba irá.

Kadar tomo una daga ensangrentada y lamió su filo, sus ojos se desorbitaron junto a un cambio en su piel, otros druidas se acercaron a el y comenzaron a mutar juntamente a el.

—Eso no es bueno, salgamos de aquí.
—vocifero Euriel.

Neviah se puso de píes y abrió sus brazos haciendo que los árboles la obedecieron creando una barrera entre nosotros y los druidas.

—Escapemos ahora, no tenemos mucho tiempo.—Euriel lucía asustado y yo no entendía a que se debía esto.

—¿Que sucede? —quiso saber Neviah.

—Maldición no hay tiempo.
—se quejo Euriel.

Sujete a Neviah y corrí junto a ella viendo como la destrucción continuaba en el área, los nuestros nos siguieron, maldije al no verlos a todos, y tampoco paso mucho tiempo para que los sabuesos de los druidas nos persiguieran.

—Paremos aquí.—dijo Euriel.

Su semblante estaba triste, nos miro a todos y dio una sonrisa.

—Creo que es el momento de darte mi poder Neviah, ya estas lista.—hizo una pausa mirando al cielo. —Veo que mi profecía ha cambiado, se supone que Malcon ya estuviese muerto...

—Yo evite el muriera Euriel, podemos evitar tu muerte también, siempre existe una alternativa para todo.—lo interrumpió Neviah.

—Pequeña eso lo sé, pero hay cosas que están destinadas a pasar, yo ya he vivido mucho, y si mi sacrificio salva los bosques, los salva a ustedes moriré siendo el hombre más feliz de todos los tiempos.—declaró mirando sus uñas.

—Entonces no lo hagas hasta que sea lo último que quede, por favor concédeme eso, no quiero ver morir a los míos.—suplico Neviah.

—Se que el momento está triste y todo pero tenemos compañía cerca.—dijo alguien del clan de mi clan.

Me concentre y pude sentir distintos clanes acercarse a nosotros desde los cuatro puntos cardinales, mi cuerpo tembló, tuve miedo, me acerqué a Neviah y la tomé en mis brazos, la besé con pasión y la envolví en un abrazo significativo.

—No te despegues de mi lado jamás, estamos juntos en esto y solo puedo protegerte si te tengo cerca,  recuerda que eres lo que más amo, y si te pasa algo me pasa a mi también.—declaré.

Ella asintió y volvió a unir nuestros labios, me dio la espalda pegando la de ella a la mía y la sentí sacar sus dagas para atacar, me sentí orgulloso de ella.

NeviahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora